Mosab Hassan Yusef: “Este es un viaje por la libertad”

Bernardo González Solano

Desde el 15 de mayo de 1948, cuando la ONU decidió que se creara el  Estado de Israel, concluyó oficialmente el dominio de la Gran Bretaña en Palestina.

Esta decisión cambió radicalmente la vida geopolítica del Oriente Medio, cambio que no vislumbra su fin pese a los 64 años transcurridos. Tan turbulento escenario ha propiciado el enfrentamiento entre el pueblo judío y sus vecinos, los países árabes, con varias guerras e infinidad de enfrentamientos armados y otro tipo de ataques, obvio con sus respectivos órganos de inteligencia, de espionaje y de contraespionaje; algunos calificados como organismos terroristas por otros países e instituciones internacionales.

De tal suerte, en casi seis décadas y media, se han sucedido todo tipo de episodios, sobre todo en el mundo de la “inteligencia” que es tan propicio a los mitos y leyendas, de los agentes dobles, de las traiciones no sólo a sus países de origen sino a sus propias familias.

En los días que corren, sólo el Agente 007, el famoso James Bond, hijo literario del antiguo espía británico Ian Fleming, puede darse el lujo de saltar de un helicóptero acompañado de la reina Elizabeth II para caer de pie en un moderno estadio londinense, para inaugurar  los XXX Juegos Olímpicos, sin que se le mueva un solo cabello.

 

Hamas y Shin Bet

Esto es fantasía. El caso del joven palestino Mosab Hassan Yusef, hijo de uno de los fundadores de Hamas (acrónimo de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya: Movimiento de Resistencia Islámico), organización política y militar palestina que se declara como yihadista, nacionalista e islámica y enemiga de Israel, es la cruda realidad, aunque a muchos les pueda parecer algo casi increíble.

Durante diez años, Mosab Hassan Yusef fue agente del Shabak (acrónimo de Sherut Bitachon Klali: servicio de seguridad general, mejor conocido como Shin Bet, oficina de inteligencia y seguridad general interior de Israel), amén de haber abandonado el Islam para convertirse al cristianismo evangélico, pedir asilo político en Estados Unidos y regresar a Israel hace poco para dictar una conferencia de prensa, en la que se explayó sobre sus razones para haber abandonado prácticamente todos sus orígenes. Esto es otra cosa muy diferente.

Antes de desmenuzar el caso de Mosab Hassan Yusef, es necesario conocer las particularidades de Hamas y del propio Shin Bet. El primero, desde de la década de los noventa del siglo pasado, es una de las organizaciones radicales palestinas que ha utilizado sistemáticamente la violencia como medio para conseguir acabar con la ocupación israelí de Palestina, mediante sangrientos atentados terroristas suicidas. El objetivo de este movimiento es conseguir un Estado palestino donde rija la legislación islámica y expulsar a Israel —Estado al que los dirigentes de Hamas se niegan a reconocer— del territorio que ahora ocupa. Al mismo tiempo, señalan a los estadounidenses como enemigos por su reiterado apoyo a los israelíes.

De acuerdo con el Manifiesto del Movimiento de Resistencia Islámica, publicado el 18 de agosto de 1988, se establece a lo largo de sus 36 artículos la destrucción de Israel a través de la yihad como el objetivo prioritario de Hamas y como deber individual de todo musulmán: “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado…”

Por su parte, el Shin Bet —con aproximadamente 5 mil miembros— es una de las tres organizaciones principales de la inteligencia israelí junto con el servicio del ejército (Aman) y el Mosad. Algunas de sus funciones son mantener la seguridad del Estado contra las actividades terroristas, actos criminales y violentos… Fue fundada en 1948 por el primer ministro David Ben Gurión.

 

Hijo de Hamas

En tales circunstancias, Mosab Hassan Yusef nació en Ramallah, a 10 kilómetros de Jerusalén, en 1978, hijo de uno de los fundadores de Hamas y líder Sheik Hassan Yusef.

De 1997 a 2007 trabajó en forma encubierta para el Shin Bet, considerado como una de sus fuentes más valiosas dentro del liderazgo de la organización palestina. Según versiones israelíes, la información proporcionada por Yusef permitió prevenir docenas de ataques suicidas y asesinatos de personajes judíos. Descubrió muchas células de Hamas y ayudó a Israel a aprehender a infinidad de militantes islamistas, incluyendo a su propio padre. En el mes de marzo de 2010 publicó su autobiografía titulada Son of Hamas (Hijo de Hamas). En el ínterin, se convirtió al cristianismo evangélico y se trasladó a San Diego, California. Pidió asilo político que le fue otorgado el 30 de junio de 2010.

El padre de Mosab, Sheik Hassan Yusef, ha pasado varios años en las prisiones israelíes por su activismo en Hamas. La familia cuenta con ocho hijos, cinco varones y tres mujeres. El exagente es el mayor.

De acuerdo a sus confesiones en el libro publicado hace poco más de dos años, cuando empezó a crecer quería ser un guerrero porque eso era lo que se esperaba de los niños árabes en la Franja de Gaza. Fue arrestado por la policía israelí cuando apenas contaba diez años de edad, durante la Primera Intifada (levantamiento), desde 1987 hasta 1993, por lanzar piedras a posiciones judías. Después  fue arrestado y encarcelado por los israelíes en muchas ocasiones. Como sucede en las familias árabes, por ser el hijo mayor de la familia se le consideraba el obligado heredero y se convirtió en parte importante de la organización de Hamas.

