Entrevista a Fernando Martínez Elorriaga/Profesor-investigador de la FCPyS-UNAM

Nora Rodríguez Aceves

“Cuando hablamos de una ‘república amorosa’, con dimensión social y grandeza espiritual, estamos proponiendo regenerar la vida pública de México mediante una nueva reforma de hacer política, aplicando en prudente armonía tres ideas rectoras: la honestidad, la justicia y el amor. Honestidad y justicia para mejorar las condiciones de vida y alcanzar la tranquilidad y la paz pública; y el amor para promover el bien y lograr la felicidad”, señala Andrés Manuel López Obrador en el documento Fundamentos para una república amorosa.

Sin embargo, “no será con este discursos amoroso como el candidato de las izquierdas ¾PRD, PT y Movimiento Ciudadano¾ pueda quitarse la imagen y la etiqueta de violento y belicoso; ése es uno de los grandes retos que tiene López Obrador. ¿Cómo le hará para convencer a la población de que en tan sólo seis años ha cambiado completamente su personalidad? ¿Cómo le hará para hacerle creer a la gente que en este caso, si pierde la elección nuevamente, respetará los resultados?”, plantea Fernando Martínez Elorriaga, analista político de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Es “algo muy delicado para alguien que ya fue candidato a la Presidencia de la República. ¿Cómo le hacemos para renovar o reconstruir esa imagen?, porque él ya fue candidato, ya fue derrotado en una elección, lo aceptemos o no, por lo menos en la legislación así está marcado, fue derrotado y además etiquetado; de alguna manera se le puso el estigma de personaje violento, belicoso que no respetaba o que transgredía las normas.

Iniciadas las campañas electorales, el 30 de marzo pasado, Fernando Martínez Elorriaga, comenta con Siempre! cómo llega López Obrador, políticamente hablando, a la campaña presidencial: “Sin duda la veda electoral que tuvimos fue un poco infructuosa, porque a nadie le queda claro hasta dónde se puede transgredir la norma, en qué momento sí y en qué momento no. Sin embargo, en este momento ya existe una relativa tendencia; en el caso de López Obrador, él es un líder de gran importancia para la izquierda, aunque los líderes no llegan solos, no logran solos incrementar sus preferencias electorales ni mejorar su imagen, y él tiene algunos pendientes que resolver si desea que su campaña se incremente de nivel”.

La estructura del partido

“Si bien ha tenido algunos pequeños aciertos debido más a la torpeza de los adversarios políticos que a un replanteamiento de su campaña en términos de la propuesta. Hay algunos ejes importantes, uno de ellos tiene que ver con el partido: ¿cuáles son las corrientes políticas, los actores políticos que están detrás de López Obrador? Si miramos en este caso al PRD, su proceso interno para seleccionar candidatos a puestos de elección popular fue un proceso muy complicado, que dejó muy mal sabor de boca, en el cual a la población no se le tomó en cuenta; tenemos ya un candidato a la Presidencia de la República, un candidato que abandera el PRD y las otras fuerzas políticas, pero no hubo un proceso de escrutinio transparente, fue como si ya supieran quién iba a ser el candidato; entonces, cómo podemos hablar de un respaldo, porque para que López Obrador pueda incrementar su fuerza política es necesario apoyarse en las estructuras del partido”.

Aunque “Andrés Manuel ha intentado ¾dice Martínez Elorriaga¾ trabajar en lo relativo a la organización del partido, no ha sido suficiente puesto que todavía existen muestras de fracturas, divisiones, peleas por aspirar a los diferentes cargos, porque la disputa no solamente es por el cargo a la Presidencia de la República sino que están en juego candidaturas que van desde delegados, diputaciones locales, federales hasta senadurías, por lo tanto, el proceso interno que han tenido en este caso el PRD y el PT no han sido del todo transparentes”.

“No va con un programa, con propuestas; si bien López Obrador ha tratado de apoyarse en grupos intelectuales, a diferentes grupos representativos de la sociedad los ha dejado marginados en los proceso internos. Hay una consulta para proponer un programa para hablar de diversos principios, pero no existe una consulta para saber quiénes son los que en un momento dado estarían llevando a cabo estas propuestas, porque el debate, la discusión, en torno a diferentes líneas, a diferentes problemáticas que tiene el país se han armado, ha habido ya varias discusiones, pero el problema no es tanto hacer la discusión, sino ver que se pueda concretar, tener la visión de que esas posibilidades puedan ser reales si en un momento dado se llega a un cargo de elección popular, pero ahí queda la incertidumbre.”

Respondiendo a la pregunta de cómo va en este momento López Obrador: “con cierta desventaja en cuestión de estructura, no tiene una organización sólida, en algunas entidades del país es muy claro que la presencia de la izquierda está casi ausente y eso nos lleva a cuestionar por qué en este tiempo no se ha logrado la solidez de estas estructuras, porque aunque el discurso se pueda preparar, aunque podamos preparar programas, principios, etc., que podamos convocar a diversas discusiones, eso no nos llevará a incrementar la fuerza política si tenemos una base muy vulnerable, una base que en cualquier momento se puede fracturar, una base que se puede romper, y ya lo hemos visto en elecciones pasadas”.

