Quisiera ver al Peje de antaño

 Yazmín Alessandrini

 Sonrisas.- Me recuerda la novela El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde que en 1886 escribió el escocés Robert Louis Stevenson. Incluso en sus más recientes desplantes me remite al verdoso Hulk y su álter ego, el científico David Banner, creaciones del mago del cómic Stan Lee… como que quiere y como que no, se debate en la dualidad de volver a ser el de antes (vociferante, rebelde, intransigente, contestatario) o mantenerse en la mascarada del político amoroso que no le creyeron ni sus parientes. El tiempo apremia, las arenas del reloj se agotan inexorablemente y el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador sabe que esa indefinición en la que cayó en esta primera parte le está costando muy cara. Cierto, el  abanderado del PRD-PT-Movimiento Ciudadano asestó muy buenos derechazos en el primer debate entre los cuatro candidatos a la Presidencia de la República que se realizó en el World Trade Center hace unas semanas, pero no fueron suficientes para catapultarlo a un repunte que lo acerque al priista Enrique Peña Nieto. La verdad, cuando menos para que la recta final de las campañas agarren sabor, yo sí quisiera ver al Peje de antaño y que no sólo se conforme con el voto útil… también el inútil.

Risas.- Con su campaña “Alguien Tenía Que Decirlo”, la cual le permitió allegarse unos 50 mil seguidores de las redes sociales, a través de una muy fuerte erogación para tapizar la ciudad de México con anuncios espectaculares y decenas de autobuses, Xavier González Zirión consiguió muy poco respecto a que la gente lo reconociera. Pero apenas arrancó su campaña proselitista el lunes pasado para contender por la delegación Miguel Hidalgo abrazando la causa de la dupla PRI-PVEM montado en un elefante (pagó 150 mil pesos para que se lo alquilaran) y de inmediato se puso en el ojo del huracán. Planeado o no, ese “detalle” en el parque Cañitas de la colonia Popotla se tradujo para González Zirión en una cantidad brutal de impactos de prensa que ya los quisieran aspirantes a gubernaturas, presidencias municipales y hasta para el Senado. Claro, a esta hora los del Partido Verde están indignadísimos y ya hasta le quieren retirar la candidatura. ¿Por qué? Si sólo llegó montado en el paquidermo, no le disparó, como el príncipe Carlos.

Carcajadas.- El amor eterno dura dos semanas. Eso es lo que parecen estar pensando aquéllos que se “enamoraron” del desempeño de Gabriel Quadri de la Torre durante el debate de los presidenciables en el WTC. Instalado en una pose de rockstar, el aspirante a la Presidencia de la República por el Partido Nueva Alianza (Panal) poco a poco ha ido decepcionando a su repentina legión de seguidores que cautivó con su charm y buena labia frente a las cámaras de televisión. Por un lado, muchos no le creen nada porque, aunque lo niegue, él está donde está gracias a la profesora Elba Esther Gordillo; otro más no pueden olvidarse de sus pifias cuando encabezó el Instituto Nacional de Ecología; a los chavos de la Universidad Autónoma de Querétaro no les gustó en lo más mínimo de que los tachara de fascistas y, para acabar de abollarle su corona de “rey del debate”, los alumnos de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, previo al  día de las madres, le cayeron en plena maroma cuando a un par de cuadras del plantel descendió de un automóvil Jetta blindado y se trepó en su horrible Quadricombi, lo que los jóvenes interpretaron como un doble discurso en cuanto a lo que pregona en sus discursos y su proceder debajo de los templetes. “Dices que no eres político, pero haces lo mismo que ellos”, le cuestionaron los estudiantes.

www.lapoliticamedarisa.mx

                  yazminalessandrini@yahoo.com.mx

   Twitter: @yalessandrini1