Entrevista a Hugo Sánchez Gudiño/Profesor-investigador de la FCPyS de la UNAM

Nora Rodríguez Aceves

Los resultados están a la vista, los ganadores han sido Los Chuchos y el que ganó perdiendo es Andrés Manuel López Obrador, por la batalla de impugnar la elección presidencial que tiene actualmente; y lo que se deriva del balance del Consejo Nacional del PRD es que, uno, el partido está escéptico de la posibilidad de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anule la elección, y dos, que jugará en dos pistas.

Esto es, “por un lado, respalda el plan de López Obrador de rechazar los resultados, pero por otro lado, el partido ya  prepara su agenda política para trabajar en las cámaras y para institucionalizarse, digamos, para replegarse no para abandonar ni para romper con López Obrador, pero no lo seguirá ciegamente en la batalla que él actualmente tiene, afirma Hugo Sánchez Gudiño, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales  de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Lo que nos llevaría a la conclusión de esta alianza de las tribus en donde, obviamente, Marcelo Ebrard también tiene un papel importante, se desmarcará en los tiempos próximos de Andrés Manuel, quien seguramente tendrá una serie de desafíos, crear un frente nacional o convertir Morena en un nuevo partido político; y del lado de Ebrard y de las otras tribus, tendrán igualmente que pensar si transforman el PRD, si lo renuevan, o con los otros dos partidos chiquitos —Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano— crean su propio partido progresista, porque no hay que olvidar que Marcelo ya se destapó, ya dijo que iniciará su campaña presidencial para el 2018.”

“En su aniversario 22, la cultura que sigue prevaleciendo en el PRD es la del caudillo, sin embargo, no logra mantener unidas a las diversas tribus y corrientes, al menos no la mayor parte del tiempo… El PRD nació con varios vicios que le han complicado la cohesión interna y la conquista del poder político…” indica Hugo Sánchez Gudiño, coordinador del libro Partidos políticos y sucesión presidencial en México 2012, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Facultad de Estudios Superiores Aragón.

No obstante, “el PRD después de la elección del 1 de julio, a nivel general, sale fortalecido porque obtiene resultados muy importantes que en toda la historia de vida de este partido no había obtenido, como sería haber alcanzado una votación histórica de casi 9.2 millones de votos y convertirse en la segunda fuerza electoral más importante del país, ya sumando alianzas con el PT y con Movimiento Ciudadano”.

Asimismo, “el sol azteca sale fortalecido porque obtiene históricamente el mayor número de diputados en la Cámara de Diputados y alcanza un número importantísimo de senadores, y diríamos que la plaza más importante del país que es la ciudad de México la ganó de manera contundente, aplastó a sus opositores, ganó la Jefatura de Gobierno, arrasó en la Asamblea Legislativa, en las jefaturas delegacionales, lo que anticipa de una manera muy lejana, pero finalmente es una prospectiva política, que la ciudad de México y el candidato que ganó podría ser uno de los futuros liderazgos de la izquierda para el 2018”.

Además, “gana dos gubernaturas muy importantes: Tabasco y Morelos; siendo así, la conclusión es que el PRD en esta elección del 2012 ganó muchísimo más de lo que esperaban sus propios diagnósticos en sus propios análisis prospectivos”.

Cabe recordar que durante el Segundo Pleno Ordinario del VIII Consejo Nacional, realizado el pasado 27 y 28 de julio, el PRD aprobó sus proyectos: Balance del proceso electoral 2012” y la Agenda legislativa que habrá de impulsar y defender desde el Congreso de la Unión.

Las fallas

En su balance electoral, el partido reconoce que entre las causas del resultado de los comicios presidenciales falló: “la estrategia en coalición que formaron con el PT y el  MC, así como con el Movimiento Regeneración Nacional; la deficiente unidad interna y la precaria, cuando no ausente, organicidad e institucionalidad partidaria; factores atribuibles a la coalición o al PRD que influyeron negativamente para lograr un crecimiento mayor o mejor rendimiento electoral en las campañas de la coalición Movimiento Progresista; la ausencia de una estrategia conjunta de toda la coalición para el impulso y promoción del voto de las campañas de las candidatas y candidatos al Senado y diputaciones; la falta de unidad en torno al objetivo común de ganar las elecciones, no sólo la presidencial, por parte de los partidos coligados y de Morena”.

