Alexander Serikov
La situación política en la ex república soviética de Ucrania, relativamente tranquila en los últimos tiempos, volvió a calentarse a raíz de la aprobación por el parlamento de la llamada ley sobre idiomas.
Ucrania que hace más de 300 años se unificó con el imperio ruso frente a las amenazas de sus vecinos occidentales de anexarla, poco a poco iba aceptando lo más importante de Rusia en la tecnología y cultura, y debido a que muchos rusos llegaron a vivir en el territorio ucraniano, el idioma ruso llegó a ser otro idioma en estas tierras. Cuando en los años 90 del siglo pasado Ucrania se separó de la desmoronada URSS convirtiéndose en un país soberano, las fuerzas nacionalistas prooccidentales comenzaron la campaña contra todo lo ruso, siendo el idioma ruso el objetivo principal.
De una u otra forma se logró excluir este idioma de la vida oficial llegando el idioma ucraniano a ocupar el lugar del único idioma oficial. Sin embargo la gran cantidad de rusos que viven en Ucrania obligó a que los diputados parlamentarios del Partido de las Regiones que es el partido gobernante en Ucrania, salieran con la iniciativa de regresar el estatuto del idioma regional a la lengua rusa. Esto significa que en aquellas regiones donde el idioma ruso es materno para por lo menos el 10 por ciento de la población la lengua rusa sería regional.
También quiere decir que los estudios escolares y universitarios podrían ser llevados a cabo en el idioma ruso, así como toda clase de documentación oficial. Fue el 6 de julio cuando el proyecto de ley fue aprobado por el parlamento ucraniano. Esto sirvió de chispa que encendió la hoguera de la indignación sobre todo en las regiones occidentales ucranianas caracterizadas por su nacionalismo radical y propensas al acercamiento con el occidente.
Cerca de 2 mil personas se congregaron aquel mismo día 6 de julio en la capital del país Kiev en un mitin que dio inicio a la acción de protesta llamada Ucrania sin Yanukóvich (presidente ucraniano). La acción fue organizada por el partido Frente de Cambios cuyo líder Arseny Yatseniuk anunció que el objetivo de esta acción sería acabar con el régimen de Yanukóvich y los primeros pasos a dar hacia este objetivo serían la realización anticipada de las elecciones parlamentarias y presidenciales.
Algunos diputados del parlamento (Rada) pertenecientes a la oposición se declararon en huelga de hambre en protesta contra la ley de idiomas ya que, según ellos, esta ley fue aprobada con numerosas violaciones de las normas constitucionales y amenaza a la existencia del idioma ucraniano. Dentro de Rada tuvieron lugar varias trifulcas con la participación tanto de partidarios como opositores a la citada ley. La controvertida ley obtendrá su fuerza legal una vez firmada por el presidente Víktor Yanukóvich quien no se apura a hacerlo. Mientras ya se ejerce una fuerte presión sobre el primer mandatario con tal de obligarlo a rechazar la iniciativa lingüística legal.


