Entrevista a Carlos Bolado/Director de Colosio. El asesinato
Moisés Castillo
“El sonido ambiental reproducía la melodía La culebra con un volumen muy alto. El licenciado Colosio había avanzado cerca de 13.50 metros, en un tiempo aproximado de 1.58 minutos… cuando Mario Aburto Martínez disparó a la cabeza del candidato, y dos segundos más tarde al abdomen”, señala el informe de Luis Raúl González Pérez, quien fue fiscal especial del caso de 1996 al 2000.
El crimen del sonorense despertó todo tipo de sospechas: hubo la teoría de que en el homicidio habían participado al menos dos tiradores; que los orificios habían sido causados por balas de distinto calibre; que se trató de un complot político para sustituir al candidato debido a problemas con el presidente Carlos Salinas; que un grupo de narcotraficantes había planeado el asesinato, y también que el asesino había sido suplantado durante su traslado a la ciudad de México.
Con la presentación del informe del fiscal en septiembre de 2000, todas esas hipótesis fueron desechadas. Sus resultados se mantienen legalmente incuestionables. Desde 1994 no hay indicios de un autor intelectual.
Aquel año turbulento no sólo estuvo marcado por la muerte de Luis Donaldo Colosio sino por el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; los secuestros de los empresarios Joaquín Vargas, Angel Lozada, Alfredo Harp; el asesinato del entonces secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu; y culminó el año con el llamado “error de diciembre”: la peor crisis económica que se tenga registro en México.
El mensaje de Diana Laura Riojas, esposa de Colosio, durante el sepelio fue elocuente: “Fueron las balas del odio, del rencor y de la cobardía, las que interrumpieron la vida de Colosio. Dieron fin abrupto a su existencia, pero no a las ideas por las que luchó”.
Sólo el fundador del semanario Zeta Jesús Blancornelas, ya fallecido, logró entrevistar a Mario Aburto y no dijo nada. En 18 años se han acumulado declaraciones, datos y otras líneas de investigación que jamás se abrieron, como la del narcotráfico. En el imaginario colectivo el asesinato de Colosio es un “misterio sin resolver”.
Y precisamente el prestigioso cineasta Carlos Bolado (Bajo California, Promises, Sólo Dios sabe) tiene una hipótesis nada descabellada: se trató de un crimen de Estado. Esta es la ruta trazada en el thriller Colosio. El asesinato, que se estrenará el próximo 7 de junio a escasas tres semanas de la elección presidencial.
La película dirigida por Bolado y producida por Mónica Lozano-Javier Salgado-Hugo Rodríguez es protagonizada por José María Yazpik (agente), Kate del Castillo, Daniel Giménez Cacho (José Córdoba Montoya), Odiseo Bichir (José Francsico Ruiz Massieu), Harold Torres, y Enoc Leaño como el candidato presidencial. Además el guión es de Hugo Rodríguez, Carlos Bolado y Miguel Necoechea.
La sinopsis dice:
Es el año de 1994 en México, un año turbulento desde su inicio. Una rebelión indígena cimbra al país. Tres meses más tarde el candidato del partido en el gobierno es asesinado después de un mitin en Tijuana. El país está consternado. Nadie sabe quién está detrás, todo apunta a una conspiración.
Andrés Vázquez, un experto en inteligencia, es comisionado para llevar a cabo una investigación secreta y en paralelo a la investigación oficial.
Pero otro experto agente, el Gordo, ha recibido la orden de eliminar a todos los testigos y desaparecer las evidencias del asesinato del candidato.
Conforme ordena las piezas del intrincado rompecabezas, Vázquez se va acercando a la verdad, pero también poniendo cada vez en más peligro su vida y la de sus seres queridos.
Suspicacias, una tontería
Para el director Carlos Bolado el único fin de la película es contar un episodio trágico de la historia reciente del país y que la gente no viva con una memoria corta.
“Lo que creo es que estamos del lado de la conciencia crítica. ¡Recuerden algo! Yo haría lo que pudiera para tratar de recordarles a los mexicanos nuestra historia. Nosotros no hicimos nada, ellos hicieron la historia. Nosotros nada más contamos la historia.”
