Entrevista a Roberto Gutiérrez Rodríguez/Doctor en economía de la UAM-I

Irma Ortiz

En los próximos días, se dará la aprobación del Congreso de Argentina al proyecto de nacionalización con el que pasa a manos del gobierno el 51 por ciento de las acciones que estaban en posesión de la hoy empresa española intervenida Yacimientos Petroleros Fiscales Repsol.

Un proyecto que fue anunciado el pasado 23 de abril por la presidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner y que le significa a la empresa Repsol una pérdida de enormes magnitudes —dada la pérdida del potencial de las reservas energéticas de esa nación sudamericana— y que la alejan cada vez más de ser considerada una de las empresas transnacionales más importantes de hidrocarburos.

Siempre! entrevistó al doctor en economía, de la Universidad Autónoma Metroplitana Iztapalapa, Roberto Gutiérrez Rodríguez, quien explica el contexto en el que se dio la expropiación de YPF Repsol.

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Una expropiación de una empresa petrolera es muy impactante. Los mandatarios de los países latinoamericanos ya dieron su opinión y eso ha generado, por una parte, confusión y por otra, animadversión de algunos sectores.

En su contexto real, YPF Repsol es una empresa que se desincorporó, se vendió más del 50 por ciento de las acciones allá por 1999, en el gobierno de Carlos Menem. El objetivo de esta venta es doble, por un lado era la época de las privatizaciones y, por otra, era la idea de que las empresas latinoamericanas estatizadas no tenían capacidad para cumplir con sus objetivos.

En ese contexto, se da la venta de empresas a Repsol que fue de 51 por ciento, con lo que tienen participación mayoritaria los españoles en la empresa y pueden tomar decisiones importantes.

Cuando se vende una empresa en cualquier parte del mundo, lo que se espera es que esta empresa aunque ya no esté en sus manos, o se vende la mayor parte de las acciones, le genere beneficios de otra naturaleza.

 

No se dieron los beneficios esperados

Los beneficios que esperaba Argentina de esta venta no sé si quedaron escritos en el contrato. Hay opiniones de diferentes analistas de que se estableció que Repsol adquiría la obligación de explotar los recursos petrolíferos de Argentina, que no son de ninguna manera pequeños.

Argentina había sido hasta los años ochenta una nación autosuficiente en materia petrolera e hizo descubrimientos importantes, por ejemplo, el yacimiento Vaca Muerta que equivale a casi mil millones de barriles de crudo más o menos, en la parte central de Argentina.

Como tienen suficientes recursos petroleros, lo único que querían es lo que quieren naciones como México con circunstancias similares, que vengan empresas con capacidad tecnológica y recursos financieros para invertir en el país y explotar los recursos.

De hecho, Argentina no estaba en ese momento consciente de cuántos recursos tenía, había agotado algunos yacimientos en los ochentas y noventas. Estos nuevos descubrimientos demostraron que tienen mucha potencialidad y el gobierno de Argentina esperaba que Repsol empezara a explotar estos recursos, pero no fue así.

La nación sudamericana entró en un problema de déficit sobre todo de combustibles particularmente gasolinas, que empezó a importar en cantidades importantes y esto se vinculó con otro problema que se dio más o menos en 2002, pues esa nación había pasado por el conflicto del llamado “corralito” —donde la gente no podía sacar sus ahorros bancarios, pues su economía estaba vinculada al dólar, a un tipo de cambio fijo.

Entonces el precio de la gasolina empezó a subir, eso molestó mucho al presidente Ernesto Kirchner y le pidió principalmente a la empresa responsable de esos incrementos en el precio —que era Shell— que le parara, porque si no lo hacía iba afectar mucho la inflación ya que estaban muy diezmados los recursos de los argentinos, porque se había cambiado la paridad, que era un tipo de cambio fijo y había pasado al patrón de la moneda local.

Se había devaluado como 250 por ciento el precio de la moneda local frente al dólar y estaba tan afectada la economía, que era necesario que encontrara apoyo de las empresas transnacionales. Fue impresionante lo que hizo Kirchner, quien le dijo a los ciudadanos: ya no compren, ya no llenen sus tanques en las estaciones de servicio de Shell; entonces, ya había un antecedente.

Además hubo un problema con el resto de empresas que producen allá, no sólo Shell sino también otras empresas que también expenden gasolina y que no se ajustaron a la política de precios del país.

Hay que recordar entonces que la señora Cristina Fernández decide tomar en sus manos algo así como el cálculo de la inflación, determina que el Banco Central de Argentina ya no fuera autónomo y decidió estatizar los fondos de pensiones.

Fueron medidas muy fuertes que se tomaron a partir de que asumió la Presidencia y que tenía un antecedente en su esposo —ambos peronistas—, de modo que como Repsol no invertía, lo que decidió el gobierno sobre todo con su viceministro de Economía fue preparar un paquete de estatización y finalmente se le dijo a la empresa que quedaba estatizada, tomaron sus oficinas, le pidieron los funcionarios de Repsol que las abandonaran y éstos regresaron a España.

