El rencor está ahí
Una nación sin elecciones libres es
una nación sin voz, sin ojos y sin brazos.
Octavio Paz
José Fonseca
Hay señales de que sectores de la opinión informada e ilustrada, aliados con grupos panistas y de izquierda, intentarán en las próximas semanas convencer a la candidata presidencial del PAN Josefina Vázquez Mota para que se una a un bloque opositor contra el PRI.
Ese bloque opositor respaldaría al candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador.
Así lo advirtió en un artículo periodístico el exdirigente nacional del PAN Germán Martínez Cázares, quien considera que tal integración a un bloque opositor sería un grave error de su partido.
No le falta razón, porque esa integración condenaría inevitablemente al PAN a quedar en tercer lugar.
La campaña de la señora Vázquez Mota no ha logrado reducir la ventaja del puntero en las encuestas de las preferencias electorales.
Con una campaña que cojea, integrarse a un bloque opositor condenaría al partido al humillante tercer lugar. Humillante porque el candidato presidencial de la izquierda nunca ha reconocido la legitimidad del presidente Felipe Calderón.
Prueba de ello es que López Obrador ha recuperado el discurso de “cómo nos robaron la Presidencia en 2006”. Machacante discurso que se pierde en las frases ingeniosas y vacías que le festejan muchos medios de comunicación, pero prueba también que el rencor que lo llevó al plantón de Reforma no se ha diluido.
Es inútil la palabrería de la república amorosa, porque ahora insulta y denigra a sus adversarios con la misma agresividad de hace seis años. Ah, pero eso sí, son mentadas lanzadas “con todo respeto, amorosamente”, remata siempre con sorna.
El rencor está ahí. Y las circunstancias no lo necesitan. En esta encrucijada, la nación necesita de la cohesión que le permita dar el salto a la modernidad, modernidad que empiece a resolver los ancestrales problemas de pobreza y desigualdad, pero también a crear las condiciones para enfrentar el desafío de construir un mejor futuro para los mexicanos.
Los bloques, como el propuesto contra el PRI, al final del día son una falta de respeto a los votantes mexicanos, ya que lo dejan sin opciones claras para elegir libremente.
Un bloque opositor sólo disimularía las reales intenciones de quienes lo formen. El votante no sabría a qué atenerse si acaso triunfara.
En las actuales circunstancias sería una aberración, porque no propondría votar a favor de algo o de alguien, sino en contra de algo.
Eso, en verdad, sí sería un retroceso.
jfonseca@cafepolitico.com
