Entrevista a Liliana Martínez/Investigadora de la Flacso
Irma Ortiz
El pasado 16 de octubre, el gobierno de Raúl Castro anunció la flexibilización de los trámites para que los ciudadanos cubanos puedan viajar al extranjero. Es la mayor reforma migratoria que rompe con una política que duró cerca de 50 años.
El diario Granma explicó que las nuevas modificaciones entrarán en vigor el 14 de enero de 2013; y eliminan, además, el permiso de salida “tarjeta blanca” y la llamada carta de invitación, requisitos considerados como un obstáculo para que los cubanos pudieran salir de la isla, aun cuando poseyeran el visado para ingresar en el país de destino. En la actualización de la ley, que data de 1976, se mantienen, sin embargo, limitaciones para evitar la llamada fuga de cerebros.
Se asegura que la medida no responde a presiones ni a imposiciones de nadie, sino a las aspiraciones y sentimientos de la nación, incluidos quienes por una causa u otra residen en el exterior, y que se seguirá apostando por una emigración legal, ordenada y segura.
Este jueves, el gobierno cubano comunicó medidas adicionales para permitir la entrada al país de quienes emigraron ilegalmente luego de los acuerdos migratorios de 1994 con Estados Unidos, siempre que hayan transcurrido ocho años de su salida, incluidos profesionales de la salud y deportistas de alto rendimiento.
Sobre el tema, Siempre! entrevistó a la doctora Liliana Martínez, especialista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en perfiles sociodemográficos e inserción laboral y familiar de los cubanos residentes en México de 1990 a 2004. Además, es autora del libro Los hijos de Saturno, intelectuales y revolución en Cuba.
Luego del anuncio de la flexibilización en la política migratoria en Cuba, en su opinión, ¿cuáles son los elementos políticos y económicos que propiciaron la decisión?
Sobre este tema ya se había iniciado una discusión en Cuba. No es una decisión apresurada que se tomó por una coyuntura particular, como pudo haber ocurrido con otros procesos migratorios cubanos, como el caso de Mariel o de los balseros en 1994. Esta actualización —que así se definió en la Gaceta Oficial donde se publicó el martes 16 de octubre—, deja claro que se debe a un proceso de discusión entre la sociedad y representaciones, el Estado y el gobierno cubanos. Es importante considerarlo porque pareciera acá en México o en otros lugares donde no hay tanta información sistemática sobre Cuba, que de repente se hubiera tomado una decisión. No es así, lleva un tiempo discutiéndose y, luego de que revisé la actualización de la ley, pienso que hay factores económicos interesantes aunque también hay un factor tanto político como social.
Hay un monto importante, significativo, de cubanos en el exterior que muestran mucho su vínculo con su país de origen, con todo y las restricciones que se habían mantenido desde las primeras leyes —la legislación migratoria que se actualiza es de 1976.
Un empuje importante procede de la sociedad y de la activación social que hay, aun cuando no sea organizada, por la simple presencia del migrante cubano que viaja sistemáticamente en verano y ve a su familia. Eso ocurre sobre todo con los migrantes cubanos que no están en Estados Unidos, porque las leyes norteamericanas tienen restricciones muy claras de cuándo y cómo pueden ir a Cuba. Todo lo que está vinculado con el bloqueo económico a la isla está reglamentado.
Efecto social importante
Sin embargo, en los grupos de migrantes cubanos en países como España, México, Venezuela, Costa Rica, existen comunidades que aunque los montos son pequeñitos, tienen un efecto social importante. En el caso de la encuesta que realicé es muy evidente la visita al año al país de origen. Pienso que eso ha dado pauta para que se entienda de una manera mucho más flexible y se haga más normal la relación del gobierno y del Estado cubano con los migrantes cubanos en el exterior.
Eso es parte de la política del presidente Castro, y ha habido esos avances para una mayor normalización.
Así es, ya había una flexibilización y una atención importante. En 1994 se fundó una dirección especialmente dedicada a los asuntos de los cubanos en el exterior, que luego se reformó y se vinculó más con las oficinas consulares. Hay una atención social al tema y eso lo valoro mucho.
