Entrevista a Manuel Bartlett/La propuesta de reforma laboral

Nora Rodríguez Aceves

La iniciativa preferente de reformas a la Ley Federal del Trabajo del Ejecutivo Federal pasará en el Congreso de la Unión sin ningún problema, todo está pactado, la aprobarán en sus términos y en 30 días se habrá cometido un atraco a los derechos de los trabajadores por una alianza de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y obviamente, los diputados priistas que han perdido toda conciencia de lo que representan.

El Partido del Trabajo está “a favor de la preservación de los derechos de los trabajadores, por eso consideramos que la iniciativa es inconstitucional porque viola el artículo 123, los tratados internacionales suscritos y porque el procedimiento es además inconstitucional, nosotros aquí nos opondremos totalmente al proyecto de dictamen, tomaremos la posición que ha tomado el Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados”,

Frente a este atentado contra los derechos laborales, lo único que queda por hacer es “el amparo, los trabajadores que entren en todos estos procesos, los auténticos sindicatos representantes de los trabajadores, no de sus caciques; podrán ampararse y tener una lluvia de amparos para anular esta ley, ése es el camino inmediato que está en manos de la propia población, de los trabajadores y de los sindicatos limpios, que no medren con la debilidad de los trabajadores para mantener controles férreos y hacerse multimillonarios como es el caso”.

En ese mismo tenor, el legislador por Puebla, comenta el por qué no procede el recursos de inconstitucionalidad en este caso: “cuando se aprueba una ley inconstitucional en su proceso mismo, ya no digamos todas las violaciones de principios, lo que pasa es que da pie a no ser obedecido, porque un decreto, una ley emanada del Congreso tiene que ser constitucional, impecable, para ser obedecida, y cuando tiene ese defecto inicial,  se pueden seguir dos caminos: la acción de inconstitucionalidad, que es un instrumento que consiste en un derecho de las minorías en el Congreso”.

“Las minorías pueden demandar a una mayoría a la que juzgan haber actuado inconstitucionalmente, ante la Suprema Corte de Justicia, que es el caso: la mayoría está por aprobar con este contubernio PAN-PRI una reforma cuyo proceso abiertamente es inconstitucional, podemos ir a la Suprema Corte para que la Corte apoye el reclamo de las minorías, es un control interno para que la mayoría no pueda hacer lo que quiere, nada más que a esta institución que se introdujo hace algunos años, le pusieron un techo muy alto, tienes que tener el 33 % del Congreso para poder hacerlo y solamente con el 33 % de los senadores podríamos ir a una acción de inconstitucionalidad a la corte y no se tienen esos números, por eso lo único que nos queda es la segunda vía: el amparo”.

Complicidad con Beltrones

Manuel Bartlett explica a Siempre! el porqué de su oposición a las modificaciones de la Ley Federal del Trabajo que propone el presidente Felipe Calderón. “Esta historia tiene un antecedente, la reforma que pactaron Calderón y Manlio Fabio Beltrones para introducir en la Constitución Política las llamadas iniciativas preferentes. ¿Qué es eso? En la Reforma Política que hicieron estos dos personajes —es una reforma de Calderón, que a mí me parece que es absurda porque le impone el Ejecutivo un procedimiento legislativo al otro poder—, en la Constitución en su artículo 71, que se acaba de publicar se establece que al inicio del periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión, el presidente de la república tiene el derecho de enviar hasta dos iniciativas preferentes que tendrán que ser dictaminadas y votadas, ya sea a favor o en contra, en 30 días naturales”.

Por eso, “la preferencia es la obligación del Congreso de aceptar esas dos iniciativas sin darles trámite, esto tiene un enorme defecto que obliga al Congreso a precipitar todos los tiempos y tener que pronunciarse sin discusión, sin las consultas y sin que la opinión pública pueda participar, es un absurdo de Calderón y Beltrones”.

Siendo así, “Calderón  aprovecha esta invención de él con su cómplice Beltrones y ya en sus estertores de la muerte manda dos iniciativas preferentes, el día 1º de septiembre, al inicio del periodo ordinario impuntualmente empezaron a correr los 30 días, 30 días cuando ni siquiera el Congreso tiene comisiones, no hay comisiones, por eso está dando tumbos para inventar. El presidente manda dos iniciativas como preferentes al Senado, una ley que le llaman “de transparencia” que es una reforma a la Ley de Contabilidad Gubernamental; ésa es un ley que acompaña el verdadero objetivo,  que saquen en 30 días la reforma a la Ley Federal del Trabajo”.

