Singular oportunidad
Julio A. Millán B.
Lamentablemente, hasta ahora en las reuniones del G-20 no se ha considerado con profundidad la arquitectura financiera internacional y lo insuficientes e inadecuados que han resultado los mecanismos de supervisión; situación que llevó a la crisis económica y financiera mundial de finales de 2008, cuyos efectos aún prevalecen en las economías de mayor desarrollo, y que las tienen en jaque.
Al respecto, es importante que en la reunión del G-20 a celebrarse en Los Cabos, Baja California Sur, los días 18 y 19 de junio se concreten y, más que todo, se instrumenten, acuerdos que logren estabilizar los mercados financieros cuya volatilidad se ha exacerbado en las últimas semanas.
México como anfitrión y, sobre todo, como presidente temporal del G-20 debe insistir en la imperante necesidad de crear una mayor regulación al sistema financiero internacional, con las acciones correspondientes para corregir desequilibrios macroeconómicos, no sólo en los países en desarrollo, sino también en los desarrollados, puesto que los acontecimientos recientes han demostrado que es uno de los factores determinantes en el adecuado funcionamiento del ciclo económico mundial y sus repercusiones en el corto plazo que para México ya se presentan, es el caso de la acelerada devaluación de nuestra moneda en los últimos meses.
Es importante tomar en cuenta que desde hace algunos años el centro de gravedad de la economía mundial se está moviendo hacia los países emergentes.
En este contexto es clave para México consolidar las políticas internas que le permitan alcanzar un sostenido crecimiento económico, y al exterior mediante políticas más proactivas, liderar las acciones comunes de cooperación internacional que le permitan posicionarse como potencia emergente.
La reunión del G-20 tiene una significación importante para México no sólo por ser anfitrión, sino porque la encabeza. Nuestro país además de ser el primer latinoamericano, es después de Corea la segunda economía emergente que ha sido considerada para presidir este importante foro mundial, lo que representa una oportunidad única para mostrar un liderazgo destacado. Ello tras lo que se puede considerar como fracaso al no lograr ser incluido dentro de los países emergentes más importantes, sabemos que al acrónimo BRICS le falta la M pero no hemos sabido colocarla.
En este sentido, el gobierno de México tiene la oportunidad de mostrar si tiene madera de líder, para enfatizar y orientar los trabajos hacia los aspectos que son más relevantes para el país y la zona que representa.
Es el caso del fortalecimiento de acciones que en materia económica se necesita consensuar y poner en marcha.
De igual forma, nuestro país no debe soltar los temas que desde hace tiempo a puesto en la mesa de las discusiones y que están relacionados con el desarrollo y la sustentabilidad del planeta.
Destaca en especial el tema del crecimiento verde, ello por la importancia de las repercusiones económicas que el cambio climático ha ocasionado en especial en la región norte del país debido a las sequías que en los últimos años han sido devastadoras. Asimismo, debe insistir en el fomento de mayores inversiones en proyectos de energías renovables en zonas potenciales, como la región sureste, caso de los parques eólicos. Eso sí, las soluciones que se acuerden deben ser prácticas y viables en el corto plazo.
jmillanb@grupocoraza.com