La actualización hecha es en muchos sentidos, el triunfo de una práctica social que puede parecer no organizada, pero no podemos aplicar al caso cubano formas de análisis que a lo mejor resultan útiles en otros contextos. No es un país que tenga una organización de sus comunidades en el exterior; lo cierto es que esa presencia natural del migrante cubano que sale por razones de trabajo, por situaciones familiares o por matrimonio, sí retorna al país.
Eso a veces se les olvida a los analistas que sólo miran los problemas desde arriba y, en este caso, ha habido un esfuerzo social; conseguir que el tema sea cada vez más visible y sea normal entender la relación del Estado y el gobierno cubano con sus comunidades en el exterior.
Pero, además, lo económico también tiene su peso.
El factor económico pesa. Sin embargo, me llama la atención ver que la actualización no sólo es a la ley. No sé si ha podido consultar la Gaceta Oficial donde salió el documento, incluso es muy sorprendente ver que se promocionó mucho en Cuba, tanto en el diario Granma como en Juventud Rebelde y en los sitios de Internet, para que la población se entere, adquiera el documento y lo revise.
La actualización va a resultar en la disminución del costo para un cubano de emigrar o sacar un pasaporte, el procedimiento es de una reducción de cerca de dos tercios del costo, que no es menor.
En este momento se reglamenta que el costo por sacar el pasaporte corriente, van a ser cien CUC —peso convertible cubano—, moneda que es una problemática social también y que se discute. En varias ocasiones se comentó la posibilidad de terminar con este doble rasero monetario que dificulta mucho la vida cotidiana de los cubanos, pues cobran en una moneda por trabajar y tienen que pagar algunos servicios en otra moneda que no es la de su ingreso laboral. Eso crea trastornos económicos y mucha perversidad, situaciones que no son favorables ni a la economía ni a la sociedad cubana.
Habrá restricciones
Esta flexibilización migratoria, ¿qué tipo de impacto laboral va a tener para Cuba?
La actualización elimina la carta de invitación y el permiso de salida, así como el de entrada, pero tiene una atención particular a la distinción entre trabajadores y no trabajadores; por ejemplo, para trabajadores hay todo un procedimiento de cómo y bajo qué condiciones se podrá gestionar el pasaporte corriente, aunque el trabajador, dependiendo de su función o cargo, tendrá que ver si lo atiende en su centro laboral o lo hace por la vía privada.
Hay un específico señalamiento de regular las salidas por asuntos particulares a funcionarios de altos cargos, estratégicos; a un área importante de profesionales de la salud, no sólo a los médicos o profesionales directos de la salud sino a técnicos vinculados a la salud, así como a los entrenadores y deportistas de alto rendimiento.
Ahí si es muy claro, y la retórica que hace Granma de toda la presentación indica la problemática de la preocupación por el robo de cerebros. Una problemática que también presentan varios Estados latinoamericanos y otras partes del mundo.
Soy de la idea de que habrá que llegar a una relación con los profesionales altamente calificados en Cuba y en situación de puntos estratégicos habla de los polos científicos. Tendrá que llegarse a una solución que no sea así de restrictiva. La legislación señala que, para algunos casos, se llevará el procedimiento de aceptación de su solicitud para residir de manera permanente en el exterior hasta por 5 años para los casos médicos y para los técnicos hasta de 3 años.
La formulación de la ley no lo dice explícitamente, no prohíbe pero sí señala que, en casos de aceptar la salida permanente, es por asuntos particulares por un tiempo determinado. Esta restricción temporal se refiere a cuando quien solicita su salida dice: voy a residir permanentemente en el exterior. Normalmente esa solicitud se basa en matrimonio con extranjero y en asuntos de algún orden familiar en el exterior.
La ley a la letra señala que, en parte, lo que se intentará es asegurar el relevo profesional, si fuera el caso. Vayamos a la letra: “el objetivo de este plazo es que exista un relevo para que no quede desatendida el área que atendía este profesional”. Hay que llegar a cambiar en ese sentido la política pero tiene que ser una resolución política, un acuerdo.