El doctor en ciencia política por la UNAM explica que “el PRD nace como una suma de facciones o lo que se conoce como tribus o corrientes que de manera institucional este partido les da vida, forma y legalidad desde que se funda. Por lo tanto, desde su fundación estas corrientes o estas tribus que van creciendo al amparo de un liderazgo local y nacional siempre han jugado cada una para su propia suerte, incluso, en su Balance del proceso electoral 2012 que hace el partido, una de las autocríticas es que muchas de estas tribus trabajaron para ellas mismas y no para el partido y esto sí es muy observable, se detecta muy bien en el quiénes ganaron las posiciones que ganaron, y si las ubicamos por tribus veremos que eso es válido”.

En este sentido, explica Sánchez Gudiño,  “en este partido ha habido una capacidad de alianzas entre todas estas  tribus y aunque parecería un arcoíris de fuerzas, de grupos, de facciones, históricamente aunque han tenido luchas y batallas internas muy importantes que los han dividido, en el reciente proceso electoral hicieron alianzas importantes, y la mejor muestra de esa unidad fue la ciudad de México y los resultados que hasta ahora han obtenido, es decir, históricamente representan cada una de estas tribus intereses muy particulares,  pero a la hora de la elección, a la hora fuerte, dejan a un lado muchas veces esto y se alían, se unen, trabajan juntos, y el resultado está a la vista, pese a las diferencias que tienen estas tribus, hubo una unidad muy sólida”.

Sin embargo, atrás quedó ya la unidad perredista que los colocó como la segunda gran fuerza política del país pues hoy inicia una nueva batalla, la disputa interna entre las tribus por el control del partido, de los puestos de poder, de las prerrogativas. “esta inercia que funciona dentro del PRD es su razón de ser, es su genoma, como se comenta en el libro que recientemente acabamos de publicar Partidos políticos y sucesión presidencial en México 2012, que una parte del genoma del PRD es justamente eso, que hay una unidad coyuntural, por un tiempo muy corto y después esa unidad se rompe y empiezan a aliarse por una lucha de posiciones y ahí, desde las tribus que son mayoritarias y que son dominantes hasta las tribus minoritarias que son muy débiles, todas luchan de manera encarnizada”.

 “Y a partir de los triunfos que llega a obtener este partido, a partir de sus logros, obviamente, la apertura de nuevos espacios para gobernar, de nuevos espacios de trabajo y sobre todo de los presupuestos millonarios que tiene este partido, genera una disputa no sólo política sino también por los recursos, que es la parte fundamental hoy en día de los partidos políticos, y en el caso de la izquierda mexicana esta unidad coyuntural también responde  a ese  interés que es ganar; y después, ya ganado, ya obtenido el triunfo, viene la segunda etapa que es quién ocupará los cargos, los puestos, cómo se repartirá el presupuesto, y parecería que eso es parte de la cultura política de este partido, bueno, de todos los partidos, pero en particular en el caso que nos ocupa así lo hemos venido observando desde que se fundó”.

Se ganó la Asamblea del DF

“Está el ejemplo muy completo de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, que fue mayoritariamente ganada, 32 asambleístas por mayoría y sólo hay dos que ganó por plurinominales, pero ahorita estos dos plurinominales, como hay un vacío jurídico en la legislación, el Tribunal Electoral del Distrito Federal hará una interpretación legal sobre estas dos plurinominales: si se las da al PRD por la cláusula de gobernabilidad o si se las da al PAN o al  Movimiento Ciudadano,  en este caso llegaron muy unidas todas las tribus,  hubo una unidad extraordinaria,  arrasan en la ciudad de México pero ya una vez que se están dando las constancias de mayoría empieza una batalla brutal y esta batalla es por la dirigencia de la Asamblea Legislativa,  pero no sólo es el poder  político  que representa este cargo sino porque la asamblea este año recibirá un presupuesto de mil  400 millones de pesos”.

