Claros y precisos

Carlos Jiménez Macías

Ni modo; es la moda. En tiempos idos, cuando las madres, embelesadas con sus bebés obesos, pensaban que gordura es hermosura y las niñas no iban a los gimnasios, se la pasaban de lo más bien, cultivando las curvas que presagiaban goces intensos y abundantes maternidades. Ya no: ni un gramo de grasa, cuerpos longuilíneos, atléticos y rebosantes de salud, sin nada que sobresalga o estorbe.

Lo mismo pasa en todas las manifestaciones del espíritu: en la pintura, por ejemplo, alejada por completo de las exuberancias del barroco; en la literatura, con la frase formal y la estricta economía de adjetivos y gerundios.

La política tampoco escapa a la norma: adiós al lenguaje florido de los concursos de oratoria que tanto añoran los abuelos y uno que otro bisabuelo que por ahí queda. Ya nos hemos acostumbrado a la frase puntual, el lenguaje conciso, dicho a la manera de puntos y seguido.

Todo esto, como introducción al formato de las iniciativas de ley: deben ser claras y precisas, con motivos bien definidos y claridad en sus límites y alcances.

No es el caso de la iniciativa que el presidente Calderón envió al Congreso; si bien la reforma laboral figura como un tema debatible pero imprescindible, ésta debe abordarse, como expresó Enrique Peña Nieto en su visita a la República de Chile, en forma tal que permita modernizar las relaciones obrero-patronales sin afectar las conquistas de los trabajadores.

Peña Nieto ha insistido en la necesidad ineludible de una reforma laboral que además de salvaguardar los derechos adquiridos por los trabajadores, sea instrumento de creación de nuevas fuentes de empleo y de atracción de la inversión directa. No podemos ni debemos permitir que el país desaproveche esta gran oportunidad de modernizar las relaciones obrero-patronales a fin de estar a la vanguardia en esta materia.

El Congreso y en particular los legisladores del PRI deberán atender el llamado del Presidente electo para acompañarlo en el camino que se ha trazado para fortalecer y modernizar las instituciones que conforman la estructura decisoria de nuestro México.

Insisto, la iniciativa preferente que recibió la Cámara de Diputados, sin duda contiene artículos y temas controversiales que deberán ser discutidos minuciosamente o en su caso ser eliminados, sin embargo esto no es causa que justifique retroceder o estancar los avances y propuestas que se podrían tener en materia laboral, a fin que nos lleven a fortalecer y modernizar esta materia que ha sido pospuesta durante varios años.