Alexander Serikov

La central nuclear japonesa de Fukushima que sufrió enormes daños a consecuencia del sismo y tsunami del 11 de marzo del 2011, ha tenido más problemas, esta vez de carácter financiero. Según informó la empresa operadora de esta central Tokyo Electric Power (TEPCO), los resultados del segundo trimestre del año en curso confirmaron las pérdidas financieras que constituyeron 3.68 mil millones de dólares. El año financiero pasado –abril del 2011 a abril del 2012– las pérdidas fueron de 7.3 mil millones de dólares. Sin embargo, en el segundo trimestre del año en curso la empresa operadora logró aumentar los ingresos un 15.6 por ciento y las ventas de la energía eléctrica subieron un 1.3 por ciento. Pero estos logros no coadyuvaron a que la TEPCO obtuviera beneficios.

La causa principal que produjo las pérdidas fueron las indemnizaciones pagadas a las personas afectadas por las consecuencias del desastre en la central nuclear así como los gastos efectuados para la reconstrucción de las regiones afectadas. Para cubrir todos estos gastos TEPCO se vio obligada a solicitar al gobierno japonés ayuda financiera.

A finales de marzo del año en curso la empresa dirigió al gobierno una solicitud más de ayuda. Además, tuvo que reducir los salarios a los directivos en un 25 por ciento y en un 20 por ciento a los demás empleados. También otra causa creó problemas para TEPCO: los habitantes afectados por la radiación nuclear que no ocultaban su disgusto con el mal manejo de los empleados en la eliminación de las consecuencias del desastre, amenazaron con represiones a los familiares de ellos y eso produjo el retiro de 460 empleados.

Todo esto llevó a que TEPCO pasara bajo control del gobierno a cambio de 12.8 mil millones de dólares pagados a esta empresa. El dinero lo proporcionó el Fondo Estatal de compensaciones a las víctimas de desastres de Japón  que se convirtió en el accionista principal de la central de Fukushima.

No se ha sabido por el momento si esta central seguirá funcionando o no. Después del desastre del 11 de marzo del 2011, todos los 50 reactores nucleares japoneses fueron desactivados para verificar su resistencia a los efectos destructivos. En aquel entonces se habló mucho en Japón sobre la prohibición definitiva del uso de las centrales atómicas. Pero las autoridades japonesas argumentaron que tal prohibición afectaría la producción de la energía eléctrica. Así a mediados de junio del 2012 el primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, dio órdenes de reiniciar el funcionamiento de los dos reactores nucleares en la central de Oi en la provincia de Fukui. El primero de ellos comenzó su funcionamiento el 1 de julio pasado lo que provocó masivas manifestaciónes de protesta a lo largo del país.