Alexander Serikov

Los que se sienten preocupados por el fenómeno llamado Corea del Norte acariciaban ilusiones de que con la llegada al poder en este país asiático del nuevo líder, surgieran cambios administrativos y políticos. Pero este nuevo líder, Kim Jong Un, no justificó las esperanzas. Es cierto que hubo muchas promesas en cuanto a los cambios en la economía, pero con el paso del tiempo la pompa de jabón de estas promesas explotó. En julio de 2012 se habló sobre la decisión del nuevo líder de  realizar una reforma agraria, pero Kim Jong Un desmintió estos rumores llamándolos “sueños tontos” y “disparates”. Agregó que seguirá construyendo el socialismo apoyándose en el complejo industrial militar.

La verdad es que hubo ciertos cambios en las relaciones con China. Se elevó la exportación de los productos chinos a Corea del Norte. Los empresarios chinos están construyendo allá minas y fábricas. Pero al mismo tiempo en este campo de cooperación hubo problemas cuando el gobierno norcoreano confiscó una empresa de 50 millones de dólares de costo construida por China lo que provocó tensión en las relaciónes entre ambos países.

Por el momento, lo único que tuvo cambios fue la importación de los artículos de lujo. Si en 2009 el valor de la importación  de tales artículos  fue de 322 millones de dólares, este año la cantidad creció hasta 584 millones. Tratando de calmar los disgustos de ciertas personas de su entorno, el líder organiza la entrega de artículos de lujo a varios de sus súbditos regalándoles automóviles de últimos modelos, relojes de costos elevados, vinos y licores de marcas internacionales de prestigio. Todo esto sucede ante los ojos del pueblo que en su mayoría necesita lo más importante para la vida: alimentos para sus familias.

Otro aspecto relacionado con Corea del Norte que preocupa a los vecinos de esta nación y no solamente a ellos, son sus programas bélicos. Fue en marzo del 2012 cuando este país, a cambio de la ayuda alimentaria de Estados Unidos, decidió suspender los lanzamientos de los cohetes de largo alcance, dejar de realizar los ensayos nucleares y permitir que los inspectores de la Organización Internacional de Energía Atómica visitaran sus instalaciones nucleares.  Pero en abril del mismo año Corea del Norte rompió con sus compromisos acusando  a Estados Unidos de no haber cumplido con su parte del acuerdo. Y anunció que tiene cohetes de largo alcance capaces de llegar hasta las bases norteamericanas en Corea del Sur, en Japón, en la isla de Guam y hasta alcanzar el mismo territorio estadounidense. Frente a esta actitud norcoreana Washington autorizó a Corea del Sur a aumentar casi en tres veces el radio de alcance de sus cohetes balísticos –de 300 a 800 kilómetros- por lo que ellos alcanzarían no solamente el territorio de Corea del Norte sino también de China y Japón. De modo que la fogata de hostilidad en la Península de Corea sigue estando en llamas.