Alexander Serikov

En el Océano Pacífico, a 190 kilómetros al nordeste de Taiwán y a 175 kilómetros al este del archipiélago japonés de Ryukyu se encuentran unas islas que desde varias decenas de años son manzana de la discordia entre China y Japón. Su nombre en japonés es  Senkaku y en chino – Diaoyutai. Son cinco pequeñas islas y tres arrecifes inhabitados de 6 kilómetros cuadrados de superficie en total. Tanto en China como en Japón consideran que estas islas pertenecen a ellos. Aunque en realidad son propiedad del empresario japonés Hiroyuki Kurihara quien las renta a Japón.

El conflicto de los dos países por las islas mencionadas se acrecentó en 2012. Fue en agosto del año en curso cuando un grupo de manifestantes chinos desembarcaron en las islas e instalaron allá la bandera de China. Las autoridades japonesas los detuvieron y deportaron a su país. Luego en China comenzaron las protestas antijaponesas con elementos de violencia. Todo esto provocó que en el mes de septiembre la tensión en las relaciones entre China y Japón subiera, porque el gobierno nipón tomó la decisión de comprar a Kurihara las tres islas de las cinco existentes por 26 millones de dólares. Esto causó que el 15 y el 16 de septiembre en varias ciudades chinas estallaran masivas protestas antijaponesas. Debido a ello, el gobierno nipón solicitó al de China garantizar la seguridad para sus ciudadanos en aquel país. Varias empresas japonesas, entre ellas Cannon, Panasonic, Honda, Toyota y Nissan se vieron obligadas a suspender su actividad en el territorio chino.

En 1969 la ONU supuso la existencia —en las aguas cercanas a las islas en disputa —de yacimientos de petróleo y gas. En 1970 los medios de información comenzaron a barajar la suposición de que estas reservas podrían alcanzar unos 100 mil millones de bárriles de petróleo. Pero hasta la fecha no hay certeza de ello o de que las islas tengan algunas reservas naturales valiosas.

Con todo y eso, las islas Senkaku (en japonés) o Diaoyutai (en chino) no son las únicas en la región del Asia del Sur que provocan disputas.  Así, China, Taiwán, Vietnam, Malasia, Filipinas y Brunei se disputan por las islas Spratly ubicadas en el Mar de la China Meridional. Allá mismo se ubican las islas Paracelso disputadas entre China, Taiwán y  Vietnam.

En el Mar de Japón hay islas, más bien rocas de Liancourt (en japonés) o Docto (en coreano) cuya propiedad es disputada entre Japón y Corea del Sur. Además, Japón pretende a las cuatro islas del archipiélago de Kuriles los cuales, como resultado de la Segunda Guerra Mundial, formaron parte de la Unión Soviética y ahora de Rusia.

Además de las tensiones diplomáticas, las disputas territoriales chino-japonesas ocasionan grandes pérdidas económicas para ambos países. Solo las pérdidas de las empresas automovilísticas japonesas causadas por el cierre de sus empresas en China ya alcanzaron 250 millones de dólares. Al mismo tiempo los mercados chinos bajaron ya hasta el mínimo como anteriormente se registró febrero del 2009.