Así retornan al esquema anterior y lo que necesita ahora Argentina son socios tecnológicos y financieros, y los está buscando en otras empresas.

 

México también perdió

La empresa YPF Repsol tiene un valor que se llegó a pensar que era de 15 mil millones de dólares; Repsol les dijo, por lo menos, págame 9 mil millones de dólares e incluso le llegó a bajar a 8 mil, pero el gobierno de Cristina Fernández dijo que no y las acciones de YPF Repsol se vinieron abajo.

Entonces acusó el gobierno español a Argentina de propiciar la caída de los precios de las acciones y obviamente se cayó el precio de Repsol, que llegó a valer más o menos 20 dólares, cuando México tiene 9.5 por ciento en números redondos de las acciones. Es decir, cuando México compró las acciones valían 20 dólares y ahora están en 14.20.

Hay una caída de 5.8 por ciento en un término de tres meses, esto obviamente representa pérdidas tremendas a España. Cualquier empresa, en su valor de mercado, es el que se toma como referencia por ejemplo, si se quiere liquidar la empresa, así se opera y si en este momento se quisiera liquidar la empresa lo que esperaría que le pagaran es eso, si es que encuentra a quien vendérsela.

Como México tiene 10 por ciento de esas acciones, me parece que Repsol vale 25 mil millones de dólares, y si se da cuenta, México perdió casi 10 por ciento de las acciones que son alrededor de 2 mil 500 millones de euros. Nuestro país ha perdido más de 300 millones de dólares en este asunto, en donde es juez y parte.

Por una parte, forma parte del Consejo de Administración y es accionista importante, no el más importante, llegó a serlo, cuando compró la acción que lo hizo de manera subrepticia no hizo las cosas bien.

En México no nos enteramos y cuando lo hicimos, ya se había hecho la transacción, después dijeron que no lo había hecho Pemex, sino una de sus subsidiarias, que no era cosa de la paraestatal, pero sí fue con dinero de Pemex e incluso para tenerlo se obtuvo un crédito, fue una deuda del 70 por ciento, por casi mil 700 millones de dólares.

 

Nuestro país, juez y parte

Así, México como juez y parte hace una declaración, que es poco afortunada, porque nuestro país forma parte del G20 a donde pertenecen Argentina y España también, aunque no es miembro, pero sí invitado del G20 y asiste a las reuniones.

Es muy desagradable lo que sucede, hay descontento entre los dos países, la cuestión diplomática no se ha manejado bien por parte de ninguno de los dos, y México no puede hacer nada por resolver esto, de hecho nuestro país en los últimos años cuando se ha metido de mediador en los conflictos, le ha ido muy mal.

La situación es complicada, la nacionalización de acuerdo con los argentinos ya se llevó a cabo y ya se pasó una ley que está a punto de aprobar el Congreso. La estatización se va a llevar a efecto y ahora la discusión es cuánto le va a pagar Argentina.

Cuando ese país tuvo el saldo del “corralito”, la deuda externa de Argentina valía al 25 por ciento de su precio en el mercado, es decir del precio de su deuda real. Si Argentina debía, por decir a los bancos comerciales 50 mil millones de dólares, que creo es lo que les debía, pero los argentinos dijeron que el precio de mercado de esa deuda es del 25 por ciento, entonces les debemos 12 mil 500 millones de dólares, y eso fue lo que les pagó.

Uno de los aliados más importantes de Argentina, Italia, está muy molesto, porque es históricamente hermano de raza, y quedó muy molesto, igual que los españoles. Ahora con el conflicto con la nación ibérica, Argentina ha entrado a algunos problemas de negociación por cuestiones financieras, que se le han ido acumulando.

 

¿Qué pasa en Argentina?

¿Por qué Argentina no tiene capacidad siendo una economía que vende tantos recursos naturales, con un superávit tan grande en su balanza comercial?

Lo que sucede es que los capitales no se quedan en Argentina. Hay, lo que se llama la enfermedad holandesa que consiste en que la gente saca los capitales, porque el tipo de cambio no les conviene, no  hay proyectos de inversión lucrativos en el país, por desconfianza o por lo que quiera, los capitales salen y ahora enfrentan un problema de balanza de pagos, lo que es inaudito.

Los precios de las materias primas que tanto beneficiaron al país durante los primeros diez años de ésta década, parece que están alcanzando su límite, las ventas ya no son tan buenas como en el pasado; la gente sigue sacando el dinero y Argentina tiene que ver ahora como remediar el problema de su balanza comercial.

México lo vivió con el acuerdo AC-55 porque también, igual que Brasil, nos quiere imponer cuotas en la venta de automóviles, entonces lo que hace Argentina es adoptar una posición defensiva frente a sus socios comerciales para paliar la situación. También tiene que buscar la forma de resolver con sus ciudadanos la fuga de capitales, para que no se vea tan presionada con sus socios comerciales.