Si el profesional pide salir por asuntos particulares entra en otra lógica que tiene que ver con cuestiones laborales, y es una situación que sucede en cualquier país, uno no sale de su área de trabajo sin dar explicaciones. La ley lo que propone es que se tomen en cuenta, por ejemplo, los días de vacaciones, si se pasa de ese tiempo, que se tomen licencias sin goce de sueldo. Lo relevante del texto es que han desaparecido elementos estigmatizantes, como se usaron en épocas pasadas. Se intenta normalizar la relación, que sea una relación que pasa por un compromiso contractual de trabajo.
Para otros casos, es interesante que la ley esté pensando en los no trabajadores y en sus pensiones; propone todo un sistema para que se mantengan sus pensiones, lo cual es muy positivo.
Esta medida que se pone en marcha en enero próximo, ¿qué tanta recepción va a tener en México? ¿Cómo ve los flujos migratorios ya que usted que ha hecho estudios al respecto?
Al considerar el estudio que tengo sobre los cubanos en México, es sorprendente ver la presencia importante de mujeres mayores de 60 años, en lugares donde hay una mujer cubana joven casada con mexicano y que normalmente resulta la mamá de la joven.
Es un sector que probablemente sea de los que lleguen a México, un grupo de población cubana que en buena medida dependen también de las remesas de los cubanos que están en el exterior. Lo que decía al principio, hay mucha visita del cubano a su familia y son remesas importantes. Sin cifras precisas, haciendo un cálculo, los cubanos que residen en México probablemente lo primero que piensen ahora es: puedo traer a mi mamá y que esté un ratito.
La experiencia en la investigación demuestra que estas personas están un ratito, no aguantan mucho, están muy acostumbradas a formas de vida en Cuba, donde tienen muchos amigos y a veces les cuesta mucho trabajo pasar de los tres meses con sus hijos. Generalmente regresan aunque seguramente habrá una sedimentación de este tipo de población que va a quedarse y creo que, para México, como ocurre con los procesos inmigratorios, será un reto, porque además la ley migratoria aprobada en 2011 y su reglamento reconocen derechos sociales para los migrantes y sus familiares y tendrán una presión en materia de salud, de educación —sobre todo de salud— para la población de tercera edad.
Va a haber también, sin duda, un movimiento de profesionales que por supuesto se movilizarán ante la expectativa de poder, con relativa facilidad, pagar un pasaporte que además es un pasaporte que costaría alrededor de unos mil 300, mil 500 pesos de México con vigencia de dos años.
¿Y qué sucede en el caso de Estados Unidos?
Es un caso problemático, porque Estados Unidos mantiene la ley de ajuste cubano, una ley que de algún modo estimula y da privilegios a la migración cubana que llega a Estados Unidos. Por primera vez, el gobierno cubano va a autorizar 24 meses, y la ley de ajuste le permite al cubano que entra en ese país, a los 12 meses, empezar a solicitar un proceso de residencia.
Supongo que en algún momento habrá que ver qué responden, están en una disyuntiva. Además, en este momento las formas en las que el gobierno cubano plantea la actualización, no es un formato como el que ocurrió con los balseros o el que ocurrió con Mariel, es una forma documentada, autorizada de migrar.
Y pone la pelota en la cancha del gobierno norteamericano.
La pone allá y en todos los otros países que reciben cubanos, creo que los consulados mexicanos y el consulado español van a tener otras reacciones. Lo que suele pasar, como les sucede a los mexicanos cuando quieren viajar a Estados Unidos, se generan un conjunto de obstáculos y complejidades de visa, ahí se va ir la tensión. Incluso para Cuba me parece que es un paso positivo en el sentido de desestimular la migración irregular, que es de alto riesgo y mucha vulnerabilidad. Las personas que terminan optando por una alternativa de salida irregular, indocumentada y que se arriesgan tremendamente a situaciones tan difíciles, al llegar en balsas y que son sujetos a cualquier cantidad de extorsiones, negocios, tráfico o trata.


