Alexander Serikov
El 12 de junio se festeja en todo el territorio ruso el Día de Rusia. Es una fiesta nacional bastante reciente ya que fue decretada apenas en 1992 cuando se firmó la Declaración de la soberanía nacional de Rusia. Este día que es feriado, se celebran asambleas, se ofrecen banquetes y hay conciertos de todo tipo.
El 12 de junio del año en curso fue un día excepcional: en varias ciudades rusas se llevaron a cabo las manifestaciones de protestas, las más numerosas de todas las manifestaciones de este tipo desde el otoño del año pasado cuando una tormenta de inconformidad con los resultados de las elecciones parlamentarias estremeció a todo el país.
Fue el 12 de junio de este año cuando la oposición organizó la llamada “marcha de millones” que se transformó en una manifestación popular con la participación de miles de personas. Solamente en la capital Moscú salieron a las calles –según cálculos realizados por las organizaciones disidentes– cerca de 200 mil personas aunque la policía reportó otra cifra: 18 mil. El tiempo resultó desfavorable pero a pesar de fuertes lluvias y vientos “la marcha de millones” recorrió una gran parte del llamado Anillo de bulevares desde la calle principal Tverskaya y hasta la avenida que lleva el nombre de Andrey Sákharov, premio Nobel de la Paz de 1975 y uno de los disidentes más destacados rusos.
Las columnas de manifestantes iban acompañadas de numerosos elementos de la policía que se portaron pacíficamente. Esta marcha fue coordinada anticipadamente con las autoridades que otorgaron el permiso de realizarla por lo que no hubo motivos para represalias ni detenciones.
El contenido de esta marcha fue el mismo que el de las numerosas manifestaciones anteriores: inconformidad con los resultados de las elecciones parlamentarias de noviembre del año pasado y de las presidenciales celebradas en primavera de este año. Los organizadores de estas manifestaciones de protesta llamaron la marcha en cuestión “la marcha contra Putin”.
Ellos exigieron la liberación de los presos políticos, la creación en el país de un clima de real justicia social, exigieron que los ingresos de los recursos naturales de Rusia fueran gastados en beneficio de todo el pueblo, exigieron un real aumento de salarios y pensiones y que se pusiera fin a la comercialización desenfrenada de la educación, ciencia y atención médica.
Pero el punto principal del mitin que coronó “la marcha de millones” fue la invitación a votar por el Manifiesto de la Rusia Libre leído en el mitin y que es el programa escrito de la oposición política rusa. La primera cláusula de este Manifiesto es la renuncia del actual presidente Valdimir Putin; la segunda, la elaboración de la nueva ley de las elecciones parlamentarias y la tercera, la aprobación de esta ley por el parlamento actual. La votación por el Manifiesto que solicitaron los líderes de la oposición se limitó a los gritos de los presentes. La siguiente marcha de esta envergadura fue anunciada para el otoño del año en curso.


