Entrevista a Juan Manuel Portilla/Internacionalista de la ENEP Acatlán-UNAM

 Irma Ortiz

En la primera reunión entre el presidente electo Enrique Peña Nieto y el reelecto mandatario estadounidense Barack Obama, el representante de México señaló la necesidad de reordenar las prioridades de la relación bilateral, para favorecer así la relación comercial y económica.

La reunión fue considerada por los especialistas como positiva, “hubo química” y el mandatario estadounidense se mostró convencido de crear una fuerte relación con el nuevo mandatario mexicano. La idea, se apuntó, es refrescar la relación y tener resultados más productivos.

Sin embargo, en opinión del catedrático e investigador internacionalista de la ENEP Acatlán de la UNAM, Juan Manuel Portilla, aunque hay aspectos positivos, en la relación entre dos naciones que comparten una frontera de más de 3 mil kilómetros persisten “vicios” que sólo se resolverán si hay verdadera voluntad política.

“Se aprecian aspectos positivos, como lo muestran las imágenes de la pasada reunión entre Enrique Peña Nieto y Barack Obama de que hay cierta química entre los dos personajes y el hecho de coincidir cada 8 años cuando hay reelección en Estados Unidos y un nuevo presidente en México que está asumiendo el poder. Esto lleva a una perspectiva de cierta tranquilidad en las relaciones, aunque también la relación adolece de viejos vicios que no creo que vayan a resolverse si no se tiene voluntad política, sobre todo por parte de Estados Unidos.

 

Migración pendiente.

Normalmente la relación bilateral se centra en el aspecto migratorio, pero también está la vertiente económica. Creo que en Estados Unidos los índices económicos van en repunte, si bien está pendiente el asunto fiscal; si al país del norte le va bien, a México también, en esa medida no veo que haya obstáculos para una activación más positiva de las relaciones económicas.

Por otro lado, la agenda migratoria sigue siendo un pendiente, se habla de la fallida reforma migratoria que no pudo lograr Obama en su periodo anterior. En esta reunión si bien se habló de que apoyaría la reforma y sin olvidar que Obama con el voto hispano —entre ellos el mexicano de manera importante— expulsó en su periodo a 1.4 millones de migrantes indocumentados. Es una de las deportaciones más altas en cualquier parte de la historia de Estados Unidos, por ello tampoco tenemos que esperar que haya un cambio radical en la materia.

No habrá cambios sustanciales

Mayoría republicana en Cámara de Representantes.

Hay que entender que en este juego de pesos y contrapesos en Estados Unidos no hay un dominio absoluto en esa Cámara baja por parte del ejecutivo y siguen muy presentes los sectores conservadores. El mismo Obama siendo demócrata, insisto, tampoco tuvo una posición muy favorable a México en este periodo, por lo tanto tendría mis dudas qué tanto quiere llegar a avanzar en este tema, no creo que vaya a haber un cambio sustancial.

El que haya arreglos en esa materia dará una serie de beneficios. Si hay una regularización de tantos millones de mexicanos que viven allá y hubiese un clima de mayor cooperación en la materia abonaría mucho en la relación, pero hay que vencer una serie de obstáculos, incluida la voluntad política.

 

Legalización de la mariguana.

Aunque no se abordó en esta reunión, coincidiendo en las votaciones en Estados Unidos, también se aprobó en algunos estados el uso recreativo de la mariguana, lo que significa su despenalización. Ahí hay una controversia no sólo política, sino condicional en Estados Unidos porque las leyes federales lo prohíben y ya hay estados que lo han liberalizado. Tendría que haber una batalla legal por la contradicción entre disposiciones federales y locales, pero esta aprobación mete en un problema a México, porque cómo es posible que de un lado tenemos la prohibición y por otro lado no; por un lado se traslada la droga, hay un trasiego que deja olas de violencia.

Hasta donde sabemos, el presidente electo Enrique Peña Nieto se ha declarado partidario de penalizar el consumo, y es la misma posición federal en Estados Unidos, pero el que otros estados norteamericanos tengan otra visión generará problemas.

Impulsar cooperación en materia de seguridad

Escenarios de la relación México-EU.

De alguna manera tiene que impulsarse la cooperación en materia de seguridad, quizá haya que replantearse el Plan Mérida, que ha aportado recursos y apoyos, pero las cifras de violencia y de muerte en México no se reducen. También  tendrían que liberalizarse cuestiones comerciales que todavía afectan a México. Hay aspectos bilaterales de comercio que no van con el TLCAN y que mucho nos han afectado.

En el aspecto multilateral, se requiere ir de la mano de Estados Unidos en varios temas, sin duda nuestra vecindad y nuestra dependencia en todos los órdenes nos hace que sea un tema sumamente sensible. Dependerá mucho de quién vaya a ser el nuevo titular de la Secretaría de Estado, pues Hillary Clinton anunció su salida; habrá que ver si ratifican a Anthony Wayne, que creo ha hecho una buena labor y también habrá que ver quién será el representante diplomático de México y cómo se reimpulse la relación.

El propio embajador Arturo Sarukhán, cumplió con una buena labor, porque conoce de hace mucho tiempo el Congreso de Estados Unidos y la forma en que se maneja la política interna. Son posiciones sensibles que tendrían que pensarse muy bien.

 

¿Modificación relación EU con gobierno del PRI?

Quiero pensar que sí; en ese sentido, peor no podría irnos. En este sexenio, hubo una política errática en materia de seguridad, con una descoordinación entre las fuerzas públicas donde fue notorio que la Marina fue la consentida de Estados Unidos —incluso acaban de condecorar al secretario Saynez en ese país—, vimos algunos episodios de cómo Estados Unidos daba información privilegiada a la Marina —incluso propiciada por el gobierno federal— y no a Sedena, porque les tienen desconfianza.

Creo que habría un cambio, el hecho de que haya una iniciativa para desaparecer la SSP habla de un planteamiento distinto en materia de seguridad; un mando unificado y con más recursos a la Iniciativa Mérida vislumbraría algún cambio. Más allá de que sea el gobierno del PAN, PRI o de la izquierda, me parece que la relación México Estados Unidos no cambia mucho, no creo que haya cambios espectaculares pero esperaría que en este asunto de seguridad haya un matiz y una respuesta distinta por parte de Estados Unidos.