Guillermo Samperio
Los pulmones de los estudiantes de la escuela secundaria Benito Juárez, con autorización SEP75XR214, de pronto se inflaron con gas butano, debido a una fuga en la cocina de la conserje. En este instante los bomberos sólo han podido rescatar a dos de los muchachos, los más gordos de tercero de secundaria; todavía existe la esperanza de salvar a unos siete, también obesos, pero no tantos como los que ya se encuentran, felices, con sus familias. Como usan suéter guinda se ven muy atractivos allá en el cielo, pues se van balanceando de aquí para allá. Y luego se ven bonitas las mochilas que van cayendo aquí y allá.
La Dirección Central de la Bombería ha informado que ya pidieron auxilio al país vecino (no Guatemala, sino Estados Unidos) debido, según indicaba la circular oficial “…porque allá tienen escaleras más grandotas, pues la mayoría de sus edificios sobrepasan, con mucho, a los que aquí tenemos, a pesar de la Torre Inteligente…”.
De los muchachos más delgados ya no hay esperanzas, explicó un meteorólogo, pues los Vientos Alisios que sobrevuelan aquellas nubes gordas y negras (señaló hacia el cielo, presumiendo un reloj suizo), los llevarán hacia el Golfo de México y ahí, obviamente, reventarán; inevitablemente, prosiguió, caerán en aguas marítimas y los tiburones no se harán esperar, explicó.
Los de complexión media, agregó un médico privado, quien no quiso dar su nombre, a cierta altura se estabilizarán y ahí no podrán llegar ni escaleras ni helicópteros, y fallecerán como si estuvieran haciendo huelga de hambre estudiantil. La ventaja de éstos es que en las noches disfrutarán la luna como ningún mexicano común y corriente lo ha hecho hasta ahora.
La Secretaría de Gobernación no ha podido emitir ningún boletín debido a que hace dos días se vino a pique el avión en que su titular, su subtitular, su antesubtitular y su preantesubtitular, fallecieron en la mayor desgracia gubernamental que vive México en este siglo XXI.
Varias madres de familia se están organizando y van directas a arrebatarle a los granaderos a la Conserje de la escuela Benito Juárez; les dan de toletazos, pero al fin logran hacerse de la mujer. Son tantas las madres y tanta la rabia y tanta la tristeza, que la figura de la Conserje desaparece en medio del mujerío. De pronto, se ve que empiezan a volar por los aires trozos de la mujer que dejara escapar el gas butano; y las mujeres vuelven a agarrar esos trozos y hacen más trozos hasta que, al final, quedó hecha trocitos, tan pequeños que ya no se pueden dividir más. Informó para ustedes Victoriano Huerta Cortés.