Jesús Hernández Garibay

Críticos momentos vive el presidente Barack Obama en el inicio de la recta final de la contienda por la presidencia de Estados Unidos, luego de la realización de las Convenciones Demócrata y Republicana en las que fueron confirmadas ambas candidaturas: de un lado en el plano internacional, por las fuertes protestas que se suceden en el mundo árabe a consecuencia de una película hecha en Norteamérica en la que se vilipendia la figura de Mahoma; de otro lado en el plano doméstico, por la huelga de los maestros de escuelas de Chicago, que amenaza con debilitar la tradicional alianza demócrata y de Obama mismo, con los sindicatos del país.

Como se entiende, las violentas protestas contra Estados Unidos en Medio Oriente y el norte de África, por causa de la película en que se ofende al Islam y a su profeta Mahoma, pone de nuevo en la palestra el delicado tema de la política exterior de Washington en esa zona del mundo. Las manifestaciones se iniciaron a comienzos de la semana anterior y continuaron en Sudán, Marruecos, Túnez, Egipto y Yemen, luego de un ataque al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, en que murió el embajador estadounidense en ese país. La primera reacción de la Casa Blanca, una disculpa por el documental, sirvió de sustento para una agria reclamación del belicoso Mitt Romney en contra de su adversario electoral.

Los maestros de Chicago de su parte, en huelga por causa de una reforma educativa nacional “que establece más severas condiciones en las evaluaciones de los maestros y se siente que atenta contra la seguridad laboral e inclusive contra el ejercicio de los contratos colectivos por parte de los sindicatos”, el domingo anterior habían llegado a un acuerdo tentativo con el alcalde Rahm Emanuel —prominente demócrata y ex jefe de gabinete del presidente Obama—, pero amenazaban con mantener su movimiento por más tiempo, en revisión de los detalles del acuerdo. El sindicato fue capaz de ganar cierto terreno en dos cuestiones principales: cómo deben evaluarse profesores y que cuando se cierre una escuela los profesores despedidos tendrían un derecho automático a vacantes en otras escuelas.

Mientras que los sindicatos y en particular los maestros son un electorado clave del que dependen los demócratas para las elecciones, estos protagonizan hoy en Chicago la primera huelga de maestros en 25 años y la primera protesta contra el gobierno en seis. Por otra parte, el regreso a la calma en el otro lado del mundo representa también ahora un reto electoral para la Casa Blanca. Habrá que ver el resultado final de ambos conflictos, incómodos en la campaña de Obama, para advertir cuánto cambia la percepción de los electores en la intención del voto: mientras que antes de las Convenciones partidarias ambos contendientes empataban con un 48 por ciento, luego de las convenciones el sondeo de CNN del 7 al 9 de septiembre otorgaba a Obama un respaldo del 52 por ciento frente al 46 por ciento de Romney, en tanto que la encuesta del New York Times y CBS del 9 al 12 de septiembre daba todavía una ventaja a Obama del 49 por ciento, frente al 46 por ciento de Romney.