Entrevista a Jorge Aviña Avila/Dibujante

 Irma Ortiz

Jorge Aviña Avila es un artista inquieto, chilango, siempre en la búsqueda de nuevos caminos. Historietista de toda la vida, ilustrador, diseñador de personajes, retratista y realizador de animaciones.

Se inició en el mundo de la historieta a la edad de 15 años, cuando a la muerte de su padre tuvo que hacer frente a las necesidades familiares y se convirtió en ayudante de escenografía de la revista Casos Reales del FBI.

Con una labor de más de 45 años, Aviña Avila ha destacado por su trabajo en El Libro Vaquero, del cual fue portadista de 1989 al año 2009, historieta que es considerada como una de las publicaciones más vendidas del país y cuyo éxito en el extranjero se debe a lo que se considera “la atracción hacia la cultura pop mexicana y su gráfica icónica”, y cuya exposición se presentó recientemente en la ciudad de Praga. También realizó La nueva historia mínima de México de El Colegio de México.

Para Aviña, la historieta ha dejado una gran huella en nuestro país, “antes era muy común ver los cómics en las casas, donde por lo menos 8 personas entre niños y adultos la leían. Sin embargo, con la entrada y el boom de la pornografía, dejó de entrar en los hogares de los mexicanos y aunque hay grandes historietistas, el género ya casi se acabó”.

Pero el artista no se amilana y colabora con la Secretaría de Salud y el gobierno capitalino para realizar historietas de corte social. Actualmente colabora con un grupo de jóvenes mexicanos, Jorge Satorre y Erick Beltrán, quienes trabajan en Europa y ha realizado trabajos para la Universidad de Sevilla; con exposiciones en el Gran Café en Francia, y para la línea para Modelling Standart, con obras que se han presentado en Londres, Suiza, Barcelona y en el Museo de Arte Moderno de París.

Portadista en la revista Siempre!, para quien realizó los retratos de 18 presidentes de México, Aviña Avila nos da hoy su visión de la portada sobre el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, para conmemorar el 59 aniversario de la revista.

“Es un Quijote —dice— que lucha contra molinos y sexenios. Se ven esos tres saltos que da y el último es el más importante, es un salto hacia el futuro. Cuando el Quijote y Rocinante saltan el año dos mil, creo que se pasa de una historia gris —no sólo la del 2000 sino también la de 2006—, a un área más luminosa, con más energía y con muchas esperanzas”.

Un Quijote que representa la esperanza.

Es un Quijote que va hacia el futuro. Es un ser que nunca muere, porque en el libro de Miguel de Cervantes Saavedra cuando el Quijote vuelve a la realidad, se enferma, regresa a su casa y fallece. Mi visión es la de un Quijote eterno, que a pesar de tener frente a sí los molinos, sale airoso de cualquier circunstancia, ya que tiene por delante sus ideales.

En este sentido relaciono mucho el libro de Miguel de Cervantes Saavedra con la propia revista Siempre!, que este año cumple sus 59 años de vida. Este libro sale a la luz en 1605, en Madrid, pero sigue vivo y cabalgando y así lo hará eternamente.

Es fuerte y su principal fuerza la tiene en sus ideales a los cuales se aferra, como es el caso de la revista Siempre!, que ha tenido tiempos de bonanza, pero también momentos difíciles, pero de verdad considero que es la misma historia del Quijote, que siempre sale avante.

Para mí, ese salto del 2000-2006, es salir de esa época gris, sombría, de tiempos en que no vimos el desarrollo de una política de avanzada. La gente esperaba mucho de éstos dos sexenios y la verdad creo que han sido los peores que hemos vivido.

Si dibujara un cuadro, donde me pidieran que hiciera en una obra, un resumen de cada sexenio lo tendría que hacer con una paleta de colores grises, porque no creo que hayan sido afortunados.

La experiencia de años anteriores, de las cosas positivas, el nuevo gobierno las puede tomar y salir adelante con mucha fuerza.

 

Perspectivas  más alentadoras

En el cuadro aparece la figura de Sancho, muy atrás, lejano, envuelto en esa grisura.

Sancho es el observador de don Quijote, es un ser que no aparece mucho en la primera parte del libro sino en la segunda, pero siempre está ahí. Ese Sancho es como muchos de los seres humanos que piensan que las cosas son muy ligeras y al final se mete mucho uno dentro del espíritu del Quijote, y ves todo con más profundidad, a lo mejor somos un mucho como Sancho, que fue hasta las etapas finales cuando supo comprender, apoyar y sacar adelante a don Quijote. Lo conoció, lo sintió y, sobre todo, lo entendió.

Sancho soy yo, eres tú, somos muchos o incluso somos todos, somos observadores y esperamos algo bueno para México. De verdad confiamos en que haya mucho trabajo, que podamos decir que hay un futuro más claro y sobre todo que haya mucha estabilidad social, como hace muchos años se vivió.

Por mi edad (66 años), vi un México estable y en los últimos años no encontramos un país que económicamente vaya en avanzada, hay mucha incertidumbre.

Situaciones como la marchas de los jóvenes son una expresión de lo que está pasando, pero cuando todo se aclare y llegue al punto donde haya una seguridad, se puede empezar a reconstruir un México diferente. Por ejemplo, para todos los muchachos que están luchando por sus ideales, sí, es una presión para el nuevo gobierno y éste debe tomarlo de manera positiva, para que no haya desviaciones y se cumplan ahora sí las expectativas que muchos tenemos sobre el país, para que el gobierno no caiga en cuestiones de corrupción.

Este nuevo gobierno debe ser incluyente, donde todos tenemos derecho a opinar y ser tomados en cuenta, donde haya estabilidad económica y política.

Es un Quijote que tiene que pasar de los sueños a la realidad.

Sí, una realidad que demanda justicia, proyectos sociales que realmente se cumplan, atención a las poblaciones indígenas. Fomentar proyectos que permitan a la gente regresar al campo, que hoy se encuentra tan abandonado, darles su lugar, porque hoy ser campesino pareciera que es hablar de un ser inferior y, al contrario, son los que nos dan de comer. Queremos que haya justicia social y sobre todo unidad nacional, es lo que faltaría y con buena voluntad se pueda hacer. Que la unidad sea para todos los mexicanos.