¿Por qué el estreno de la película está programado para el 7 de junio, a escasas tres semanas de la elección presidencial?
Saldrá ese día porque es cuando estará lista. Salir en otra fecha no tendría el mismo impacto y la misma posibilidad de competir en la cartelera. La gente va a estar harta de las campañas, elecciones y de la política después de las elecciones. Es un buen momento para salir. Además ha sido un proyecto que lleva más de 12 años y ya había leído ese guión. Leí el guión con la intención de hacer la película pero me fui a vivir fuera de México. Después Mónica Lozano vio mi película Tlatelolco ¾que aún no se estrena¾ y me llamó para hacer Colosio. El asesinato. Se dio cuenta que había la posibilidad de usar stock como lo hice en la película sobre el 68 para reproducir los años 60 en México y eso le interesó mucho y vio que había una posibilidad real de hacer la película. Salir antes de las elecciones no es algo nuevo, no sería la primera vez que sucede. El mejor ejemplo, La ley de Herodes en el 2000.
¿Qué respondes a las suspicacias que ha generado el filme en el sentido de que es para golpear a Enrique Peña Nieto?
La película se pudo hacer y qué bueno que se ve ahora. Antes de que tomen el poder sería genial que pudiéramos hacer algo. No creo que tengamos esa poderosa influencia y no creo que vayamos a cambiar mucho las cosas. Eso de las suspicacias es una tontería. Si fuéramos un noticiero con el poder que tiene y que lo ven todos los hogares a las 10 de la noche, ahí sí levantaríamos suspicacias. Uno tiene la responsabilidad de contar las historias. El cine es tan caro y tan difícil de hacer que es importante que la película tenga un sentido y una lógica, que te hable de algo. En este caso es la historia de nuestro país. Hay tantas películas frívolas que es más importante ver cosas que no se han contado, como las del 94 y el 68. Nosotros contamos las historias, los hechos los hicieron ellos. Si la gente leyera los periódicos y supiera la historia del país se daría cuenta de que hay una serie de impunidades y crímenes que han quedado silenciados, sin investigar. El de Colosio es uno más de tantos crímenes. A mí me gusta hablar de eso, de la guerra sucia que también fue un mismo gobierno que logró masacrar a tanta gente con total impunidad. El mismo 68, que nadie ha ido a la cárcel. Ellos hicieron los actos y yo lo único que hago es poner imágenes.
¿Hubo un momento definitivo que te impulsó para realizar este thriller?
No hubo un momento porque el guión es muy viejo. Realmente ése fue el momento clave que me despertó el gusanito. Cuando leí el guión en Altavista por primera vez dije: “¡Ah, este guión está padrísimo e interesante!” Me gustó el guión que contaba la historia reciente de México, que contaba algo que todos debemos saber. A mí me interesa que la gente conozca su historia para no repetirla. A partir de ahí ya estaba el gusanito. En el momento en que se pudo hacer ya estaba más que subido al tren después de que Mónica vio Tlatelolco.
No creo en lo del asesino solitario
¿Qué te llamó la atención de Colosio como personaje político?
La película es una investigación sobre el asesinato. Es más el hecho, la impunidad, que el personaje. No estoy haciendo una biografía. Es una investigación sobre el crimen y no hablamos tanto de la víctima del crimen porque es un thriller. Hablamos más bien del complot y de la manera en que se fraguó el crimen. De una forma policiaca se cuenta la historia.
Entonces veremos una ruta del “complot”…
De un crimen de Estado. No creo que haya sido el “asesino solitario”, eso fue lo que concluyó la fiscalía por no tener más pruebas. Uno de los grandes problemas de la historia y de muchos de los casos de impunidad en México es que se manipulan y se borran las pruebas. Está muy claro que las pruebas fueron manipuladas, el sitio del crimen fue intervenido. Sucedieron muchas cosas como sucedieron en otros crímenes de Estado. Existió mala información en 1968, 1929, 1952, 1959, en cualquier época de la historia de México no hay una verdad. Siempre la información estuvo manipulada porque había sólo un partido en el poder y todos los medios estaban controlados. No había posibilidad de ser crítico porque te mataban, te cooptaban, te compraban. Esa es la historia de nuestro país a partir de 1929, cuando se acabó la era de los caudillos y comenzó la “revolución institucionalizada” como la llamaron.
