Alexander Serikov
El desastre que azotó a Japón en marzo del 2011 – un fuerte terremoto cerca de sus costas y el devastador tsunami engendrado por él – fue, obviamente, el principal culpable de las masivas destrucciones, desapariciones y fallecimientos de muchos japoneses. Pero hubo quien no hizo todo lo necesario para prevenir estas destrucciones y muertes así como quien demostró su incapacidad para liquidar las consecuencias del desastre. Estos culpables fueron mencionados en un reporte sobre los resultados de las investigaciones de consecuencias del desastre del 11 de marzo.
Fue el 5 de julio último cuando se publicó el reporte de 600 páginas elaborado por los peritos que integraron la comisión del parlamento japonés sobre las causas del desastre en la central nuclear de Fukushima que más que otros objetivos estratégicos del país sufrió la embestida de la naturaleza. La comisión parlamentaria estableció que la culpa principal de todos los males había sido la negligencia y descuido de los órganos de inspección y de la compañía operadora de la central Tokyo Electric Power Company (TEPCO) así como su incompetencia durante la liquidación de las consecuencias del desastre.
El reporte en cuestión rechazó las aseveraciones anteriores de que el terremoto de 9 grados en escala de Richter y el tsunami con olas de 15 metros de altura tenían un fuerza destructiva tan colosal que no hubiera podido evitar lo causado por ellos.
Al mismo tiempo el reporte confirmó que las causas directas del desastre habían sido “predecibles mucho tiempo antes de lo ocurrido” y depositó la culpa en la compañía TEPCO por no haber realizado la modernización necesaria de la central nuclear así como a las agencias gubernamentales de energía nuclear que se hicieron de la vista gorda al incumplimiento de las normas de seguridad por parte del TEPCO.
Los expertos parlamentarios también acusaron al gobierno a inspectores y a TEPCO de no haber manejado eficientemente la situación crítica. Concretamente, el primer ministro Naoto Kan – quien dimitió en agosto de 2011 – no impusó a su debido tiempo la situación de emergencia en la zona del desastre, no organizó junto con los integrantes de su gabinete de ministros la evacuación de la población de esta zona. Como consecuencia de tal negligencia muchos habitantes de las regiones afectadas recibieron altas dosis de radiación nuclear.
La comisión parlamentaria también mencionó como causa de la lentitud en la liquidación de las consecuencias del desastre a la mentalidad de los japoneses que se manifiesta en la total obediencia, la costumbre de endosar la responsabilidad sobre los jefes, de no poner en duda las decisiones de ellos así como el aislamiento insular de los japoneses que no están dispuestos a adquirir experiencia ajena.
La conclusión a que llegó la comisión parlamentaria en su reporte fue que la sociedad japonesa debería reforzar el control sobre las industrias energéticas y la nuclear en primer término.