Entrevista a Gilberto Guevara Niebla/Especialista en materia educativa

Nora Rodríguez Aceves

La reforma educativa que está impulsando Enrique Peña Nieto es positiva, esencialmente va en la dirección correcta, porque lo que está haciendo es recuperar la rectoría de la educación para el Estado. Excluyendo lo que estaba ocurriendo con el gobierno de Felipe Calderón, que la dirección de la educación estaba en manos de comisiones mixtas Estado-sindicato o gobierno-sindicato, el 50% del gobierno lo tenía el sindicato, una cosa aberrante, un cogobierno que es inconstitucional, el Estado debe educar, afirma Gilberto Guevara Niebla, profesor titular del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y director de la revista Educación 2001.

“Darle fuerza a la escuela, darle más autonomía, darle más poder al profesor, darle más recursos y herramientas funcionales para que realice su trabajo en el aula son cosas fundamentales y ése es el último compromiso del presidente. Sin embargo, el programa que nos está proponiendo de reforma tiene algo que me preocupa, él dice: vamos a recuperar la rectoría del Estado, pero se habla muy poco de las entidades federativas, ellas no van a gestionar su sistema escolar o, si lo van a gestionar, hay que crear un modelo de descentralización de funciones, y tampoco se habla de la sociedad, es decir, tiene que haber en el gobierno decisión educativa no solamente el Estado, porque el Estado nos puede llevar a un estatismo, a un vicio de burocratismo, centralismo burocrático; lo que necesitamos es que la sociedad también participe como lo propuso en su momento el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, porque debe haber un equilibrio”.

La sociedad tiene derecho, en una sociedad democrática, a hacer que su voz, su opinión, se escuche, sobre los aspectos que se refieren a la educación de las nuevas generaciones. La sociedad tiene derecho, incluso, a controlar su sistema educativo. ¿Por qué se excluye a la sociedad? ¿Por qué no se le menciona? Esto me preocupa, claro que puede ser que más adelante se corrija esto, pero sí sería muy importante que no se abandone la política que se inició por el mismo PRI, en 1992, de participación social en la gestión del sistema educativo”.

El pasado 10 de diciembre, el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, presentó una iniciativa de reforma a los artículos 3 y 73 Constitucionales que “buscan reformar y modernizar el marco jurídico para una educación de mayor calidad y equidad”.

La iniciativa, que ese mismo día fue envida a la Cámara de Diputados para su discusión, su dictamen y en su momento aprobación, “tiene como propósito establecer reglas claras para el ingreso de los docentes y su promoción a cargos de dirección y de supervisión; fomentar la autonomía de gestión de las escuelas y promover el crecimiento del Programa Escuelas de Tiempo Completo; crear el servicio profesional docente, que reconocerá la formación y logros de los maestros, cuyos derechos estarán a salvo, ya que su ingreso, permanencia y promoción no estarán sujetos a criterios discrecionales”.

El primer paso

En el evento, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Antropología e Historia, Enrique Peña señaló que “la reforma propuesta es producto del consenso de las fuerzas políticas representadas en el Pacto por México; es el primer paso de la gran transformación educativa que el país necesita, y en gran medida retoma los planteamientos y propuestas que en materia educativa han hecho las organizaciones de la sociedad civil”.

En el marco del análisis de la reforma educativa, Gilberto Guevara Niebla expresa en entrevista con Siempre! su opinión sobre dicha iniciativa. “El hacer una estadística o un diagnóstico de cómo está el sistema educativo en términos de infraestructura, de número de escuelas, de número de alumnos,  de maestros, dónde está cada maestro, es fundamental, porque este diagnóstico permitirá tomar decisiones muy importantes, correctivos a problemas graves, por ejemplo, el problema de las famosas plazas, licencias o comisionados, que se estima que son no 10 mil o 15 mil, sino 100 mil, o  200 mil probablemente”.

“El que se establezca un sistema para que el ingreso, la promoción de los maestros, la gratificación de los profesores, se dé en función de su competencia cognitiva real, de sus capacidades reales, me parece excelente, siempre y cuando se aplique con justicia, bueno esto lo damos por supuesto. Que se le dé autonomía al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación también es un cosa muy importante, aunque ya se había propuesto que el instituto fuera autónomo, pero ahora tendrá funciones muy especificas en relación con la educación, funciones que no estaban muy claras anteriormente. El que haya escuelas de tiempo completo: excelente; yo diría de jornada ampliada, porque las escuelas de tiempo completo son en realidad muy caras, un cálculo que hacía Carlos Mancera era que se necesitarían alrededor de 100 mil millones de pesos para hacer escuelas de tiempo completo, pero bueno el presidente se comprometió a un número limitado de 40 mil escuelas.”