¿Recuerdas cómo te enteraste de la muerte de Colosio?
El 23 de marzo de 1994 estaba editando la película de Juan Carlos de Llaca que se llamó En el aire, en la que actuó Daniel Giménez Cacho. Era editor de películas y era mi quinta editando. Estábamos en la calle Etla número 7 en la Condesa. Subió don Toño ¾que era un hombre que había estado en Lecumberri 30 años encerrado por un asesinato en defensa propia¾ a tocar la puerta y nos dijo que habían asesinado al candidato, el que iba a ser presidente, el elegido. Nos dio miedo porque estábamos encerrados de noche ahí, ni radio, ni TV teníamos, llevábamos horas editando. Salimos a la calle, nos fumamos un cigarro y nos preguntamos qué va a ser de este país, los demonios andan sueltos, como dijo alguien.
¿Cómo ves a México a 18 años de distancia? ¿Cuáles son las lecciones de aquel año fatídico?
El 68 fue un crimen colectivo y el de 94 fue un crimen selectivo. Hasta 1968 los crímenes fueron contra opositores específicos, crímenes sin investigar. En el momento en que hay sangre más generalizada es en 1968, que es un crimen de Estado contra el pueblo. Esa clase de masacre no había existido en México desde la Revolución mexicana, es un parteaguas. De ahí empieza una impunidad muy fuerte, masacres, una lucha contra el pueblo que se convierte en la guerra sucia. Surge la Federal de Seguridad quien secuestra, mata y desaparece gente, como al hijo de Rosario Ibarra en los años 70. Nadie fue juzgado, nadie fue a la cárcel. Las familias se quedaron con el dolor. A partir de ahí empieza la violencia y la crisis del partido de Estado que termina por explotar en 1994 y lo lleva a perder las elecciones en el 2000. Ese soy yo y la historia que me interesa del país.
La película es otra cosa, es una convergencia de mucha gente que tiene ideas distintas como Mónica Lozano, Hugo Rodríguez, los mismos actores que tienen sus posiciones políticas distintas, pero que hubo coincidencia en contar esta historia de Colosio. La violencia que estamos sufriendo nos llegó hace muchos años.
La película funciona; está bien hecha
¿Cómo fue el proceso de conformar al equipo de actores?
A varios les interesó porque es un proyecto importante, como dice Karina Gidi. Lo mismo le pasó a Kate del Castillo, que estaba haciendo muchas cosas en Los Angeles y vino a México exclusivamente para hacer la película. Daniel Giménez Cacho y José María Yazpik tuvieron voluntad de ser parte de este proyecto crítico. No es fácil meterse con Sansón a las patadas y tratar de hacer un película sobre este tema polémico. Todos tenemos posiciones políticas diversas, quizás votemos por partidos diferentes, pero coincidimos en contar esta historia que habla de México.
¿Cómo medirás el éxito o fracaso de esta película? ¿Crees que será aceptada y comprendida por el público?
La respuesta más ordinaria sería que te la encuentres pirata saliendo del Metro, ése sería uno de los síntomas de que tu película existe. Ahora, si la ves muy pirata y en muchos lados, es que tuvo mucho éxito. Pero si no te contestara de esa manera ordinaria, tengo una autocrítica muy fuerte, por eso también soy un crítico fuerte con los proyectos de otras personas o de mis amigos, pero creo que ésta es una de mis mejores películas, si no la mejor que he realizado en términos de dramática, de cómo está construida la historia, cómo está manejada la cámara y cómo están dirigidos los actores. En la medida en que la vea mucha gente se mide el éxito. Es una película que funciona, está muy bien hecha y que más allá del tema que tenga esa parte oportuna, que no oportunista, me gusta como película.


