Entrevista a Gerardo Esquivel/Profesor-investigador de El Colegio de México

Moisés Castillo

Cuando en México hay 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan algo no está funcionado y es muy grave.

Ahora se dice que con la reforma laboral que se está discutiendo en el Congreso de la Unión (si se aprueba tal y como está) habrá más empleo y beneficiará a los trabajadores.

La situación de los jóvenes es confirmada por organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo: los jóvenes de 14 a 19 años suman 32 millones en el país, de los cuales seis millones trabajan en la informalidad y 21 por ciento (es decir, casi siete millones) ni estudian ni trabajan.

Ante este panorama sombrío y sin oportunidades reales, los jóvenes ni-ni están obligados a sobrevivir en la informalidad o son presa fácil de la delincuencia organizada. Una educación formal con licenciatura no les garantiza un empleo bien remunerado.

Esta es la ruta de un joven que quiere superarse en un país que no le ofrece nada: tres años en preescolar, seis años en primaria, tres en secundaria, tres en preparatoria, cinco en licenciatura: 20 años en una trayectoria escolar, pero sin empleo formal.

Opinión de los legisladores

Por lo pronto, el presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, el priista Ernesto Gándara, dijo que durante 42 años la Ley Federal del Trabajo funcionó para el progreso de México.

“Es un hecho también —y ha sido unanimidad en todas las consultas que hemos hecho (con empresarios, académicos, sindicatos y trabajadores) y además en las posiciones de nuestros compañeros senadores— que necesitamos hacer cambios. ¿Cómo, cuáles, de qué manera? Nos vamos a poner de acuerdo”.

En tanto, el PRD en voz de su líder nacional, Jesús Zambrano, pidió a sus senadores a no replegarse en su alianza con el PAN para cambiar la minuta e insertar en la reforma temas como la “democracia y transparencia sindical”.

A su vez, el coordinador del PAN en el Senado, Ernesto Cordero, acusó al PRI de pretender una reforma “diluida”, ya que la reforma que mandó el presidente Felipe Calderón debe de ser aprobada completa, no mocha ni trunca como pretende el tricolor.

“El PRI quiere seguir manteniendo el control sobre los líderes sindicales quienes, a su vez, manejan las cuotas de los trabajadores y no rinden cuentas a nadie”.

Ante el llamado outsourcing, contratación temporal, pago por hora, los números son escalofriantes: uno de cada tres jóvenes en edad de cursar el bachillerato se queda fuera. Los excluidos que no estudian ni trabajan son literalmente una bomba de tiempo: cometen el 34 por ciento de los delitos del fuero federal; menos de 17 por ciento de ellos encuentra un empleo formal entre los 19 y 24 años y están permanentemente expuestos a graves riesgos incluyendo actividades ilegales y adicciones.

Varios actores políticos consideran que la reforma laboral flexibilizará la contratación de jóvenes que están en periodo de capacitación y que, por primera ocasión, buscan empleo en el sector formal.

Elevado desempleo juvenil

Sin embargo, para Gerardo Esquivel, profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México, la reforma laboral tendrá repercusiones limitadas para los jóvenes.

“Las nuevas condiciones laborales que se ofrecen a los jóvenes —dice el catedrático— van a ser en condiciones más precarias, con menores prestaciones, ingresos, sin ninguna red de protección social. Vamos a observar a jóvenes que tienen un empleo y ahora van a estar en la incertidumbre porque algunas empresas por la misma flexibilidad podrán optar por despedir y contratar a nuevos en condiciones más favorables”.

¿Cuál es el impacto real de la reforma laboral hacia los jóvenes?

El desempleo no sólo en México sino en todo el mundo es alto entre los jóvenes. Y es más elevado en parte por razones asociadas a su falta de experiencia laboral, en algunos casos busca empleo gente que sigue estudiando, pero en general el desempleo en México y en el resto del mundo es particularmente elevado. Es una tasa de desempleo que normalmente es el doble de la población adulta.

El impacto de la reforma laboral lo podemos ver en dos dimensiones: hay la posibilidad de crear empleos debido a la flexibilidad. Ahora se puede contratar con jornadas de medio tiempo. El impacto de la reforma laboral será relativamente menor, no va a ser ni con mucho lo positivo que espera por parte de los que proponen la reforma, pero tampoco los impactos desastrosos que anticipan los críticos de la reforma. En términos reales me parece que el impacto será pequeño y esto tiene que ver con el diagnóstico del mercado laboral.

