Alexander Serikov

El nombre del cineasta ruso Andréi Tarkovski es bien conocido para aficionados al cine intelectual. Nacido en Rusia en un pequeño poblado de la región de Ivánovo situado al nordeste de Moscú, Tarkovski murió y fue sepultado en París donde dejó su patrimonio incluyendo un voluminoso archivo. Fue a finales de noviembre pasado cuando este archivo fue adquirido en Londres en la subasta de Sotheby´s por un representante de la región de Ivánovo quien pagó 2.4 millones de dólares aunque hace 6 años, este archivo también figuró en una subasta  pero en aquel entonces no fue adquirido por nadie.

Tarkovski obtuvo fama después de filmar en 1962 su primer largometraje La infancia de Iván que ganó el premio León de Oro del festival cinematográfico de Venecia. Las autoridades soviéticas saludaron al joven cineasta pero debido a su carácter rebelde comenzaron a vigilar  su actividad artística y su siguiente película  Andréi Rubliov hecha en 1966 que no correspondía a los postulados de la política cultural del partido comunista, fue prohibida. Luego el cineasta que se vió obligado a trabajar sin suficiente presupuesto y bajo un control permanente de los servicios especiales de la KGB, creó las aclamadas películas Solaris (1972), El espejo (1975) y Stalker (1979). Disgustado con las persecuciones orquestadas contra él por el poder comunista, Tarkovski huyó a Occidente donde siguió filmando hasta 1986 cuando falleció.

Tarkovski, una de las figuras de relevancia en la cinematografía mundial,  dejó un valioso archivo que incluye documentos del período de 1967 a 1986. Contiene centenas de hojas de manuscritos, cartas, agendas, guiones de las películas Solaris, El espejo, y Stalker, 32 audiograbaciones, 13 fonogramas de su voz, álbumes de fotos familiares y varios bosquejos para el líbro Esculpir en el tiempo, su obra literaria fundamental en que Andréi Tarkovski formuló su concepción de la cinematografía lo que permite calificarlo como autor de un nuevo idioma cinematográfico. Entre las cartas hay una dirigida al entonces secretario general del partido comunista soviético Leonid Brezhnev en que Tarkovski pide que le den permiso de mostrar en Rusia su película Andréi Rubliov y que le autoricen a seguir filmando para ganarse la vida.

Las autoridades de la región rusa de Ivánovo que no se dieron cuenta hace 6 años de lo valioso que era el archivo de Tarkovski y que hubieran podido en aquella época pagar por sus documentos unos 30 mil dólares como máximo, ahora se esforzaron en recolectar 2.4 millones de dólares entre hombres de negocios adinerados logrando obtener varios subsidios de las autoridades centrales y juntaron la cantidad necesaria para comprar estos valiosos documentos. Valiosos no solamente por su precio sino también por su significado para la cultura del pequeño poblado de la región rusa de Ivánovo, para su prestigio y para la cultura y prestigio de todo el país.