Sin embargo, hay una cosa importante, cuando un país decide llevar a cabo una estatización como lo está haciendo Argentina, los países que ya vivieron esos procesos deben ser solidarios, porque fue una decisión legítima.

En México, cuando Cárdenas nacionalizó la industria petrolera en 1938, recibió el apoyo de los latinoamericanos y aunque ahora son tiempos diferentes y en ese entonces no estaban tan integradas las economías, la solidaridad es un acto del que México no puede olvidarse y debe tener siempre presente.

México igual que otros países deben ser muy cuidadosos porque la integración latinoamericana, en mi opinión, es muy importante. Así como debemos ver al norte, también debemos voltear hacia el sur.

 

Podrían aislar a Argentina

¿Consecuencias que puede sufrir Argentina, ya que la Unión Europea apoya a España?                   

Lo que hacen los otros países es aislar en este caso a Argentina. Sin embargo, un distanciamiento completo de Argentina no le conviene a España porque tiene muchos bancos, hay muchas empresas españolas particularmente la telefónica Movistar, que es muy fuerte.

La presencia de capital español en Argentina es muy grande en el sector turístico y el sector industrial. ¿Cómo reacciona un gobierno como el español ante un conflicto como el de YPF Repsol?, mostrando solidaridad con la empresa, protegiéndolos pero al mismo tiempo considerando que hay otras empresas que hay que proteger. Incluso Mariano Rajoy llegó a mencionar la ruptura de relaciones luego de que Cristina habló de la nacionalización, y ya Rajoy no le movió.

Reconozco que las implicaciones pueden ser fuertes tanto diplomáticas como comerciales, cómo reaccionó Rajoy le dijo a Argentina  ya no te voy a comprar tu biodiesel, ¿qué tanto es eso?, Argentina se ríe de eso. Lo que está haciendo el gobierno de Cristina Fernández es buscar socios tecnológicos para la industria petrolera que sustituyan a Repsol.

También refleja otra cosa, no sé como esté la empresa Repsol que es tan importante para nosotros. Si México aumenta sus acciones a 12 por ciento del capital social, que ahora lo podría hacer porque bajó mucho el precio de la acción. Si llega al 12 por ciento, México podría poner en el consejo de administración de Repsol a dos representantes y podría tomar muchas más decisiones, pero a España le da miedo, le gusta jugar al capital transnacional pero cuando se trata de que los extranjeros tengan un poco del capital español, ahí es donde se sienten acosados y ya no saben cómo reaccionar.

Recuadro

 

En privatizaciones, no le ha ido bien a AL

En opinión del experto en privatizaciones en América Latina, el catedrático Gregorio Vidal, de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, le ha ido mal a la región en esa materia.

No nos ha ido bien, hay diversos ejemplos que lo documentan, por ejemplo, expropiaciones en el caso de generación de electricidad desde Chile, que es donde lleva tiempo el proceso. Lo que ha sucedido es de que frecuentemente las empresas no han cumplido con los programas de inversión y se han dado situaciones de emergencia, donde grandes ciudades como son Santiago de Chile, Río de Janeiro, en diversos momentos han quedado literalmente a oscuras.

En el caso brasileño, se complicó porque el gobierno de ese país tuvo que retomar una parte de las industrias de generación de electricidad, volver a realizar inversiones públicas fortalecer el ente público.

En el caso de México hay discusiones fuertes a propósito de los beneficios a la población en términos de precios, como el caso de la privatización de Teléfonos de México. Se alega mucho la situación de condiciones monopólicas que no han sido benéficas para la población en términos de los costos que tienen con esos servicios. Otros ejemplos son las pensiones, los servicios médicos donde tampoco ha habido los mejores resultados.

En Chile, las privatizaciones de pensiones han debido realizarse rescates de esos fondos, en Argentina también tuvieron que proceder a restablecer el carácter público de esas instituciones.

Hoy está en la discusión el tema de cuál es la fuerza principal que tiene una nación para lograr crecer, porque siempre se alude al recurso de la inversión extranjera como un recurso sustancial.

El hecho y está documentado en todos los países que han logrado crecimientos económicos importantes por largo plazo, es que la fuerza principal son las inversiones que realizan los propios integrantes de ese país, es decir la inversión nacional. Argentina lo está demostrando, pero entre los países en desarrollo que más recursos ha recibido, me refiero a China, la mayor parte del proyecto de inversiones se realiza a partir de inversiones que realizan los propios chinos y su gobierno.

También lo está demostrando ahora Brasil y así era la manera en que operaba Argentina, y en todo caso la inversión extranjera fue de ayuda cuando hay reglamentación, cuando hay proyectos y orientaciones que permiten que sea complementaria y efectivamente impulse un crecimiento económico en donde el mercado internacional se vuelve sustancial también.