Según la prensa, está mejor posicionado

Frida Modak

Según la prensa estadunidense, el martes próximo, día en que se celebrarán las elecciones presidenciales en ese país, debería ganar el actual presidente Barack Obama, al que consideran mejor posicionado que su rival Mitt Romney.

Y cuando lo señala un periódico como The Washington Post, que no se ha caracterizado por ser un entusiasta partidario de Obama, el pronóstico debe ser considerado, sobre todo porque coincide con otro bastante especial.

Nos referimos a la votación que la cadena televisiva Nickelodeon realizó la primera semana de octubre y a la que denominó Kids Pick the President; votaron 520 mil personas, no se sabe si todos eran niños, pero Obama obtuvo el 65 %.

En contraste, los que ya no están tan entusiasmados con el presidente son los jóvenes estadunidenses, que en la elección pasada cifraban muchas esperanzas en Obama, y en la encuesta realizada entonces le dieron 34 % más de votos que a John McCain.

Ahora la diferencia fue menor, 55 % de las preferencias fueron para Obama y el 36 % para Romney;, la ventaja del presidente cayó al 19 %. Pero  el Washington Post estima que, frente a los problemas que vendrán, Obama  está mejor preparado.

Actores y escritores defienden las reformas a la seguridad social. Michael Moore sostuvo que lo más importante es que las empresas aseguradoras ya no podrán negar la atención a un paciente argumentando una enfermedad preexistente.

Mientras, en el campo adversario se han producido novedades importantes que deberían  darle votos a Mitt Romney, quien ha sido cuestionado por algunos sectores por sus creencias religiosas.

Él es mormón y un porcentaje importante de estadunidenses considera que ésa no es una religión sino que la califican de secta.

Y cuando nadie se lo esperaba, reapareció el pastor evangélico Billy Graham, que hace años fue tan polémico y cuestionado, como popular. Graham recibió una visita de Romney, quien le pidió que le ayudara, a lo que éste accedió.

Días después, Graham dijo que no había que votar por aquéllos que están contra de los principios de Dios y que se necesitaba una “mayoría moral” formada por cristianos, judíos, mormones, católicos y muchas otras creencias para  defender su libertad religiosa y sus derechos.

Un obispo hizo notar que no se mencionaba a los protestantes. El único candidato protestante en esta elección es Obama y su religión no fue nombrada por Graham.

Guerra o paz

A las encuestas y opiniones reproducidas hasta aquí hay que agregarles  las especulaciones que se hacen en el plano internacional  y que se  pueden resumir en una frase: ¿habrá o no nuevas guerras?

Las respuestas son variables y curiosamente las distintas opiniones sobre el tema sugieren que gane quien gane no habría guerras como las que más se temen, por ejemplo, una guerra con Irán, país al que se le supone un importante poderío nuclear.

Durante la campaña electoral  se conocieron análisis en los que se sostenía que más allá de las bravatas intercambiadas por estadunidenses e iraníes no habría enfrentamiento armado sino conversaciones entre ambos países.

La revista Time publicó un artículo en el que aludía a esta posibilidad diciendo que ése  era “un pequeño secreto” sobre el futuro político entre los dos países  y que las conversaciones directas serían inevitables.

Unos días después, el diario español El País reiteraba que  funcionarios estadunidenses habían anunciado que Irán aceptaba  negociar directamente con Estados Unidos lo relativo a su programa nuclear, tal como lo había dicho antes The New York Times.

La duda era qué pasaría si Romney ganaba las elecciones, ya que había rechazado cualquier posibilidad de negociar con los iraníes y sostenía que al gobierno de  Obama le faltaba liderazgo para enfrentar este asunto.

En medio de esta discusión, en la que el gobierno de Obama se mostraba menos beligerante que hace algunos meses, Leon Panetta, secretario de Defensa estadunidense, anunció que su país participaría en la guerra que se desatará dentro de algunos días en Mali.

Según Panetta es una ofensiva militar contra Al Qaeda, pero los combates no serán en el limbo sino que en Mali, país que limita con el desierto del Sahara y todas las riquezas que allí se esconden.

Desde luego será una guerra conjunta con los países europeos  integrantes de la OTAN y para la que se obtuvo la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

En este contexto la pregunta surge sola: si  es efectivo que se quiere tratar pacíficamente lo relativo al poderío nuclear que tendría Irán, por qué se busca crear una poderosa coalición bélica para confrontar a algunos elementos de Al Qaeda —así han sido descritos— que se encontrarían en la región norte de Mali.

A mayor abundamiento, la secretaria de Estado Hillary Clinton viajó especialmente a Argelia a tratar la situación de Mali. Todos estos preparativos parecen mostrar la otra cara de la política exterior estadunidense.

En ese contexto, no se puede ignorar que sobre América Latina no se dijo nada durante el periodo electoral, lo que no se sabe si eso es bueno o malo, considerando los dichos y hechos respecto de otros países.

En esa omisión han incurrido tanto Obama como Romney, y algunos analistas  del país del norte lo tratan de explicar señalando que los asuntos relativos a los latinoamericanos son considerados como asuntos internos, porque están relacionados con los latinos residentes allá.

La explicación es más preocupante que la omisión.