Tregua precaria
Carlos Guevara Meza
La tregua iniciada en Siria a las 6 de la mañana del jueves 12 de abril se ha cumplido hasta cierto punto. La violencia, que en el lapso de un año ha cobrado nueve mil muertos, decenas de miles de heridos y una cifra que podría rondar el millón de refugiados y desplazados internos, amainó considerablemente una vez que se cumplió el plazo para el alto al fuego negociado por el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan. Pero la situación sigue siendo delicada y aún se está muy lejos de una solución al problema sirio.
El régimen de Bashar el Assad continuó con la represión de los opositores prácticamente hasta el último minuto antes del alto al fuego, y la oposición sigue reportando actos de violencia por parte de las tropas del gobierno.
Por otro lado, y como muestra de que la tregua no implica de ningún modo el fin de la lucha, la oposición convocó nuevamente a las tradicionales manifestaciones de los viernes (día de asueto en el mundo islámico). Las del viernes 13 conjuntaron a decenas de miles de personas y fueron respetadas por el régimen, salvo por algunas declaraciones algo agresivas y tres personas asesinadas por las tropas aunque no en el contexto de las manifestaciones.
El ambiente previo e inmediatamente posterior a la tregua hizo temer a muchos que la tregua sería un fracaso, al grado de que Estados Unidos y Alemania comenzaron a negociar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para el envío de un grupo de observadores, lo que de todas formas ya estaba establecido en el plan de Kofi Annan. Lo que se aprobó el 14 de abril por unanimidad.
La resolución se limita a conformar la misión de observadores, aclarando explícitamente que irán desarmados, con base en los abusos que han cometido o pudieran cometer ambas partes, y no toma posición respecto a los contendientes, en particular no hace ninguna condena a la actuación del gobierno. El grupo se constituyó con sólo 30 personas que, en teoría, tendrán libre acceso al territorio sirio para evaluar el cumplimiento del alto al fuego.
Sin embargo, un punto fundamental del plan de Annan, la retirada del ejército a sus cuarteles, no se ha cumplido al momento de escribir estas líneas cuatro días después de declarada la tregua. El asunto es crucial porque su presencia en las ciudades constituye una continua amenaza para la oposición y no contribuye a relajar la tensión. También está en veremos el libre acceso de ayuda humanitaria por parte de organismos internacionales y la entrada de periodistas extranjeros, lo que permitiría tener mayor información sobre la situación e inhibiría los actos de violencia por parte del régimen (y también de la oposición).
Por lo pronto, la tregua se sostiene y la población por lo menos tiene un primer respiro en un año terrible.


