La ex república soviética Georgia vive en vísperas de importantes cambios políticos. Los resultados de las  elecciones parlamentarias celebradas allá el 1 de octubre último marcaron el inicio del fin de la época de Mijail Saakashvili, actual presidente, y de su partido político Movimiento Nacional Unido. El partido de la oposición Sueño Georgiano encabezado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili obtuvo en estas elecciones más del 50 por ciento de votos y de esta manera ganó la mayoría en el parlamento nacional.

Los observadores predecían numerosas protestas que podrían provocar los resultados electorales. Pero todo pasó tranquilamente y el mismo presidente Saakashvili aceptó la derrota de sus candidatos y anunció que su partido pasaría a la oposición. El líder ganador dijo que acabaría con el rumbo extraño escogido para su país por el presidente Saakashvili. Al mismo tiempo invitó al presidente derrocado a “olvidar las ofensas, unirse y construir una Georgia unida”.

Cuando en 1991 Georgia se separó de la Unión Soviética y el 9 de abril de aquel año reestableció su independencia, comenzaron en este nuevo país caucásico toda clase de calamidades. El primer presidente de este país Zviad Gamsajurdia fue encontrado muerto. Durante el mandato del segundo presidente Eduard Shevardnadze hubo varios motines políticos y conflictos bélicos con los países vecinos. En este periodo la situación económica difícil, el bajo nivel de vida, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, la corrupción incontrolable y la falsificación de los resultados de las elecciones parlamentarias del 2003 fueron motivos para que sucediera el mismo año la llamada revolución de las rosas. A causa de ella Shevardnadze dimitió y el 4 de enero, como resultado de nuevas elecciones presidenciales, llegó al poder uno de los líderes de aquella revolución Mijail Saakashvili.

En el siglo XVIII Georgia era moneda de cambio entre las potencias que luchaban por ella: Turquía y Rusia. Y fue en 1800 cuando el pequeño país caucásico formó parte del Imperio ruso en calidad de protectorado. La protección auspiciada por el poderoso vecino norteño garantizó a Georgia lo más importante, la tranquilidad para su desarrollo. En cambio, la separación de la Unión Soviética causó problemas, agravados por la hostilidad que el presidente Saakashvili, de tendencias pro occidentales y por ende enemigo de Rusia, manifestaba hacia este país.

La derrota de Saakashvili en las elecciones parlamentarias recientes se explica por la difícil situación en que viven los georgianos: desempleo masivo y empobrecimiento. Uno de los temas electorales del actual presidente fue la reconquista de los territorios de Osetia del Sur y de Abjasia perdidos en los últimos años. Pero el pueblo piensa más en cómo conseguir dinero para dar de comer a sus familias que en las reconquistas. Las próximas elecciones presidenciales en Georgia se celebrarán en octubre del 2013. De modo que el posible nuevo presidente, el líder del partido Sueño Georgiano Bidzina Ivanishvili, tendría muchos problemas nacionales que resolver.