Ciudad de los Libros y de la Imagen
Toda biblioteca es un acto de fe.
Víctor Hugo
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
Tras su desincorporación del patrimonio del Senado de la República a favor del Gobierno del Distrito Federal, el predio en donde se ubica el Mercado de Artesanías de La Ciudadela será sujeto de un atinado proceso de integración a favor de un Polígono de Acción Cultural que detonó el programa Ciudad de los Libros y de la Imagen que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes aplicó a la antigua Biblioteca México.
A través de este programa, anunciado a mediados del año pasado, la entidad federal reposiciona este inmueble como uno de los centros de consulta más relevantes del país, pues a su reconocido acervo se integran las bibliotecas de don José Luis Martínez, don Antonio Castro Leal, don Jaime García Terrés y la del maestro Carlos Monsiváis, adquiridas por la institución para resguardarlas y ponerlas a disposición a la población.
Al enriquecimiento del acervo bibliográfico de este nodo cultural de la ciudad, se suma la originalidad de los proyectos arquitectónicos que rescatan y ponen en relieve el vanguardismo de la construcción novohispana e integra de forma creativa las bibliotecas personales de tan dilectos intelectuales, generando ambientes particulares que destacan las pasiones, intereses, inquietudes y gustos literarios e informativos de cada uno de estos ilustres mexicanos.
Dentro de esta diversidad creativa y arquitectónica, la integralidad del proyecto garantiza la recuperación total de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad colonial, inmueble superado sólo por el Palacio Nacional en dimensiones y cuya importancia para la historia de la patria lo vinculan al paso de Morelos hacia el cadalso, al golpismo de Huerta en la Decena Trágica, y como Templo del Saber y del Conocimiento cuando a partir de 1944 don José Vasconcelos estableció en parte de su construcción la Biblioteca México.
Después de la transformación que el arquitecto Abraham Zabludovsky realizó en el sexenio de Miguel de la Madrid, la biblioteca se sostuvo por el incansable celo y amor de sus trabajadores y la lealtad de sus usuarios para quienes el fondo reservado es uno de los tesoros bibliográficos más notables del país.
En sentido inverso a las faraónicas obras que se efectuaron por los rumbos de Buenavista a fines del sexenio de Vicente Fox para construir la Mega Biblioteca, La Ciudad de los Libros y la Imagen acredita el cuidado, la dedicación y la convicción del Conaculta por la importancia del libro como vehículo de difusión del conocimiento y de integración cultural.
Estos acervos procurados por el celo de sus formadores serán, gracias a este programa, accesibles al pueblo mexicano en un espacio acreditado y reconocido por las miles de personas para quienes la Biblioteca México es un arraigado referente urbano.
Por ello resulta encomiable que estas acciones del Conaculta se vean acompañadas por el programa que el Gobierno del Distrito Federal está encomendando a la Secretaría de desarrollo Urbano y Vivienda, a fin de integrar el Mercado de las Artesanías a este Polígono de Acción Cultural, lo cual redundará en beneficio de los habitantes del Centro-Alameda y de los miles de visitantes y transeúntes que a diario transitan por esta zona de la ciudad.
Toda acción que permita consolidar La Ciudadela como un espacio cultural por excelencia acreditará el acto de fe que para Victor Hugo implica toda biblioteca y que, en el caso de la Ciudad de los Libros y de la Imagen, esa fe en la cultura como integradora social y promotora de civilización se constata al paso cotidiano de la consolidación de tan atinado proyecto.