¿Cómo será el gobierno de Peña Nieto?
Frida Modak
Después de 12 años, México ha vuelto a elegir a un presidente que proviene del PRI, y junto a lo que eso implique en el plano interno, está también lo que pueda significar en lo internacional y, en particular, en América Latina y el Caribe.
La década de los sesenta del siglo XX marcó una serie de cambios, contradictorios, si se quiere. Hasta entonces, los regímenes dictatoriales se habían implantado de preferencia en América Central en defensa de los intereses de empresas estadunidenses.
Pero a partir de los años sesenta, los golpes de estado y las dictaduras empezaron a diseminarse por América del Sur. Brasil estuvo entre los primeros, Argentina sufrió varios, luego fue Uruguay en los setenta, Chile en 1973, y así la región se plagó de dictaduras de distinto orden.
Entre los países que mantuvieron sus gobiernos constitucionales estaba México, más allá de loa acontecimientos de 1968.
Se produjeron luego las acciones democratizadoras, impulsadas por la resistencia interna en los países sojuzgados, con el respaldo de los gobiernos democráticos.
En ese cuadro, México desempeñó un importante papel en el plano internacional, en defensa de la democracia, y no sólo le dio acogida a los perseguidos, sino que también recibió y respaldó a dirigentes políticos, salvando la vida de muchos.
En los ciclos que tienen la vida y la historia, los sistemas democráticos se fueron imponiendo nuevamente, incluyendo a los países centroamericanos. Surgieron también, con el respaldo mexicano, organismos plurales que agruparon a las distintas corrientes ideológicas.
El cambio político cambió la región, teniendo a México como sede de las nuevas instancias, en particular de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, creada el 12 de octubre de 1979 y definida como expresión política del ideal bolivariano.
De este cambio surgieron, además, otros organismos y, así, fue posible la existencia del Grupo de Contadora, formado en 1983 por los gobiernos de Colombia, México, Panamá y Venezuela. Su misión era promover la paz en América Central, especialmente en los conflictos existentes en El Salvador, Nicaragua y Guatemala.
Luego se agregó el Grupo de Apoyo a Contadora, del que formaron parte los gobiernos de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay, que ya habían recuperado la democracia. Este proceso representa una experiencia que debería ser analizada más a fondo.
Se traduce en un hecho importante, la democracia recuperada se convierte en base de apoyo de los que aún luchan por conquistarla y alcanzar la paz.
Y cuando ambas se establecen, estos dos grupos le abren paso al Grupo de Río, que hoy se ha convertido en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
La región, hoy
En este cuadro de democratización y progreso relativo, porque aún subsiste la pobreza, la región ha creado otras alianzas integradoras y ha suscrito también tratados de libre comercio con Estados Unidos y establecido relaciones económicas con los países europeos.
Esto constituye otro hecho importante respecto a doce años atrás, cuando en México se produjo el cambio político en el gobierno.
A eso se agrega que el cambio también se dio en América Latina y el Caribe. El Mercosur, Mercado Común del Sur, es hoy un acuerdo comercial de gran importancia en lo económico.
También se ha consolidado la Unión de Naciones del Sur, que agrupa a los países sudamericanos en términos plurales, desde el punto de vista político.
El gobierno de Venezuela puso en marcha Petrocaribe, creado para favorecer con sus condiciones de venta del petróleo a los países caribeños que no pueden pagar los precios vigentes en los mercados internacionales.
En suma, el cuadro político y económico ha cambiado, porque también hay gobiernos de distinto signo, lo que hace que muchos se pregunten qué características tendrá el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, de quien el presidente Obama dijo que tiene “una agenda muy ambiciosa”.
Pero lo importante no es eso, sino la gira que el nuevo mandatario mexicano hizo antes de ir a Washington, porque le dio la preferencia a los países y gobiernos de América Latina.
Los asuntos que más le interesaron, según ha trascendido, dan indicios sugerentes.
Su gira latinoamericana empezó en Brasil, donde planteó su interés en que Petrobras asesore a Pemex en su estructura interna y en la búsqueda de petróleo submarino, como lo está haciendo en Cuba, amén de atraer capitales brasileños.
En Argentina, se interesó en el apoyo y crecimiento de la pequeña y mediana empresa, así como en el rescate de la banca pública, porque los países han crecido por lo interno y la opción es hacer inversión interna para el mercado interno, no se puede basar en Estados Unidos y el aporte europeo sería poco.
El itinerario de la gira presidencial sería un anticipo de una forma de gobierno que considere las experiencias de países similares.
A la vez, enviaría un mensaje respecto a la identificación de México con América Latina, aunque Obama haya dicho que “lo que ocurre en México tiene consecuencias en Estados Unidos”.


