México convulsionado

Marco Antonio Aguilar Cortés

La reciente nota científica de la NASA es aterradora. Ese próximo choque entre la Vía Láctea y Andrómeda será espeluznante. Estrellarse de frente dos galaxias, según las observaciones del telescopio espacial Hubble, nos concierne a los terrícolas, ya que nos destruirá como especie, si antes no nos acontece alguna otra cosilla.

Claro, ese aviso previo sitúa el acontecimiento apocalíptico, sobre el que escribo, de aquí a 4 mil millones de años; sin embargo, vale la pena prepararnos, a efecto de ver si con alta tecnología podemos desviar alguna de las dos nebulosas beligerantes o, en su defecto, buscamos con nomadismo sideral un nuevo y mejor domicilio cósmico para la humanidad.

Mientras, debemos hacerle frente a otros tipos de choques, como el que se prevé habrá en estas accidentadas elecciones federales en las que se elige, además de otros funcionarios, al presidente de México.

Obvio que el superficial enfrentamiento es entre los candidatos llamados: Enrique, Andrés Manuel, Josefina y Gabriel. Incuestionable resulta que la contienda formal es entre el PRI, PAN, PRD y Alianza; empero, la verdadera pelea es entre grupos audaces que ambicionan el poder, en donde se mezclan acaudalados intereses de dentro y fuera del país.

Esos grupos anónimos y sin escrúpulos ven México como un botín. Su apetencia los conduce a efectuar todo lo legalmente posible, y todo lo delincuencialmente necesario. Como un ejemplo está esa pancarta que han presumido tanto grupos perredistas como panistas: “Mario Aburto, ¿en dónde estás cuando México realmente te necesita?”

Pero esta franca e irresponsable invitación al homicidio, o al magnicidio en su caso, no únicamente puede tener como posible sujeto pasivo a Peña Nieto. Podría orientarse hacia Josefina Vázquez Mota, o a Gabriel Quadri, o a Andrés Manuel López Obrador, ya que están saliendo nuevos grupos de Yo Soy 132; unos, que no quieren que llegue a la Presidencia de la República López Obrador; otros, se oponen a que llegue Josefina; y, algunos, en actitud de burla, están renuentes ante la remota posibilidad de Quadri.

Con tan fanáticos absurdos están desatando al viento, están arrojando más combustible a la hoguera, están dando mayores motivos de irritación a esa parte bronca de nuestro país, tan proclive a la sangre y a la muerte.

Violentar es fácil; pacificar es muy difícil. Todo México presiente que los asesinos de Manuel Buendía, Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu, Juan Jesús Posadas Ocampo y de aproximadamente 60 mil ultimados en esta guerra perversa, andan sueltos.

Esas mentes y manos homicidas hacen de todo. Lo mismo devalúan el peso frente al dólar, que llenan de corrupción las instituciones civiles y militares. Realizan secuestros y mítines. Roban, producen y comercializan drogas, paralizan las instituciones educativas, arrojan lodo a través de medios masivos de comunicación contra gente honorable, provocan hambre y miseria, y convulsionan el país.

Tiene tantos entresijos nacionales e internacionales ese mundo de violencia, que es urgente que el pueblo lo conozca a plenitud, a efecto de que pueda acabar con él.