Finalmente, “el punto que me parece más importante y relevante es el de la autonomía de la escuela, el darle recursos a la escuela para que tome decisiones, para que se organice como ella quiera, para que tenga recursos financieros, para que repare cosas, para que, efectivamente, un director de escuela tenga poder para sancionar a un profesor faltista o a un profesor que llega alcoholizado a clase o que abusa de los niños; o que tenga también  poder para gratificar, para premiar a los mejores docentes, para distinguirlos; eso es excelente”.

Con más de 20 años en el campo de la educación como profesor, investigador y funcionario, en 1992 fue nombrado subsecretario de educación básica de la Secretaría de Educación Pública, el especialista en materia educativa explica que “el sistema educativo mexicano en la segunda mitad del Siglo xx tuvo un fenómeno de expansión impresionante, pasamos de tener tres millones de alumnos en 1960 a tener 30 millones en el año 2000, es una barbaridad, crecimos mucho, pero había desde el principio en la organización del sistema educativo problemas estructurales, sobre todo en la educación básica, y esos problemas se fueron agravando con el tiempo”.

El origen del problema

“Bajo los gobiernos del PRI,  en los años cuarenta, Manuel Avila Camacho estableció una normatividad para la educación básica en la cual el Sindicato de los Trabajadores de la Educación no solamente agremiaba a los profesores y a los empleados de intendencia sino que también agremiaba a los directores, a los supervisores, a los jefes de sectores y a los directores de educación. Esto quiere decir que el sindicato controlaba tanto los puestos de dirección intermedios de la educación como los puestos de base; entonces se generó un problema, una gran confusión en la gestión, porque cuando usted gestiona una empresa debe saber muy bien quién manda y quién obedece, y en este caso era casi imposible decidirlo; esto ha generado permanentemente una resonancia interna en el sistema educativo que ha impedido que las reglas académicas se cumplan rigurosamente, que se resuelvan funcionalmente los problemas de otro tipo, los conflictos, y ha dado lugar a muchos fenómenos de corrupción, de abandono del empleo, etc., esto en cuanto a la gestión, en cuanto a la administración”.

En ese mismo tenor, Guevara Niebla señala que “México descuidó mucho los aspectos cualitativos, es decir, sus escuelas normales, la investigación educativa; se cometió un error que fue separar la formación del profesor de las universidades en educación básica, y ese error es grave, en consecuencia la educación básica ha mostrado muchos rezagos cualitativos desde 1980 a la fecha. Se han hecho mediciones de aprendizaje en distintos niveles y casi todas las mediciones convergen en un punto; los niños mexicanos están reprobados, muestran muy bajos aprendizajes, mucho más bajos que los que deberían de tener. Podemos cuestionar mucho los métodos de evaluación, esos estandarizados masivos como el examen PISA o la prueba de Enlace, y hay razones para cuestionarlos, pero no cabe duda que como sintomatología, digamos, del sistema nos está ilustrando que hay un grave problema en nivel de educación básica”.

“La sociedad —asegura Guevara Niebla— está fallando en la formación de ciudadanos, la educación moral, la ética ciudadana, no se imparte como se debe de impartir en la escuela, está fallando en la parte cognitiva e instrumental, no hay un vínculo entre el sector productivo y el sistema educativo, un vínculo adecuado entre estos dos sectores, no hay un diálogo funcional entre los niveles educativos y la producción”.

“Nuestro sistema  educativo está mal —afirma— y nuestro error fue crecer sin planeación. Don Jaime Torres Bodet fue un gran visionario, él se propuso darle escuela a todos los mexicanos en 1960,  1958, 1959,  ¿qué fue lo que pasó?, que sus planes de expansión de la educación primaria fallaron, porque las estadísticas con las que operó eran erróneas, se estaba proponiendo dar escuela a los niños mexicanos cuando más se estaba ampliando la población de México. El crecimiento era de 3.5% de tasa de fecundidad, la urbanización era aceleradísima, ya se estaban creando bolsones de miseria, en aquella época era Ciudad Nezahualcóyotl, pero ahora podemos hablar de Chalco, de muchos otros lugares, entonces se falló en la cobertura y se falló en la calidad”.

Para Gilberto Guevara Niebla, “gran parte de los problemas de la calidad tienen que ver con dos factores; uno es  el centralismo, no es suficiente que el Estado recobre la rectoría de la educación básica como ahora lo propone el presidente Peña Nieto; es una línea correcta, pero no es suficiente, porque ¿qué es la educación? La educación es como un laboratorio en donde se está formando un ser humano, los procesos mediante los cuales se forma ese ser humano en lo cognitivo, en lo moral, etc. son procesos muy desiguales, hay niños que aprenden a un ritmo, otros que aprenden a otro ritmo… Lo que no podemos hacer o pensar es que todos los niños aprenderán lo mismo el mismo día a la misma hora, y eso es lo que se supone con las políticas centralizadas estandarizadas”.

