Ricardo Venegas

Uberto Stabile (Valencia, España, 1957) es poeta y promotor de la lectura, radica en Punta Umbría en donde coordina uno de los Encuentros anuales más importantes de la industria editorial independiente de Europa e Iberoamérica bajo el nombre de Edita (Encuentro Internacional de Editores Independientes y Ediciones Alternativas). Como autor ha publicado Las edades del alcohol (1995), Perverso (1997) y Los días contados (2000). Esta entrevista se realiza cuando están a punto de editar las memorias de Edita para celebrar los veinte años de este Encuentro.
—Ha comenzado a presentarse Edita en Latinoamérica, primero en México, luego en Colombia…
—Se podría decir que México y Latinoamérica han estado siempre presentes en Edita, es un encuentro con veinte años ya, no es la primera vez que México está en este encuentro, la afluencia de autores y editores mexicanos ha sido muy importante.
—¿Cómo se entrelazan las redes de distribución en las editoriales independientes?
—La distribución sigue siendo el caballo de Troya, no sólo de las pequeñas, medianas, sino de las grandes editoriales, no es nuestro fin, no es el objetivo. La edición independiente tiene la característica de saberse adaptar a los problemas, tiene una flexibilidad que el editor convencional no tiene. Si no hay distribuidoras el editor independiente distribuye. Si las librerías se niegan a exhibir sus libros, el editor los coloca en bares, peluquerías, carnicerías, bares, los lleva a eventos, digamos, que es como el agua cuando corre hacia al mar, busca y encuentra su cauce, el editor independiente sabe moverse como pez en el agua para que los libros lleguen a donde tienen que llegar, quizá porque tiene muy claro a quiénes tienen que llegar, quiere lectores críticos, no adocenados.
—¿A qué te enfrentaste para instalar Edita en México?
—Me gustaría decir que tuve muchos problemas, pero sólo hemos tenido respuestas positivas, incluso, sin ninguna ayuda pudimos organizar un evento que en España tiene ciertos apoyos. La capacidad de convocatoria ha sido muy buena. Para ser la primera vez nos hace ver muy positivamente lo que puede ser Edita en México y en un continente como Iberoamérica.
—¿Qué diferencias encuentras entre los editores independientes mexicanos y los españoles?
—Muy pocas, quizás en algunos contenidos. Hay mucha similitud en el editor de carácter literario, de revistas literarias, de colecciones de poesía, los encuentros de Punta Umbría atraen un mayor número de editores de arte, de libros de arte, de literatura, de poesía visual, poesía objeto, arte objeto, estamos hablando de la primera edición en México, la cual me hace percibir que irán apareciendo conforme avance y se desarrolle.
—¿Cómo te sientes en México?
—Me siento completo, con México guardo una relación de amor, no sé de dónde me viene desde niño. Desde hace unos años la puedo llevar a cabo desde muchos frentes. Como editor dirijo una colección de autores exclusivamente mexicanos en España en el salón del libro Iberoamericano, donde México es el país invitado permanentemente, además de aquél al que se dedica cada año, me siento como en casa.
—Háblanos de los autores mexicanos que estás editando…
—Quise dar a conocer a los autores mexicanos actuales, jóvenes, que están vivos, que no fueran noveles, y que su obra estuviera respaldada por la calidad. La poesía mexicana reciente no es ninguna desconocida. Tuvimos la suerte de contactar a estos autores. Publicamos la antología Tan lejos de Dios en la unam, poesía mexicana en el norte de México, me ha permitido leer mucho y ver las tendencias actuales de la poesía mexicana. Esa es nuestra labor. Los editores españoles que estamos en contacto con México damos a conocer lo que está sucediendo ahora. Tenemos una magnífica herramienta que es Internet, la cual trabaja en tiempo real. No podemos editar a poetas decimonónicos cuando estamos ante los nuevos poetas.
—Se ha dicho que la poesía mexicana no ha tenido difusión en Espa­ña…
—Digamos que la narrativa empieza a tener mayor difusión. La poesía no es comercial y eso hace que los grandes editores no les presten atención, salvo poetas como José Emilio Pacheco, que son autores premiados, algunos tienen que estar muertos para que les hagan caso, ese es el nicho donde trabajamos, hay todo un mundo que no puedes esperar a que envejezca, las pequeñas editoriales están publicando en las revistas literarias a los autores actuales, por ello debemos tener en cuenta la labor de estas pequeñas editoriales, porque sin ellas no se conocerían a muchos autores en el exterior.