No votar por un candidato
Piensa muchas cosas, pero haz por lo menos una.
Proverbio portugués
José Fonseca
En alguna parte leí una historia sobre un grupo multinacional de exploradores extraviados en alguna de las selvas tropicales.
Fueron capturados por una tribu que les informó cuál era su costumbre para el trato a los prisioneros.
“A los prisioneros se les ejecuta, pero se les da la oportunidad para que escojan cómo quieren morir, hasta se les permite suicidarse como prefieran”.
La mayoría de los prisioneros optaba por el suicidio. Unos dándose un tiro en la sien y otros colgándose de algún frondoso árbol.
Entre los prisioneros estaba un mexicano astuto. Se enteró de que los nativos solían despellejar los cadáveres y con la piel forrar sus lanchas.
Cuando llegó su turno, el mexicano les pidió el cuchillo más grande y filoso que tuvieran. Los nativos supusieron que pensaba degollarse.
No, el mexicano empezó a apuñalarse repetidamente todo el cuerpo. Y cada vez que hundía el cuchillo en su cuerpo, les gritaba a los sorprendidos nativos: “¡Tengan su lancha!… ¡Tengan su lancha!”
Esa parece ser la actitud de quienes han sembrado en muchos sectores de la sociedad la idea de que no hay que votar por Enrique Peña Nieto. Socarrones, los autores de la idea no sugieren votar a favor de nadie ni de ningún partido. Simplemente no votar por un candidato.
Están en su derecho quienes proponen no votar por un candidato; pero también parecen rechazar a todos los políticos y la política.
El problema es que para gobernarse, una nación democrática necesita de la política y los políticos. Por eso es importante estar a favor de alguno, para exigirle cumplir con la tarea de conducir la nación, una nación que no logra sacudirse los lastres de la pobreza, la desigualdad y la violencia.
A los practicantes de la doctrina del movimiento anti Peña no les importa quién gane, con tal de que él no gane.
Igual que aquéllos que en 2000, como se escribió en este espacio, dijeron: “No importa que al país se lo lleve la fregada, lo importante es que ya sacamos al PRI de Los Pinos”.
O peor aún, igual que el mexicano de la historia: ¡Tengan su lancha!
Digan lo que digan, así no se construye el México que todos decimos desear.
jfonseca@cafepolitico.com
