Le comieron el mandado a Gamboa Patrón

Félix Fuentes

El PAN y los tres partidos de izquierda festejaron ruidosamente que en el Senado se impusieron al PRI en la transparencia y rendición de cuentas a los sindicatos, e incluso el coordinador de los blanquiazules en San Lázaro, Luis Alberto Villarreal, exigió trabajar a diario para culminar la reforma laboral, tal como salió de la Cámara Alta.

No contaban con la astucia del priista Manlio Fabio Beltrones, quien salió al paso de los aliados de izquierda y derecha. Les advirtió que podrían tardar días o semanas los diputados del PRI para continuar el trabajo de la controvertida minuta.

Les hizo ver el sonorense, asimismo, la conveniencia de enfriar los ánimos, de serenarse y analizar lo aprobado en el Senado, de elegir a líderes sindicales por voto libre, directo y secreto u obligarlos a rendir cuentas periódicas sobre montos de cuotas obtenidas de los agremiados.

Manifestó Beltrones, asimismo, que está contra el artículo de la transparencia aprobado en la Cámara Alta y ya terminó la calidad “preferente” de la iniciativa del presidente Felipe Calderón.

Quedó claro que el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, se dejó comer el mandado por su exempleado, el ahora panista Javier Lozano, y el coordinador blanquiazul, Ernesto Cordero. Ambos llevaron a su corral a los “izquierdistas” de PRD, PT y Movimiento Ciudadano para hacer una mayoría de 66 votos contra 62 del PRI, cuando todavía estaba al lado del tricolor la única senadora del Panal, Mónica Arriola Gordillo.

Causó desprecio la actitud de esta mujer porque la impulsó su señora madre, Elba Esther Gordillo, a votar contra la minuta diseñada por el PRI en San Lázaro. Obvio, la lideresa del SNTE enseña las malas mañas a su hija, como brincar de un partido a otro, en busca de acomodo. El voto de Arriola provocó que la votación final fuese de 67 votos para el PAN y compañía, contra 61 de PRI-Verde Ecologista.

Hubo otro deslinde de bochorno. Cuando todavía el Senado no enviaba la minuta a la Cámara de Diputados, a los “verdes” se les doblaron las piernas y, según dijeron, también se pronunciarían contra los sindicatos.

Luego de que Beltrones paró en seco a los aliancistas, los verdes no sabían hacia dónde hacerse y pretendían seguir los pasos del PRI en el final de la reforma.

El griterío armado en la Cámara Alta por Javier Lozano y Ernesto Cordero fue con el propósito de implantar pagos salariales por horas, legalizar la subcontratación (outsourcing), acabar con los salarios caídos durante las demandas laborales y eliminar la cláusula de exclusión.

De tantos agravios a los trabajadores no dicen una palabra los blanquiazules y, ellos sí, pretenden lavarse la cara con el furioso golpeteo a los sindicatos, contra los cuales no hicieron nada durante los 12 años de panismo en el poder.

Ahora escenifica el baile de zapateado el coordinador de diputados azules, Alberto Villarreal, quien después de la declaración de Beltrones de prolongar dicha reforma, exige que de inmediato sea concluida y se reúna la Comisión del Trabajo y se desempeñe sin descanso. Sin embargo, la minuta llegó a esa comisión el martes 30 pasado.

Según Villarreal, el país no puede esperar y el PRI no quiere la democracia. Como vemos, al país poco importa el pago por horas y los trabajadores no se mueren por la ley que les cancela prestaciones sociales. ¿Acaso el presidente del empleo cumplió tantas promesas, plagadas de mentiras?

Ernesto Cordero enferma con sus dichos. Pidió que dicha reforma sea aprobada a la brevedad, “por dignidad y responsabilidad al país”. ¿Dignidad de quiénes? ¿Los dos gobiernos panistas no la tuvieron con la población?