Guillermo Samperio
No vale la pena darle pedradas a Mao ni a su Revolución Cultural (primitivismo comunista); lo que es importante es destacar que, en la última década, Oriente ha ganado varios Premios Nobel. Y su impetuosidad política y, en especial económica (como ya se encuentra demostrada a vistas), tiende a ser una competidora severa de los Estados Unidos de América (EUA) y, por lo tanto, de los países europeos. Esto implicaría, desde luego, un reacomodo mundial en diversos niveles. En lo que se refiere a América Latina, es difícil prever las consecuencias de la primacía de China en el mercado mundial ni sus estrategias políticas en el mundo. Tener encima a los EUA es una monserga pesada para México; tal vez si China “dominara” sólo por un porcentaje mínimo a los EUA, México podría aliviar un tanto el peso que los EUA le cargan. Esto implicaría, hasta cierto punto, influencia china en América Latina. De inmediato propondría tratos con Bolivia, Ecuador, Venezuela, Argentina; tal vez Brasil. En estos momentos, China compró grandes extensiones de tierra en África, las cuales ya empiezan a ser urbanizadas y serán habitadas por grandes cantidades de ciudadanos chinos. No cabe duda de que seguirá expandiéndose y no se me ocurre pensar que los EUA quieran enfrentarlos. En todo caso intentarían negociar con ellos lo más posible. Y hay que dudar, más en estos momentos en que a los EUA se le dificultaría conseguir una alianza con los países europeos, ya que éstos van camino a una crisis económica severa que no esperaban. Alemania es tal vez el país europeo sin problema; ha mantenido una economía bien organizada y, por lo tanto, fuerte. En especial debido a su modo de producción, diversificado por el territorio, según el producto que ofrezca cada región (metales, plantíos, agua, etcétera). En este contexto, las posibles guerras de los EUA con los países árabes podrían revertírseles, ya que habría varios de ellos (no tocados) que desearan llevar a cabo arreglos con China. De cualquier manera, chinos y árabes se mantienen con base en sociedades cerradas; no como Japón que se ha occidentalizado y ha perdido el segundo puesto de la economía mundial, ganándolo precisamente China. El problema aún más de fondo, sin embargo, es que no es cambiar de posición dentro de la economía mundial, para cambiar la dirección de una economía impulsada por las exportaciones a centrarse en la creación y en la satisfacción de la demanda interna. El gobierno chino debe y tiene que tener una hoja de ruta para esto y una estrategia clara para ejecutarlo. Seguramente ya lo han ideado y también tendrán varios segundos planes. Cuando la recesión mundial golpeó en 2008 y afectó al empleo y exportaciones chinas, Beijing trató de resolver la situación con un paquete de estímulo considerable de alrededor de seiscientos millones de dólares. Sin embargo, esto también creó una burbuja inmobiliaria y llevó a salvajes fluctuaciones del mercado de valores. China, por lo tanto, necesita reorientar la economía para producir bienes y servicios para el consumo interno, debido a que cualquier crecimiento lento se agravará en el desempleo y generar conflictos sociales. Y tal vez aquí se encuentre el problema central. ¿Es conveniente para el mundo que tengan la supremacía mundial sociedades cerradas, o una más o menos abierta como los EUA, cuya sociedad consume una gran cantidad de droga que se produce en el mundo. ¿O China podría convertirse en la mayor distribuidora? No hace mucho las autoridades cubanas requisaron un barco chino con un cargamento muy antojadizo.