La agenda de Peña Nieto 2012- 2018

Mireille Roccatti 

Por el bien de la republica resulta conveniente comenzar a poner el acento en las tareas del porvenir, obviando el conflicto poselectoral, al que en unas semanas pondrá fin la resolución inatacable del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. A semejanza de los trabajos de Hércules de la mitología griega, esbozaré algunas de las acciones prioritarias de la agenda de gobierno 2012-2018.

En lo inmediato deberán integrarse los equipos de transición para comenzar formalmente la entrega-recepción del gobierno federal. A continuación la prioridad será la elaboración del proyecto de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año, los cuales por disposición constitucional pueden en la coyuntura de relevo en el Ejecutivo federal presentarse hasta el 15 de diciembre, y su contenido y alcance depende de la integración del Congreso y los equilibrios de las fuerzas políticas. En el inmediato plazo, ésta resultará un prueba de fuego para el nuevo gobierno y por ello resultan vitales las designaciones de los nuevos titulares de Gobernación y Hacienda.

Respecto del resto de las tareas, enunciaremos las que a nuestro juicio deben concretarse, sin que el orden implique prioridad alguna, y corresponderá al lector imaginar a su criterio el  orden en que deben acometerse y su contenido: reforma integral hacendaria; elaboración del plan Nacional de Desarrollo; reforma de procuración de justicia y ajuste al modelo policiaco-militar vigente; la reforma energética; reforma laboral; reforma al sistema de seguridad social; replanteamiento de la política económica para la generación de empleos; reactivación agropecuaria y agroindustrial y producción de alimentos; política para trasparencia y rendición de  cuentas y el combate a la corrupción; política educativa y  reforma política.

En razón del orden lógico que apuntamos, iniciaremos con algunas reflexiones en relación con las tareas que deben iniciarse casi de inmediato y que en los hechos han comenzado.  A partir del régimen de Miguel de la Madrid, se estableció un mecanismo por medio del cual se integra un equipo de trabajo, al que se denomina de transición, que se conforma con representantes del gobierno saliente y del equipo del presidente electo, a fin de informar sobre los asuntos en tramite, asuntos urgentes y de todos aquellos temas vitales y estratégicos.

Además de aspectos prioritarios que tendrá que atender el presidente electo, como la integración de su gabinete y la construcción de una agenda legislativa con los legisladores de su partido, estas consideraciones están íntimamente imbricadas con la elaboración del proyecto de ley de ingresos y el ejercicio del gasto para el 2013 que se plasma en el presupuesto de egresos de la federación.

Es cierto que la tecnocracia hacendaria, que por cierto quedó prácticamente intocada —y qu´q bueno— durante el periodo de los dos regímenes panistas, seguramente tiene para estas fechas muy adelantados los dos proyectos, también es cierto que el gobierno entrante deberá decidir sí envía a la Cámara de Diputados su propuesta de modificación hacendaria integral que el país ha venido posponiendo desde hace por lo menos cuatro décadas.

La tarea no resulta fácil, dado que implica afectar intereses de todo tipo, y sin duda existen temas altamente controvertidos como la generalización del IVA, incluyendo alimentos y medicinas, tema que polariza y divide, aunque es de reconocerse que existen ya propuestas  que pudieran consensarse excluyendo una canasta básica de alimentos y un cuadro básico de medicinas. Otro tema que resulta arduo y puede crispar los equilibrios parlamentarios es la eliminación de los regímenes de excepción fiscal, como el de consolidación, que benefician a los grandes capitales. Es mucho lo que estará en juego y quizá lo conveniente para el nuevo régimen sea aplazar nuevamente la discusión. Ya veremos y diremos.