Por lo tanto —apunta el académico—, “lo que esto implica por un lado, y por otro lado, la asamblea será como la aduana por donde tengan que pasar las principales decisiones, las principales acciones del próximo jefe de Gobierno del Distrito Federal, de Miguel Angel  Mancera, en ese sentido todas las tribus, en este caso son tres las más importantes que se están peleando el liderazgo de la asamblea,  la del nuevo jefe de gobierno,  la tribu de Mancera, la tribu de Ebrard —porque ambos llegan juntos, Miguel Angel es su discípulo, pero ahora en la lucha por la dirección de la asamblea parece que hay una división— y la tribu de René Bejarano, que es una de las más poderosas porque obtuvo 17 diputados electos, casi la mitad de los asambleístas son de esa tribu, entonces la lucha es encarnizada y no es sólo por el manejo presupuestal sino también por la toma de decisiones y por las políticas públicas que se instrumenten en la ciudad de México. Si eso  lo aplicamos a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores, veremos que el botín es bastante jugoso y por eso se pelean a muerte”.

Posiciones en juego

Todo esto es lo que está en juego en esta batalla, asegura Hugo Sánchez, “sobre todo las posiciones que se convierten en aduanas de paso para la toma de decisiones de las políticas públicas que instrumenta el jefe de Gobierno. El próximo presidente de la república en el caso de la Cámara de Diputados es la segunda fuerza,  por lo tanto, necesariamente el presidente electo y su partido  tendrán que negociar con esta fuerza, y en ese sentido en esa negociación hay en juego muchas cosas y por lo tanto las tribus están pelando a muerte”.

Ahora podemos decir que en el caso del PRD en la Cámara de Diputados la tribu mayoritaria es la de Los Chuchos o llamada también  Nueva Izquierda,  y ahí es muy probable  que ellos se queden con ese liderazgo, ya hay nombres que suenan de miembros distinguidos de esta corriente; le están pelando a esta tribu los Bejarano y Marcelo Ebrard, pero con más debilidad, y en el caso de la Cámara de Senadores ahí es más visible y más posible que se quede con gente cercana a Ebrard o al mismo López Obrador, es difícil que Los Chuchos tengan el liderazgo de la bancada perredista en el Senado, probablemente sea para Ebrard o  López Obrador, los Bejarano.

“Ahí se está  manejando el nombre de Dolores Padierna, esposa de René Bejarano, de Alejandro Encinas, que es otro distinguido perredista cercano a López Obrador, y los de Manuel Camacho y Armando Ríos Piter, que son gente cercana a Marcelo. Suenan algunos nombres de Los Chuchos, pero son más débiles, entonces podemos decir que San Lázaro quedará en manos de Nueva Izquierda, el Senado en manos de Ebrard, López Obrador y de los Bejarano, y que en la Asamblea Legislativa es muy probable que Mancera se quede con el control; y así tendremos estas constelaciones de grupos y esta repartición del poder y de liderazgos”.

“De acuerdo con el diagnóstico que el mismo PRD hizo entre su Consejo Nacional y de acuerdo justamente con esta  disputa por los liderazgos, de ahí surgiría la pregunta: ¿cuál es el futuro de López Obrador frente al PRD y a sus tribus? Ahora hubo una alianza coyuntural, pero no hay que olvidar que el año pasado López Obrador  rompió con la actual dirigencia del PRD, incluso casi casi pidió licencia, dijo él, y trabajó para el Partido del Trabajo y para Movimiento Ciudadano, justo cuando había un acercamiento del PRD con el PAN en el Estado de México para hacer aquella alianza frustrada que no fructificó y que finalmente llevó a Alejandro Encinas a ser candidato, una elección que ganó Eruviel  Avila; a partir de ahí hay un distanciamiento, hay un conflicto de López Obrador con la actual dirigencia del PRD y con muchas de sus tribus”.

Sin embargo, “ya en la cercanía de la elección presidencial de este año las tribus tuvieron que guardarse sus enojos y pensar más en el triunfo,  bueno en el poder político, en el poder económico, el mismo López Obrador tuvo que guardarse sus corajes y fueron aliados”.

De ahí que Hugo Sánchez Gudiño señale en su ensayo “PRD: izquierda punto cero y los desafíos de López Obrador”, publicado en el libro Partidos políticos y sucesión presidencial en México 2012, que “a pesar de los avances en el desarrollo democrático del país, lo cierto es que la principal fuerza de la izquierda mexicana llegó a su segunda elección presidencial del siglo XXI sumida en sus tres grandes debilidades y sus desafíos por superar: el pragmatismo electoral, el caudillismo y el populismo…”