Gonzalo Valdés Medellín

Convocados por la escritora Elena Poniatowska, el dramaturgo Jorge Galván y quien esto redacta, se llevó a cabo, el pasado domingo 7 de octubre, la develación de la placa por 50 representaciones y fin de temporada de la obra de Maurice Maeterlinck El pájaro azul, bajo la dirección del maestro Jorge Arredondo e interpretada por la generación 2009-2013 de la Licenciatura en Artes Teatrales de la Universidad Autónoma del Estado de México. Presente también la Secretaría de Difusión Cultural Georgina María Arredondo Ayala en el Foro Teatral Alberto Antonio Salgado Barrientos la representación que fue todo un reto para el director y para el joven grupo de actores y que se estrenó en junio de este año. Fascinante historia que cuenta el fabuloso viaje de Mytyl y Tyltyl, dos niños, hijos de un leñador, que tienen el encargo de buscar El pájaro azul —la felicidad— para curar a la hijita enferma de una vecina, en la obra aparecerán personajes fantásticos como La Luz, El Pan, El Azúcar, La Leche, El Fuego, El Agua y, entre otros, su compañero más fiel, El Perro recorriendo lugares insólitos como El país del recuerdo, El Palacio de La Noche, El bosque encantado, El engañoso Jardín de los goces y El jardín de las dichas, para llegar hasta un lugar inimaginable: el Reino del Futuro, donde esperan su nacimiento generaciones enteras de niños que aún no han nacido. Y es aquí donde se halla El Tiempo, que observa y propone lo que en la Tierra, en el mundo de los vivos, se puede necesitar. En su viaje, los niños recorren un ciclo entero para concluir que El pájaro azul, a fin de cuentas, los esperaba donde habían estado siempre: en su propio hogar. Con el apoyo creativo de la imaginativa creadora Christa Lledías en la coreografía, el virtuoso compositor Horacio Rico en la música, Miguel Ángel Tavera y Aireth Rodríguez en la escenografía y Roberto Sverdrup Viniegra en el diseño gráfico, la develación de la placa de El pájaro azul, reveló también el enorme talento de las jóvenes generaciones y la entrega palpable, loable, de los maestros por hacerlos crecer y fortificar cada uno de sus respetivos talentos. Elena Poniatowska y Jorge Galván aplaudieron y reconocieron emocionados el valor de este trabajo de Jorge Arredondo, mientras quien esto escribe, no pudo sino aplaudir el que, con esta versión de El pájaro azul, los niños y los jóvenes comiencen a ensayar ya su papel presente y futuro de espectadores involucrados con el fenómeno teatral, en una obra donde los valores morales, el respeto y la esperanza en un mundo mejor son la filosofía que incita a la imaginación y el amor. ¡Felicidades!