Sandy no existe. Aparece en varios mapas mundiales cartográficos y meteorológicos. Hasta el programa Google Earth, que ofrece imágenes del planeta procedentes de satélites y mapas, registra una isla de considerable tamaño entre Australia y Nueva Caledonia, en pleno mar del Coral, que lleva el nombre de Sandy. Pero un equipo de investigadores de la Universidad de Sydney acaba de descubrir que esta franja de tierra no existe en realidad, después de viajar a la zona donde la sitúan los mapas y no hallar ni rastro de ella.
¿Cómo es posible que durante más de una década haya pervivido un error como este en los mapas científicos de todo el mundo? ¿Quién la puso ahí? A la segunda pregunta no parece haber respuesta, pero si hay explicación para la primera cuestión. “Comenzamos a sospechar cuando nuestras cartas de navegación mostraban la existencia de esta isla, lo que era contradictorio”, explica la geóloga Maria Seton, directora de la expedición. “De alguna manera este error ha sido propagado al mundo a partir de un banco de datos que se utiliza en los mapas”, añade.
La isla fantasma aparece mencionada incluso en publicaciones científicas desde el año 2000, pero no hay ni rastro de ella en los documentos del gobierno francés, que tendría jurisdicción sobre ella, ni tampoco en las cartas de navegación, que se elaboran a partir de mediciones de profundidad, según informa la prensa australiana.
Redacción/bbb