Es decir, el diagnóstico con el que se parte la reforma es equivocado: el mercado laboral es muy rígido y se requiere flexibilizarse. Eso puede ser cierto para algunas empresas de algunos sectores, pero también ante la flexibilización que se ofrece algunas empresas optarán para destruir puestos de trabajo y contratar a gente en condiciones más favorables paran los dueños.

Entonces, ¿se está haciendo un escándalo innecesario ante las pobres repercusiones reales de la reforma laboral?

No es un escándalo, porque habrá beneficiados y perjudicados. Me parece que se sobreestima por unos y otros la reforma laboral. Esto no quiere decir que no tendrá impactos, pero tampoco hay que exagerar en el impacto agregado a la reforma, ni en positivo ni en negativo. El gobierno está exagerando en demasía de los beneficios de la reforma cuando en realidad no existen evidencias que efectivamente habrá una generación de empleos sustancial.

 

Sin crecimiento no habrá empleo

Ante los 7 millones de ni-ni y empleos poco atractivos para los egresados de las universidades, ¿cuáles son las carencias de la reforma laboral? ¿Cuáles son sus lados flacos?

Carece de un aspecto básico: no ofrece protección social a ningún tipo de trabajador. Es decir, no considera un buen esquema de protección social. Los jóvenes que buscan entrar al mercado laboral y que lo consigan exitosamente no van a tener un seguro de desempleo. La reforma hará más flexible, pero será más vulnerable su presencia en el mercado laboral. No tiene un esquema de incentivos para el tema particular de los jóvenes y su primer empleo: ya sea gente que abandonó la escuela o que acaba de terminar sus estudios.

Se hicieron programas en el pasado que fueron insuficientes porque atendían sólo una parte de la dinámica que tenía que ver con la reducción del pago de impuestos. Eso claramente fue insuficiente porque no se ataca el problema fundamental: la falta de crecimiento y generación de empleos en toda la economía.

Mientras la economía no crezca difícilmente se crearán fuentes de empleo y habrá plazas para los jóvenes. Eso explica que los jóvenes en los últimos años han sufrido para entrar al mercado laboral.

La reforma no va al corazón de ninguna de estas cosas, es una reforma cosmética, que va a hacer más flexible al mercado laboral, pero con costos para los trabajadores y con beneficios pequeños para los jóvenes recién egresados: trabajo por hora o medio tiempo.

Pareciera que hay un sobrediagnóstico del tema laboral…

No creo que esté sobrediagnosticado en el sentido de que no hay un consenso claro de qué tipo de reforma queremos. Es decir, sabemos lo que tenemos que lograr: que la economía crezca a una tasa alta para generar empleos.

Ahora, ¿por qué razón no crecemos a las tasas indicadas? ¿Cómo hacerlo? Aquí no hay un consenso. Hay gente que cree que la opción es la flexibilización del mercado laboral para que no haya informalidad, pero creo que eso no es correcto.

Soy de la idea que la informalidad es el resultado del bajo crecimiento y, ante la falta de oportunidades, los jóvenes optan por trabajar en el sector informal como una vía de subsistencia.

Digamos que no hay un diagnóstico único y por eso no hay una respuesta única. La reforma atiende el diagnóstico a quien cree que el problema es el mercado laboral.

Soy bastante escéptico y creo que esas “bondades” no cambiarán de fondo la problemática de generación de empleo. El efecto es que perjudicará la situación de los trabajadores actuales, habrá mayor vulnerabilidad y menores ingresos.

¿Existe alguna fórmula externa que sea exitosa que se pueda aplicar en México?

No hay una receta única que se deba seguir para poder crecer y generar empleos. El punto principal me parece es reconocer el problema: tenemos una dificultad seria de crecimiento económico, carencia de oportunidades que en particular afecta a los jóvenes. Si no partimos de esa premisa y no queremos ver que los jóvenes están enfrentando un mercado laboral muy difícil, competitivo, entonces esto puede generar un caldo de cultivo para la creación de acciones antisociales.

Lo que tenemos que hacer es crecer, que eso se puede lograr mediante inversión pública, infraestructura, promover la inversión privada, créditos para invertir, pero también ampliar las oportunidades en educación.

Mucha gente joven abandona la escuela porque la ve como un horizonte largo del proceso educativo sin la certeza de que va obtener empleo. Debería de haber una gama de oportunidades con la generación de programas de corto plazo.