La reforma laboral la manda el presidente a diputados, y “no es más que una de las más perversas reformas estructurales que están impulsadas, impuestas, por el empresariado nacional e internacional. Lo que quieren estos intereses empresariales, auspiciados por toda esta red de organismos internacionales y fondos monetarios, es hacer que los patrones tengan un control sobre los trabajadores y quitar todo lo que equilibra los factores de la producción en este país, la situación entre el trabajador y el patrón, eso se llama la flexibilización, porque siempre se mueve con eufemismos, la flexibilización para mayor competitividad y la competitividad es para bajar los sueldos hasta  su casi inexistencia. La flexibilización es una imposición de los grandes intereses económicos a los que obedece Calderón,  pero que no había podido sacar por una cierta resistencia del PRI, digamos, que todavía mantenía una oposición velada”.

Lo que para Manuel Bartlett, “es una perversión política,  ahí va la iniciativa el día 1º y tienes 30 días para pasarla y ahora otros 30 en la Cámara de Senadores, ahora está en Cámara de Diputados; entonces esta reforma es el cumplimiento a los mandatos del gran capital de Calderón, su siervo, pero resulta  que  Peña Nieto está de acuerdo y en esa condición de acuerdo, previo, sabido,  Calderón le hace el favor a Peña Nieto, es decir:  “yo te la mando para que tú no te manches con estas iniciativas ni pagues el costo y la vamos a sacar, porque tú, PRI, estás de acuerdo; nosotros, PAN, estamos de acuerdo, y ya hicimos mayoría;  por lo tanto, todos esos 30 días son una mascarada porque ya están de acuerdo desde antes, son reformas pactadas entre el PRI y el PAN”.

El senador petista va más allá y agrega “lo que demuestra la derechización de inicio, desde antes de llegar, la expresión de un peñanietismo  de absoluta derecha, que eso es lo que nos espera, un gobierno de derecha claramente: yo te mando esta iniciativa, ustedes la sacan adelante, y ya tú cuando llegues a la Presidencia no fuiste el iniciador de esta conculcación  de los  derechos de los trabajadores; ése es el juego”.

Reforma inconstitucional

Sin embargo, “la precipitación en la que están incurriendo los está llevando a una reforma inconstitucional, no sólo inconstitucional porque viola la esencia del artículo 123,  no sólo inconstitucional porque viola los tratados internacionales que la OIT —Organización Internacional del Trabajo—  ha señalado, obviamente, sino además porque la Reforma Política que introduce las iniciativas preferentes tiene un artículo transitorio —el artículo segundo transitorio— que dice que para poderse aplicar este decreto, esta reforma, el Congreso necesita legislar y le da un plazo de un año, y no hay tal legislación y aquí en el Senado siguen insistiendo en que está correcto, pero es evidente, claro, que la reforma constitucional es completa, es el texto y su transitorio, no puede separar  el transitorio y decir: yo aquí voy a hacer lo que quiera porque aquí tenemos facultades; no, tienes que aplicar el transitorio, pero ya se fueron, incluso han contestado después de insistencias, yo presenté un punto de acuerdo señalando esto, luego insistimos ante el organismo, ayer —miércoles 26—  nos presentaron una interpretación inaceptable de la constitucionalidad,  pero es además  inconstitucional lo que revela que están dispuestos a todo, si ya está la cocina lista,  ya están  PRI y PAN de común acuerdo desde antes, los 30 días hasta sobran, porque tienen los dictámenes hechos de antemano, ahí les hacen algunas reformitas, pero masivamente PRI  y PAN  votan”.

