Ajustes finales

Cuidado con la hoguera que enciendes contra tu enemigo;

no sea que te chamusques.

William Shakeapeare

 

 

José Fonseca

 

En 24 días de campaña, aunque las preferencias electorales consignadas por las encuestas no reflejan variaciones importantes con las cifras consignadas el pasado marzo, han empezado a definirse los tonos de cada una de las campañas, tonos que se reflejarán en descalificaciones estridentes y en advertencias apocalípticas.

En el campo de la campaña de la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, han ocurrido los ajustes mayores.

El llamado “giro de timón” ha significado un cambio mayor. La incorporación de panistas caracterizados por su estilo agresivo ha sido notoria, como lo muestran los spots que califican a Peña Nieto como “mentiroso”.

Esa agresividad, calculan, será más atractiva para tantos antipriistas que no se identificaban con la campaña presidencial panista.

Sin embargo, hay indicios de que a 10 semanas de las elecciones, todavía la candidata Vázquez Mota batalla para afirmar su control sobre el partido. De otra forma no se explica su discurso en Tamaulipas, en el cual proclamó que “hay quienes se sienten dueños del PAN” y convocó a abrir las puertas del partido a nuevos militantes.

Como sea, por fin la candidata panista ha logrado dinamizar su campaña y que sean nota sus discursos, no sólo los tropiezos del equipo.

Quien también ha cambiado su discurso es el candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador. Ha recuperado su estilo corrosivo, malévolo y sarcástico, ahora disimulado bajo el estribillo de “con todo respeto” y “amorosamente”.

Como desde el principio, empieza a ignorar a la candidata panista. Su blanco es Peña Nieto. Intenta también atraer a los antipriistas, para acumular los suficientes votos para lograr su objetivo, el cual no es otro que humillar al presidente Calderón dejando en tercer lugar al PAN.

En el campo del priista Enrique Peña Nieto siguen su cronograma. Es una ruta paradójicamente fija, pero también flexible.

Tiene dos desafíos trascendentales:

El primero será endurecer el ánimo para resistir los ataques que arreciarán, sin quejarse, para no repetir el numerito de Labastida en 2000. Temple, habrá de mostrar. Y en cierto momento pasar al ataque, quizá en el último mes de campaña.

El segundo es mediático. Se empiezan a acumular las invitaciones a debatir con los otros candidatos y la candidata presidencial. Algunas de esas invitaciones constituyen auténticas celadas. El objetivo debe ser el debate del seis de mayo. Mucho estará en juego. No es necesario ganarlo. Basta con que no lo pierda.

Es en este tema de los debates en que el equipo peñista habrá de esmerarse para eludir las trampas y evitarse malquerencias mediáticas, sabiendo que son sus adversarios quienes necesitan desesperadamente los debates.

En fin, faltan 66 días de campaña. En ese lapso se medirán las capacidades, temple y talento de los candidatos y candidata presidenciales.

 

jfonseca@cafepolitico.com