Autoengaño
Los astutos vencen siempre en el primer momento
y suelen ser vencidos antes del fin.
Giovanni Papini
José Fonseca
Tiene razón el empresario Carlos Slim. No hay crisis política. Desde las filas del excandidato presidencial del Movimiento Progresista Andrés Manuel López Obrador han organizado una puesta en escena, un performance, con la intención de generar la percepción de que existe.
Es parte de la estrategia de López Obrador de afianzar su control sobre la izquierda, de mantenerse no como el líder, sino como el reverenciado caudillo, como un ejercicio personal de catarsis y supervivencia luego de su segunda derrota en una elección presidencial.
De alguna manera López Obrador se erige como el Robespierre a la mexicana.
En el análisis histórico hecho por el profesor Patrice Higgonet, de Harvard, advierte que en Robespierre prevaleció una suerte de autoengaño, mediante el cual se colocaba en un elevado nivel moral, en el cual nunca estaba equivocado.
Difícil, pues, lidiar con alguien así desde la perspectiva de la política que debe enfrentar problemas y situaciones reales. Más difÌcil aún discutir con quien se supone predestinado.
Faltan 32 días para que venza el plazo legal y constitucional que tiene el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para fallar sobre la validez de la elección presidencial y la declaratoria de presidente electo.
En ese lapso hará López Obrador uso de todo su bagaje de creatividad para ser el centro de la atención pública e intentar socavar institucional y propagandísticamente la elección presidencial.
No obstante, no todos los aliados están cómodos en tener que seguirle en su ruta a consolidar su caudillismo.
Ya se perciben señales, al menos en una fracción del PRD, por tratar de ver más allá del fallo de validez de la elección presidencial y la declaratoria de presidente electo y posicionarse para negociaciones en el Poder Legislativo.
Por ahora, sigue la izquierda amedrentada ante la creciente agresividad de López Obrador y se ve obligada a seguirlo. Sólo ellos, pueden decidir cuando llega el momento no de pelearse con él, sino de cuando menos dejar de ser sus rehenes.
La revista Siempre! durante casi seis décadas de la vida de México de infatigable quehacer periodístico ha sido un plural foro de ideas, desde los tiempos en que la pluralidad no estaba de moda.
Su pluralidad, celosamente conservada por la directora general, Beatriz Pagés Rebollar, es un ejemplo de lo que ha cambiado México, un México que no entienden quienes, como López Obrador y su primer círculo están atrapados en el pasado, añoran el México que ya se fue. Más que progresistas se asemejan a personajes como aquel don Susanito que añoraba el régimen porfirista.
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