Cuenta Yusef que empezaron sus dudas acerca del Islam y de Hamas cuando él mismo cometió actos brutales en nombre de la organización; fue cuando empezó a odiar la forma en que Hamas utilizaba las vidas y el sufrimiento de sus militantes —civiles y niños— para llevar a cabo sus propósitos.

 

Príncipe verde

Yusef fue enrolado como agente de Shin Bet en 1996. Al estar en prisión, cuenta que se percató de las diferencias cuando comparó los métodos de interrogatorio del Shin Bet con las operaciones de tortura de Hamas en los detenidos supuestamente colaboradores del bando contrario. Decidió acercarse al Shin Bet y convertirse en un informante. Desde su liberación de la cárcel en 1997, Yusef fue reconocido por el servicio israelí como una fuente segura en el liderazgo de Hamas. De ahí el sobrenombre de príncipe verde, por el color de la bandera del grupo islámico y “príncipe” por su ser hijo de uno de los fundadores del grupo.

Yusef aclara que no informaba a cambio de dinero, sino que sus razones eran ideológicas y religiosas. Lo único que quería era salvar vidas. Con el propósito de evitar suspicacias de colaboración, el Shin Bet preparó un intento de arresto; las Fuerzas de Defensa de Israel realizaron un simulacro de arresto, aunque el cuerpo de inteligencia lo dejó escapar en el último minuto, después de lo cual permaneció oculto por el resto de su carrera.

El agente encubierto afirmó que proporcionó información a la inteligencia israelí con la condición de que los “blancos” no fueran muertos, sólo arrestados. Esto condujo a la detención de varios de los principales líderes palestinos, incluyendo a Ibrahim Hamid, comandante de Hamas en la Franja de Gaza, y Marwan Barghouti. También, Yusef afirmó que impidió el complot de asesinato de Shimon Peres, a la sazón ministro de Relaciones  Exteriores y ahora presidente de Israel. “Muchas personas le deben la vida y no lo saben”, dice su antiguo oficial de enlace en el Shin Bet.

 

Entrada al cristianismo

En 1999, Yusef conoció a un misionero que lo introdujo en el cristianismo. En dos años gradualmente se convirtió en cristiano. En 2005, secretamente fue bautizado en Tel Aviv por un turista cristiano. Entonces salió de la Franja y se trasladó a Estados Unidos en 2007 y durante un tiempo vivió en el puerto de San Diego, California, donde asistió a la Barabbas Road Church. En agosto del año siguiente, Yusef reveló públicamente su  cambio de religión y renunció al liderazgo árabe, con lo que expuso tanto a su familia como él mismo a la persecución. Pese a todo, afirmó que su principal deseo era lograr la paz en el Oriente Medio. Ahora regresó a Israel.

La llegada de Yusef a Jerusalén no fue una gran noticia. Su actividad como espía a favor de Shin Bet fue pública desde que en marzo de 2010 la editorial Tyndal House publicó su autobiografía: Son of Hamas: A Gripping Account of Terror. Betrayal, Political Intrigue, and Unthinkable Choices, escrita con la asistencia de Ron Brackin. No hay traducción al español.

El rompimiento de Yusef con su pasado no es bien vista por sus familiares. Ouwais Yusef, uno de sus hermanos, denunció el reporte de las actividades de su consanguíneo, diciendo: “Está lleno de mentiras… todo son mentiras”; también reveló que su último contacto entre su familia y Mosab tuvo lugar aproximadamente un año antes de saber  que era espía. Asimismo, su padre, Sheikh Hassan Yusef, que se encontraba en prisión, criticó a su hijo por espiar para Israel.

 

Amor a Israel

Durante algún  tiempo, Mosab Hassan Yusef estuvo en la lista de posibles deportados pese a su petición de asilo político que en principio le fue negado. Pero el 24 de junio de 2010, Gonen Ben-Itzhak, su compañero durante diez años en el Shin Bet con la contraseña Loai, reveló su identidad para testificar a favor de Yusef en una audiencia de inmigración en San Diego. Itzhak lo describió como un “verdadero amigo”, y dijo que “arriesgó su vida todos los días para prevenir mayor violencia”.

A consecuencia de esta declaración, el juez Richard J. Bartolomei Jr, de la Corte de Inmigración, dispuso el 30 de junio de 2010 que Yusef podía permanecer en Estados Unidos después de cumplir con una serie de requisitos.

En su conferencia de prensa en Jerusalén, como defensa de las acusaciones que le han hecho de traicionar a su patria, Yusef dijo: “No puedo estar equivocado si ayudé a salvar vidas… y no tengo dudas de que también salvé vidas de palestinos”. Advierte, además, que si el mundo no toma medidas contra el Islam radical, seguirá pagando un alto precio en términos de terrorismo y extremismo.

Agregó: “Este es un viaje por la libertad. No estoy aquí para tomar parte. Amo a Israel porque Israel es un  país democrático. Amo a Israel porque amo la democracia. Amo a Israel porque amo a un país que respeta y protege la libertad personal y religiosa y protege a la gente del control absoluto de la religión. Por eso estoy con Israel. No es que esté con Israel contra los palestinos, sino con la democracia, contra la dictadura y contra el control absoluto de la religión sobre la vida de la gente”.

En fin, Yusef colabora con el productor israelí Sam Feuer, en la producción de dos películas: una adaptación de su libro Hijo de Hamas, y una histórica descripción de la vida del profeta Mahoma basada en los relatos del historiador del siglo XVIII, Ibn Ishaq.

“Si los palestinos hubieran querido verdaderamente un Estado palestino en lugar de querer destruir Israel, ya lo hubieran tenido”, finalizó Yusef.