Martha Bañuelos
París.- ¿Cómo recuperar el futuro que se nos escapa de las manos? Es el dilema de nuestro tiempo, vivimos rápido y pasamos el tiempo modernizando lo inventado. Ese parece ser el argumento de los pañales desechables, inventados por Pampers en 1950 en Cincinnati, Estados Unidos. El ama de casa de la época descubrió sus ventajas, después las mujeres de los años sesentas encontraron en los pañales desechables un aliado a su liberación femenina. Con su constante transformación, actualmente es un desecho que en el medio ambiente es casi indestructible.
Frente a este problema, la autora Jacqueline Farmer realizó un documental producido por el CNRS (Centro Nacional de Investigaciones científicas) llamado “Couchorama” (del francés couches pañal).
Revelación de una realidad
Un bebé desde su nacimiento y hasta que aprende a ir al baño, usa cerca de 10 mil pañales desechables, esto es 6 por día, 2 mil por año. Seis mil pañales desechables, equivalen a una tonelada de desechos bio-estables, que no se degradan. Los industriales lo convirtieron en el producto de desecho más importante de nuestra sociedad de consumo, ya que los polímeros plásticos de su composición, sólo son en un 10 por ciento reciclables. Por la presión de la Unión Europea, los industriales buscan respuestas, pero dicen necesitar más de 10 años, y tan sólo en Francia, en 10 años habrán 5 millones de toneladas de pañales desechables enterrados en los basureros públicos o incinerados. En Inglaterra cuesta 85 millones de euros tratar los desechos del pañal desechable.
El pañal desechable cultura de Occidente
La industria americana, se fue a la conquista del mercado chino y de la India, los países con la población más importante de niños, combinada con una clase media creciente, donde espera ganar un millar de nuevos clientes. Pero los chinos tienen un sistema tradicional, un pantalón con una abertura continua de adelante hacia atrás que da al pequeño una gran libertad durante su aprendizaje, contra esta tradición, los industriales prepararon una publicidad “inteligente”.
Los anuncios relacionaron su uso, con la idea, de que un bebé con pañal desechable duerme más y mejor, esto para conquistar a los padres de un mercado que les representa más de 1.5 millares de dólares y con un potencial de más de 40 por ciento en los próximos años.
El problema de regresar al método tradicional es imponer a la mujer un carga que dejó para obtener su libertad, actualmente esa es su contradicción ¿continuar así, sacrificando el futuro del planeta? Ya que, los pañales prácticos y eficaces, revolucionaron nuestras vidas y su democratización ha creado un verdadero problema para el medio ambiente, debido al plástico derivado del petróleo, el poliacrilato de sodio, un gel que puede absorber mil veces su peso en líquidos.
Con “Couchorama” llegué a la conclusión de que son los industriales, los que por el mismo precio, deben reciclar los pañales. Eso los llevaría a una investigación que diera como resultado, pañales de calidad natural y fácil degradación.