Para ejemplo ¾explica¾ “la elección del 2006 dio una muy buena lección en ese sentido, pues se dio cuenta de cómo la estructura que supuestamente respaldó al candidato en un par de semanas ya era una estructura que prácticamente marcaban distancia con el candidato; es decir, no hubo congruencia, no hubo convicción, y lo más absurdo es que esos mismos líderes o esas mismas estructuras que le dieron y retiraron el apoyo ahora nuevamente se presentan dándole apoyo. Por ello me parece muy vulnerable esa fragilidad con la que se puede otorgar o retirar el apoyo a un aspirante, a un candidato”.

Las encuestas

El maestro en Comunicación y Política por la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Xochimilco expresa su opinión sobre el segundo o tercer lugar que le dan las encuestas publicadas en la prensa nacional a López Obrador: “los métodos cuantitativos empleados en la investigación social son relevantes, pero también es muy importante darles una debida lectura. La medición que yo pudiera hacer hoy no sería determinante para el proceso electoral en julio, y ésa es la vulnerabilidad que tienen todos los candidatos. Los candidatos de alguna manera pueden subir y bajar, las encuestas son indicadores que muestran la medición de saber cuál es el ambiente de la opinión pública, son sujetas a la manipulación, sin embargo, no se pueden desestimar, sí es relevante tomarlas en cuenta, ya que cuando no se atiende a las encuestas podemos entrar en una decadencia”.

“En este caso han sido ya muchas las encuestas que se han realizado y sin duda a López Obrador lo han puesto en tercer lugar; lo que nos reflejan estas encuestas son parte de la realidad en la vida política, no sería preocupante si tomamos en cuenta que apenas comenzó la campaña. Para mí son importantes los resultados que arrojan las encuestas en este momento, pero son más importantes todavía las encuestas de los meses venideros, incluso en los últimos meses, es donde tenemos que preocuparnos pues hay experiencias donde a veces a un candidato se le pone por encima con 13, 15 puntos y casualmente en los meses que se aproximan a la elección se viene la baja.”

En este sentido, advierte Fernando Elorriaga, la importancia radica en “cuáles serán las estrategias de comunicación política que implementará cada candidato y cuáles serán también los errores que se puedan cometer. En los próximos meses se pondrán a prueba la organización y la estructura de cada partido político, así como la presunta unidad con la que puedan llegar o no cada uno de los candidatos; de ahí dependerán de alguna manera los resultado y, sobre todo, cuáles son las estrategias de comunicación política que seguirán, porque sin duda si siguen encasillados en mandar mensajes vacíos, si no hay propuesta ni discusión, y si quieren mantenernos al margen de toda discusión que priva en este momento en el país, no habrá un incremento de la fuerza política”.

Eficacia del discurso

En este contexto y siendo los Fundamentos para una república amorosa el eje central de la estrategia política de López Obrador durante la campaña electoral, el profesor investigador de la FCPyS-UNAM asegura que “la eficacia o no del discurso político que emplea López Obrador referente a la ‘república amorosa’ se tendría que pensar en torno a cuáles son las condiciones en las que se enuncia este discursos amoroso, porque estratégicamente el discurso puede ser atractivo: ‘voy a cambiar la imagen que tuve de hombre violento a una imagen de hombre amoroso, que perdona’, un tipo de discurso un tanto mesiánico en el cual se apela a la idea del amor”.

No obstante, “este discurso puede ser poco eficaz si tomamos en cuenta que las condiciones en que se enuncia le son adversas a López Obrador y aquí nuevamente recurro a la estructura política del PRD: mientras él esta pronunciándose por el amor, en los procesos internos del partido para elegir candidatos a puestos de elección popular hay disputas, grupos, negociaciones, golpes, fractura, división… por lo tanto, no podemos hablar de una base sólida, no hay una base disciplinada, lo que a veces, cuando se habla de un proceso democrático, nos lleva a pensar que existe una pluralidad de ideas y hay oposición y probablemente no hay momentos de armonía, pero la manera como se deciden los procesos internos del PRD deja mucho que desear”.

“Y es en este punto cuando este discurso amoroso es un discurso frágil, porque mientras López Obrador esté trabajando por la vía de la armonía, del amor, en sus bases existe la lucha de intereses, la pelea, y es muy evidente, pareciera que López Obrador no fuera un candidato de unidad, que hay grupos que no lo apoyan, por eso creo yo que este discursos no tiene eficacia”.

En ese mismos tenor, Fernando Martínez agrega: “este discurso amoroso también suena absurdo, sobre todo, por los momentos en los que está cruzando el país, no sé qué tan eficaces puedan ser los llamados al amor cuando la población sufre a diario la inseguridad y la criminalidad; por eso creo que es un discurso que no está debidamente argumentado. Para argumentar un discurso de amor es porque, por lo menos, ya hizo las paces con la gente de su partido, empezando por ahí, pero reitero, sí hay una disputa dentro del PRD entre los mismos grupos, que deja a la población en la verdadera incertidumbre, no sabe ni quién será el candidato en una delegación, porque la gente no participa, hay una simulación de participación de la población, la mayoría de los cargos se están dando en las negociaciones entre un grupo y otro, las personalidades oscuras que por ahí andan circulando los podemos ver hasta de candidatos, entonces es cuando se rompe este discurso amoroso de Andrés Manuel López Obrador, cuando vemos que en la realidad esa presunta convicción o coherencia no existe”.