Martha Bañuelos

París.-Sí las capitales europeas respiran, aunque desafortunadamente no será por mucho tiempo, no obstante que los conservadores del Partido Nueva Democracia (ND), declarados pro europeos, ganaron las elecciones legislativas en Grecia y fueron beneficiados por la adjudicación de 50 diputados que la Constitución concede al ganador del escrutinio. Así la ND contará con 129 diputados en el Parlamento integrado por 300.

Con el éxito del Partido Nueva Democracia, su líder Antonis Samaras, estará en condiciones de tomar el lugar de Panagiótis Pikramménos, del gobierno de transición establecido en mayo. Samaras espera gobernar con el Pasok (Partido Socialista) y confía en la adhesión de la derecha independiente (20 sillas), así como del pequeño partido de la Izquierda Democrática (16 sillas) que juega al equilibrista, saltando de la posición contra el rigor al apoyo a las buenas relaciones con los acreedores internacionales de Grecia.

La ND obtuvo el 29.66 por ciento de los votos, mientras Syriza (partido radical de izquierda) obtuvo el 26.89 por ciento. Detrás estarían los socialistas del Pasok con el 12.28 por ciento.

El partido neofascista Amanecer Dorado, con su política contra inmigrantes, siguió sorprendiendo a la clase política, al obtener 18 asientos en el Parlamento.

La cumbre europea del 28 de junio en Bruselas será esencial para el futuro de Grecia, ya que sin la llegada de dinero fresco, 130 mil millones de euros, el Estado griego no será capaz de pagar a sus funcionarios a partir del 20 de julio. Las reformas, a las cuales se había comprometido en la cumbre del 8 de marzo, se realizaron, pero el problema fue el proceso electoral, iniciado en el mes de mayo y que congeló la actividad oficial.

El ganador de las elecciones, Antonis Samaras, solamente decepcionará, porque la situación financiera de Grecia es una bomba de efecto retardado, y él, como próximo Primer Ministro, deberá aflojar un poco el tornillo de la austeridad y a la vez inspirar confianza a los acreedores públicos de Grecia.

Samaras deberá enfrentar en su primer expediente y con su nuevo gobierno, el problema de la recapitalización de los bancos, ya que desde hace dos meses, todos los griegos prefieren sacar sus euros y meterlos abajo del colchón, por lo que los bancos griegos, no prestan ya a los empresarios del país, lo que obliga a las empresas a reducir su personal, perdiendo el sector privado en cinco años un millón de empleos.

En las próximas semanas, para la Nueva Democracia de Antonis Samaras y si consigue la coalición, y una vez que forme su nuevo gobierno, su prioridad será la Troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y el FMI) y no el pago de pensiones y salarios de los griegos.