Redes sociales como instrumento de defensa
Nuestra democracia no es una telenovela.
#Yosoyel132
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
Los jóvenes provenientes del sistema de educación superior privada que el pasado 18 de mayo repudiaron frente a Televisa Santa Fe y San Angel la inocultable manipulación televisiva en este proceso electoral presidencial, comprobaron el fracaso de Chespirito como gurú de la enajenación impulsada desde el Canal de las Estrellas y demostraron la fragilidad de la república mediática ante un sector social al que los barones de las televisoras creían cooptado desde la infancia.
Las expresiones de rechazo protagonizadas por estudiantes de los más prestigiosos centros de educación superior privados demostraron el hartazgo generalizado hacia la simulación y fantasía con la que se pretende anestesiar a la sociedad mexicana.
Para los 131 alumnos de la Ibero que durante la visita de Enrique Peña Nieto a su campus le expusieron sus inquietudes y desacuerdos, las reacciones al ejercicio del derecho a su libertad de expresión resultaron descomunales.
Ante el inesperado episodio el candidato priista demostró un talante autoritario y sus subalternos episodios de soberbia y la desubicación propia de quienes sintiéndose ya en Los Pinos ven la campaña como un mero requisito y se alteran ante cualquier muestra de duda o abierta oposición.
Sólo así se entiende el pésimo manejo del control de daños ejecutado por el equipo del mexiquense, el cual profundizó el malestar estudiantil al manipular la realidad y exhibir la falsificación del hecho, contando para ello con la obvia participación de Televisa para lograrlo.
A tan inmoral conducta ¾de quien afirma que defiende los valores morales en sus campañas sociales¾ se sumaron la descalificación, la represión y la amenaza ejercidas en contra de los alumnos de parte de anónimos defensores del priista, lo que llevó a los jóvenes agraviados a utilizar el poder de las redes como instrumento de defensa y a través de ellas ejercer su derecho de réplica y alertar a la sociedad sobre las ruines amenazas que en su contra se confabulaban.
Ante la intensidad de las presiones, los jóvenes se organizaron y este espontáneo movimiento recibió el apoyo de miles de personas que reconocieron el valor y la razón que les asisten para poner un alto al autoritarismo y exigir a las concesionarias de los medios de comunicación electrónicos su apego a la verdad y a la deontología periodística.
Así lo reafirmó Antonio Antolinni, estudiante del ITAM, quien ante las puertas de Televisa San Angel expresó que él y sus compañeros iniciaron un movimiento que pretende tener una profundidad sin precedente y ser el cambio que México necesita, puntualizando su independencia de cualquier organización o partido político.
Lo que este movimiento demanda es pleno respeto a los principios rectores del periodismo en las sociedades democráticas, preceptos que se nutren de la veracidad, la actualidad, la oportunidad y la alta calidad a fin de garantizar a cada individuo y a la sociedad su derecho a entender la realidad y a formarse su propio criterio, como ejercicio de plena libertad.
Ante la nobleza y justificación de esta acción emergente a favor de la verdad y la ética en los medios de comunicación, no queda duda alguna de que muchos engrosaremos las filas del grupo #Yosoyel132 para lograr tan legítima y urgente aspiración democrática, porque ni nuestra democracia es una telenovela, ni queremos que los consorcios televisivos sean ni soldados del presidente (Azcárraga Sr. dixit), ni productores de la Presidencia de la República, como una estrella más de su barra de entretenimiento.