Mónica Lewinsky, la controvertida becaria de la Casa Blanca que hizo correr ríos de tinta al descubrirse su tórrida relación con el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, no ha conseguido reconducir su vida tras ese escándalo que le salpicó hace ya casi 14 años. Desde aquel fatídico 17 de enero de 1998, cuando la página web “Drudge Report” publicaba que el prestigioso semanario “Newsweek” había retirado de sus páginas una historia sobre la relación, la imagen de Lewinsky no ha hecho más que empeorar y su vida comenzó a descarrilarse.
Hoy, vive en Nueva York tiene ya 39 años, continúa soltera, no tiene hijos ni un trabajo estable y, según parece, es su familia la que se encarga de mantenerla. La ex becaria ha intentado probar suerte por diferentes derroteros profesionales.
Desde que se calmaran los ánimos tras la polémica de aquellos meses Lewinsky ha probado suerte en la televisión, en la moda y en la psicología, en ese orden. Intentó triunfar en la pequeña pantalla primero con pequeños shows televisivos para, más tarde, llegar a presentar su propio reality de televisión. Tras ese pequeño affaire televisivo se lanzó al mundo de la pasarela y diseñó su propia línea de bolsos que comercializaba a través de internet en la web therealmonica.com donde promocionaba sus creaciones como “hechos especialmente para ti por Monica”, y que hoy día está cerrada.
Después de su fracaso en la moda esta hija de un prominente doctor judío de Los Angeles se recluyó en Inglaterra donde estudió un máster en psicología en la London School of Economics que acabó en 2006, según la agencia Efe. Aseguran los amigos de Lewinsky, que la ex becaria de la Casa Blanca quiere mantenerse al margen de la vida pública y ser “lo más anónima posible”. El escándalo que casi le cuesta el matrimonio a Bill Clinton trastocó su carrera y aún no ha sabido recuperarse de ese revés.
Redacción/bbb