Desaparece búnker de García Luna

Félix Fuentes

Va de nuevo. Con el retorno del PRI al poder se pretende que la Secretaría de Gobernación recupere el control de la seguridad pública, para lo cual desaparecería la panista Secretaría de Seguridad Pública bajo el mando del cuestionado Genaro García Luna, a quien numerosos medios han relacionado con entes de la delincuencia organizada.

En el año 2000, el atolondrado Vicente Fox fracturó el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) al separarlo de Gobernación y crear la Secretaría de Seguridad Pública Federal, un monstruo autónomo que en 12 años ha recibido 250 mil millones de pesos y opera a distancia de los gobiernos estatales y municipales.

La desarticulación del SNSP dio lugar a la desaparición del Centro Nacional de Conversión de Huellas, sustituido por una oficina administrativa de burócratas, sin experiencia en  manejos periciales.

García Luna pugnó insistentemente por una “policía única nacional”, en la cual  quedaría él al frente pero, ante las protestas de numerosos gobernadores, ese propósito fracasó y el actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal cerró las puertas de su búnker y manejó a sus 36 mil agentes, a gusto y capricho.

Al titular de dicha dependencia no importó que un elevado número de sus agentes se relacionara con el narcotráfico, como fue patente en el Aeropuerto Internacional, donde varios de ellos protagonizaron una balacera en la disputa por paquetes de cocaína procedente de América del Sur.

En el tiroteo a una camioneta de la Embajada de Estados Unidos, en Tres Marías,  se insiste en que  elementos de García Luna —4 de ellos ya consignados— andaban a la caza de delincuentes y de algún cargamento de drogas.

En este sexenio ha sido contundente el apoyo del presidente Felipe Calderón a García Luna e incluso condecoró a algunos jefes de la propia SSP, no obstante su desempeño bajo sospecha.

En esta etapa de transición aterciopelada, Calderón ha sido insistente, a más no poder, para que Enrique Peña Nieto conserve el aparato policial de García Luna y prolongue la guerra estúpida, causante de más de 70 mil ejecutados.

En la semana anterior quedó claro que Peña Nieto no se someterá a pretensiones calderonistas y  anunció que la Seguridad Pública estará a cargo, nuevamente, de la Secretaría de Gobernación, al parecer bajo el mando del exgobernador de Hidalgo, Miguel Angel Osorio Chong.

En la Décima Cumbre de Negocios, realizada en la capital de Querétaro, el presidente electo anunció transformaciones en las Secretarías de la Función Pública, de Turismo y de la Reforma Agraria. Podría desaparecer la primera de ellas para dar lugar a la Comisión Nacional Anticorrupción.

Desde luego, García Luna recurrió a algunos comunicadores a fin de alertar sobre la posible desaparición del aparato que él bautizó como Plataforma México y la cual, a su juicio,  elevó ocho veces la fuerza de la policía federal  y es admirada por funcionarios del mundo.

Sin embargo, ese poderío presumido por el controvertido funcionario no se reflejó en el combate a la delincuencia. Por el contrario, en este sexenio proliferaron los cárteles de la drogas y se ha publicado en medios internacionales el “acuerdo” de la DEA y el gobierno de Calderón para brindar protección a El Chapo Guzmán.

Si lo anterior no es cierto ¿por qué los 36 mil agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Federal no han localizado en casi doce años al poderoso capo sinaloense?

Es claro que Peña Nieto ya está debidamente informado de cuanto ha sucedido y sucede en ese ámbito de la seguridad, y a ello obedece la transformación que se propone  hacer  en la administración pública. Es decisión de autoridad, por decir lo menos.