Nuestro planeta habla. Y lo hace continuamente, con un coro de frecuencias justo por debajo de lo que el oído humano puede captar. Este murmullo, que ha podido ser grabado por todo el mundo, se conoce como el “zumbido de la Tierra” y se cree que está provocado por todos los factores que bombardean su superficie, como los cambios en la presión atmosférica, las olas del océano, la lluvia, el viento y la ruidosa actividad humana. Estas fuerzas generan ondas sísmicas que se unen en un coro mundial, y resulta que sus “cantos” pueden ser muy reveladores.

Los humanos no podemos oír el ruido sísmico, pero si podemos observar como es creado. Cada vez que una ola de mar rompe en la costa, se forman estas ondas. Y como son gobernadas por las propiedades físicas del interior de la Tierra, como la composición, la temperatura y la presión de las rocas, ofrecen claves útiles sobre la geología del manto terrestre de 400 a 600 km de profundidad, sin necesidad de realizar un viaje a la manera de Julio Verne, solo hace falta escuchar.

Redacción/abc/bbb