El contacto con Obama puede ser definitivo
Alfredo Ríos Camarena
Las relaciones mexicano-norteamericanas se encuentran en uno de sus puntos más interesantes y promisorios, pues existen circunstancias que pueden permitir que esta relación bilateral, tan accidentada, pueda obtener resultados comunes en temas de interés mutuo.
La mochila que Enrique Peña Nieto lleve a su viaje el próximo 27 de noviembre estará llena de la esperanza y de la solidaridad de millones de mexicanos, pues este primer contacto puede ser definitivo en la relación bilateral. Ambos mandatarios son presidentes electos, por lo que además podrán dialogar sin la formalidad ni el protocolo que fijan las normas de conducta diplomática internacional. Por eso, si lo logran, tratarán con franqueza temas de suma trascendencia e importancia para ambas naciones.
En primer lugar, el tema migratorio que hoy cobra un distinto significado, en un escenario donde el electorado “latino” se volcó para favorecer a los demócratas. Adicionalmente Obama ha reconocido, como un error, el no haber resuelto la reforma migratoria cuando tuvo mayoría en el Congreso. Hoy nuevamente lo intentará, pero sus posibilidades en la Cámara de Representantes no auguran un buen resultado; sin embargo, si los republicanos empiezan a entender la importancia política electoral de los mexicanos y latinoamericanos que viven en Estados Unidos, probablemente se pueda llegar a un acuerdo elemental.
En segundo lugar, sin que sea menos importante, está el tema del combate al narcotráfico y la cooperación entre ambas naciones en materia de seguridad. Hasta hoy, la política de la materia se ha concretado a perseguir a los grandes capos, con la información que las agencias de inteligencia norteamericanas le han proporcionado a México, especialmente a través de la Secretaría de Marina. Aquí, habrá que mencionar un tema delicado y no resuelto, el atentado de Tres Marías a agentes de la CIA, cuya información se ha mantenido totalmente reservada tanto en Estados Unidos como en México.
El tema de la legalización de las drogas también puede pasar en una agenda informal aunque, claro está, la resolución de los estados de Colorado y Washington corresponde a leyes locales, que seguramente son inconstitucionales, ya que la prohibición de las drogas es federal; este tema caerá finalmente en la cancha de la Suprema Corte de los Estados Unidos, en cuanto a lo jurídico; pero no deja de haber ya una presión internacional latinoamericana para discutir abiertamente el tema de la legalización de la marihuana.
El tráfico de armas y el lavado de dinero deben platicarse abiertamente, para encontrar una solución que pudiera frenar este tráfico de ida y de vuelta.
Muchos más son los temas que afectan a ambas naciones, pero lo que no debe olvidarse jamás, por parte del presidente electo mexicano, Enrique Peña Nieto, son los principios de soberanía y autodeterminación, que le dieron un lugar importante a México en el concierto internacional; qué bueno que se manejen los temas del comercio bilateral con toda apertura, pero no podemos olvidar la agresión brutal de las policías norteamericanas a nuestro inmigrantes; tampoco podemos aceptar los cierres de frontera de carácter comercial, que afectan a nuestros empresarios y productores.
La mochila de Peña Nieto debe ir repleta de ideas y esperanza y, no debe olvidar meter en ella los discursos internacionales de su paisano el presidente Adolfo López Mateos y algunos de los libros que escribiera su otro paisano, don Isidro Fabela, quien levantó siempre su voz en el foro internacional para defender los principios que, ayer y hoy, México no debe olvidar.