El exsecretario de Gobernación continúa con su exposición de motivos y expresa que “otra de las características truculentas de esta iniciativa de Calderón con lo que quiere marcar el final de su mandato es el disfraz que la rodea. Todo el tiempo Calderón dice: “esta es una ley muy importante porque trae una serie de mandamientos que tienen que aceptar los sindicatos; estos sindicatos corruptos tienen que ser democráticos”, y establece en la iniciativa normas para democratizarlos, como el que tienen que rendir cuentas de las cuotas de los trabajadores, ¿dónde están?, etc. Eso es lo que hemos esperado siempre, y Calderón se viste con una túnica de una limpieza y una valentía…, fue a decir a Estados Unidos que es muy valiente y presenta esas normas contra los sindicatos, ésos terribles, lo que es una desvergüenza de Calderón porque él ha gobernado con esos sindicatos a los que está atacando, el SNTE —Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación—, el sindicato petrolero, han sido sus cómplices en la desnacionalización y ahora se presenta como enemigo de esos abusos de caciques sindicales, cuando ha gobernador con ellos; uno y dos: rápidamente se cae la careta porque en la Cámara de Diputados los líderes obreros antiguos y sus dirigencias dijeron que ellos están de acuerdo con la reforma siempre y cuando le quiten esas intromisiones en la autonomía sindical;  dicen ellos:  nosotros votaremos por la reforma, que eso es lo que importa,  lo de estos sindicatos a nadie le importa porque son los socios del poder, entonces le quitan el disfraz y ¿qué queda?, desnuda el ataque brutal a los derechos de los trabajadores”.

La reforma estaba pactada

“Los líderes dicen: votamos por lo que le hace daño a millones de trabajadores siempre y cuando nos respeten nuestros privilegios y nos dejen manejar el dinero libremente, otra truculencia espantosa. Y ahí viene, ya pasó con el voto del PRI y del PAN, y ya está por llegar al Senado, ayer ya se quitaron con todas las truculencias, repito, paso por paso pasaron por encima de la inconstitucionalidad que señalamos, montaron una comisión fantasma, luego crearon una Comisión de Hacienda para entregárselos rápidamente el mismo día, y ese día la Comisión de Hacienda en menos de una hora ya tenía el dictamen hecho para que se aprobara la otra reforma —la de Contabilidad Gubernamental— pactada por Calderón y Peña Nieto”.

Esto —asegura Bartlett Díaz— “nos señala lo que está pasando verdaderamente “y lo han analizado con todos sus detalles una reforma en aras de la competitividad, dicen:  vamos hacer competitivos a costillas del salario, vas a poder contratar por hora sin ningún derecho, vas a poder contratar a muchos jóvenes, vamos a poder contratar a prueba, y sin ningún derecho te pueden quitar, todas estas cuestiones que están peleando desde hace años. Las juntas de Conciliación y Arbitraje seguirán igual, dominadas por el gobierno y sus cómplices patronales,  ahí no se  toca,  van a poder llegar a romper huelgas, en fin, todo eso que se ha discutido está ya aceptado por el PRI, bueno, por ese nuevo PRI, ese nuevo PRI de Peña Nieto que es la derecha del hankismo, son los hijos del hankismo, del dinero, y obviamente de una posición ideológica que es la que tienen ya, es una severa amenaza para el país”.

Bartlett Díaz reitera que esta propuesta presidencial es “violatoria a los convenios internacionales que hemos subscritos, violatoria a los principios del artículo 123 que establece una serie de normas para que los trabajadores puedan tener un salario remunerador; se acaba el salario, la estabilidad en  empleo, aquí ya los pueden correr hasta por Internet, una carta, un mensaje. Eso es una contrarreforma, es regresar a antes de la Revolución mexicana  y ser tan dolos en esta destrucción del neoliberalismo a nivel mundial”.

Por eso lo que el bloque de las izquierdas proponemos es “primero el respeto a estos principios que no se respetan; además, tenemos que entender, por otro lado, que el problema de la falta de competitividad del país y de la situación en  que nos encontramos, de la pobreza de México —más de la mitad de los mexicanos están en situación de pobreza—, de que nos hemos convertido en un país importador en lugar de exportador,  ésa es la política económica que está dañando a todos, hay que cambiar la política económica, que ha dado ese resultado”.

Entonces, en este sentido, lo que proponemos, es “una transformación de la política económica y desde luego que habrá que hacer una ley laboral, pero con un sentido de justicia social, porque ésta está anunciada desde su planteamiento para la competitividad. ¿Qué es eso? Ya la flexibilización de los accesos, ahí está dicho, ¿a ti te gustaría que te flexibilizaran tus derechos?, a nadie, nadie quiere que le flexibilicen sus derechos personales;  oye, espérame, los respetas como son. Vamos a flexibilizarlos, ¿quiénes son los que se benefician, los que tiene el poder económico y los sindicatos que son tan proteccionistas y que prefieren que se apruebe eso a que les esculquen los bolsillos, entonces claro que por eso nosotros estamos en contra de lo que planteó Peña Nieto, estamos en contra de ese proyecto porque ésta es una de las piezas de esa opresión de las mayorías mexicanas en la pobreza más absoluta”.