Cada niño es diferente

Por eso, “cuando llegue el examen Enlace que se hace en el mes de abril, por ejemplo, hay niños que están atrasados, lo cual no quiere decir que no vayan a aprender, pero el examen no le importa, el examen supone que ya saben multiplicar y le hace preguntas sobre multiplicación; puede ser que el niño no sea retrasado mental, no tiene falta de voluntad, simplemente lleva otro ritmo, son ritmos de vida y también tienen que ver que cada niño es un ser humano, es un ente complejo, que demanda atención personal en primer lugar, hay una demanda de amor, de afecto por parte del niño, pero todo niño es un problema, es una ecuación que hay que saber descifrar antes de proceder a enseñarle”.

“Los niños son seres muy delicados que tienen que ser muy respetados, muy observados, muy estudiados por parte del profesor para enseñarle adecuadamente; entonces, las políticas centralizadas estandarizadas no son lo más correcto, por esto que estamos viendo. Hay que ver la escuela y la educación como un experimento, un ensayo permanente en que el profesor tiene que estar pensando, tiene grupos de 30 alumnos, cómo enseñar, y digo 30 alumnos y me estoy quedando corto, porque hay otros grupos que deben ser mayores, en fin esto es brevemente lo que ha pasado, tenemos poca atención por la política centralizada y poca atención sobre todo por el sindicato y por la política-política”.

Para el coordinador del libro: México 2012. La reforma educativa, publicado recientemente por la editorial Cal y Arena,  “las escuelas normales fueron por mucho tiempo espacios de control político, del Partido Comunista y del Partido Popular Socialista de  Lombardo Toledano, el PRI  no las controlaba, por lo tanto aplicó hacia las normales, sobre todo a las escuelas rurales, una política de abandono, de negligencia, de dejarlas que se hundieran, por eso las normales fueron perdiendo el nivel y siempre fueron focos de conflicto, porque a ellas acudían niños de familias pobres, niños de familias muy pobres”.

“Había mucha demanda, antes había y ya desapareció un programa de ayuda económica que cada semana la escuela les daba a los estudiantes de la normal para que fueran al cine o se lo gastaran en lo que ellos quisieran. Eso desapareció, desaparecieron los internados, los comedores…, entonces las normales se convirtieron en polvorines de descontento juvenil y lo siguen siendo ahora por otras razones, no por razones muy justas a veces, pero por mucho tiempo fueron bastiones conflictivos y el PRI no supo manejarse frente a esas realidades, las marginó, y el nivel de formación de los  profesores bajó y nunca ha habido una política adecuada de educación continua de los maestros”.

No se está privatizando la educación

En ese mismo sentido, Gilberto Guevara Niebla comenta sobre las declaraciones que ha hecho la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en relación a que la reforma educativa del ejecutivo en el fondo busca privatizar la educación; “nunca he oído ningún planteamiento en ese sentido, ni veo elementos que indiquen eso. Lo real es que los empresarios han creado organizaciones de la sociedad civil muy activas como Mexicanos Primero como Suma por la Educación entre otras y están jugando un papel importante en la toma de decisiones, pero no creo que hasta ahora esas intervenciones, por ejemplo la de Mexicanos Primero, vayan en el sentido de privatizar la educación, más bien ha sido una voz de alarma contra el desastre educativo y las fallas de estrategia en el sistema educativo”.

“Creo que tiene un sentido positivo eso, aunque hay algo quizá en algunos grupos que preocupa: su crítica sobre los profesores, a veces excesiva; le echan demasiado la culpa a los profesores, y los profesores no son responsables de la crisis educativa, eso es un error. Los profesores están luchando, todos los días, hay millón y medio de maestros que están haciendo un esfuerzo enorme por educar a los niños con muy pocos recursos, no solamente materiales también intelectuales, pero ellos no son culpables de su falta de preparación y sus deficiencias; al contrario, ellos hacen una labor heroica para sacar adelante a los niños, entonces hay que cuidar mucho no culpar a los maestros. Otro asunto desde luego es el sindicato y sus dirigentes; desde luego que ahí hay que usar otra tabla para medir, otra regla para medir a unos y a otros”.

¿Perderá poder el SNTE con esta reforma?, se le pregunta al académico de la UNAM, a lo que responde: “de eso se trata, si el sindicato mantiene poder de manipulación de plazas, esta reforma habrá fracasado, porque lo que se busca es precisamente impedir el uso discrecional que el sindicato hacía de las plazas; sobre todo, algo que veíamos con mucha alarma es que sacaban a los profesores de las escuelas para que se dedicaran a la política, para apoyar un partido político particular: el Panal, el Partido Nueva Alianza, que es el partido de la profesora Elba Esther Gordillo. Entonces de eso se trata la reforma, eso está en el centro de la reforma, estamos comenzando, yo apuesto a favor de la reforma, apoyo la reforma y entiendo que éste es el principio de una serie de medidas que se tomarán a través del tiempo.