Estado de derecho o impunidad

Teodoro Barajas Rodríguez

Michoacán enfrenta líos de diversa índole que contribuyen para erosionar la estabilidad; por una parte los normalistas y aliados sistemáticos, por la otra el fanatismo convertido en padecimiento social en la Nueva Jerusalén; en el fondo de todo prevalece la impunidad, la confusión y sendas contradicciones. El retrato refleja un caos institucional.

Vayamos por partes, el caso de los normalistas de la tenencia de Tiripetío que durante días secuestraron unidades de transporte, bloquearon carreteras en oposición a la reforma curricular en su plan de estudios provocaron una cadena de problemas que padeció una gran parte de la población que no podían transitar por esa rúa, pérdidas millonarias a las empresas de autobuses para expresar un reto a las autoridades estatales.

De acuerdo con Max Weber, es el Estado quien tiene el monopolio legal de la violencia, la legislación vigente así lo mandata, una vez que se hace uso de las herramientas legales para aplicar la norma el gran coro gritando represión se multiplica aunque los presuntos delitos que motivan dicha intervención suceden a la vista de todos, a medio día.

Una vez que intervinieron las corporaciones policiales federales y estatales, el número de los detenidos de la Escuela Normal Vasco de Quiroga en Tiripetío ascendió a 176, hasta el día de hoy sólo 8 están en el Centro de Readaptación Social. Las movilizaciones continúan a través de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quien suele adoctrinar a los normalistas.

Grupos y personajes de una clara tendencia afín al PRD y otras expresiones de izquierda han demandado la renuncia del gobernador Fausto Vallejo Figueroa, aunque la memoria de los protestantes se ha quedado corta porque de ellos se apoderó la amnesia, no sé si tramposamente o no.

Lo anterior lo expreso por lo siguiente, muchos de los actuales indignados por la detención de normalistas guardaron silencio absoluto en el gobierno de Leonel Godoy Rangel, periodo en el que también se registraron hechos similares a los acontecidos en las últimas semanas, un ejemplo: el 27 de noviembre de 2008 se suscitó un enfrentamiento entre la policía estatal y moradores de la multicitada escuela, el saldo fue de 133 detenidos, cerca de 50 lesionados y los quejosos alegaban incluso que tenían compañeros desaparecidos.

Los perredistas que ahora cuestionan al gobierno michoacano de extracción priista y se rasgan vestiduras no dijeron algo en aquellas horas cruentas, optaron por apoyar con su silencio a su jefe, los tiempos cambian y las conciencias, por lo que veo, también. El propio excandidato a la gubernatura por el PRD y actual diputado federal Silvano Aureoles ha reconocido que no son aceptables los actos realizados por normalistas que afectan a la sociedad.

En lo que refiere al caso que ha dado la vuelta al mundo de la Nueva Jerusalén se asiste a un conflicto que se toleró durante décadas enteras, los sucesores del clérigo Papá Nabor se disputan el poder temporal, dicen comunicarse con la Virgen del Rosario, destrozaron una escuela y el fanatismo ha sido su fortaleza en medio de un espeso oscurantismo. Ya fue consignado ante las autoridades jurisdiccionales Cruz Cárdenas, encargado del orden en la Nueva Jerusalén,  a quien se atribuye haber orquestado la demolición de la escuela.

Aunque se refiere que un grupo religioso oficial está enfrentado con su contraparte laico, eso es falso, porque ambos tienen la misma raíz de su fe y consecuentemente es fragmentación que tiene origen común. La Nueva Jerusalén es una comunidad que remite, invariablemente, a la Edad Media.

Lo que en opinión de muchos debe quedar de relieve es que el Estado de derecho manifieste su praxis, caso contrario la simulación se hará presente, y con ella la impunidad.