Carlos Guevara Meza
Se declaró la tregua entre Israel y Hamas en Gaza. Las negociaciones, mediadas por Egipto y Estados Unidos, estaban en marcha y a punto estuvieron de romperse después de que un atentado con una pequeña bomba dejada en un autobús de pasajeros en Tel Aviv dejara 10 heridos civiles. Pero la tregua se firmó: un alto al fuego de 24 horas antes de comenzar nuevas negociaciones para lograr, del lado israelí, el fin de los ataques con cohetes palestinos; del lado palestino, el relajamiento del bloqueo económico contra Gaza y quizá su fin. Al día siguiente, cuando aún no transcurrían esas 24 horas, soldados israelíes abrieron fuego contra palestinos que se acercaron demasiado (y gritando consignas) a la línea que marca la frontera causando la muerte a un joven palestino y dejando varios heridos. Los palestinos, tanto Hamas como la Autoridad Nacional, declararon roto el alto al fuego pero no tomaron represalias y ahí quedó la cosa.
Para la noche, palestinos en Gaza de todas las facciones (Hamas, Yihad y Al Fatah) celebraron la tregua como una victoria, a pesar de los 162 muertos (que incluyen 42 niños, 11 mujeres y 18 personas de la tercera edad), mil 200 heridos y la inmensa cantidad de daños materiales en edificios públicos (incluidas escuelas), en viviendas y servicios. Pero Hamas sobrevive y la población de Gaza los considera sus líderes indiscutibles. Por otro lado, ya no sólo Irán los apoya: en esta ocasión Egipto, Turquía y Catar, además de la Liga Árabe se volcaron en su ayuda. Egipto desde su revolución aflojó el bloqueo que impuso el derrocado Hosni Mubarak en acuerdo con Israel y en esta ocasión no sólo realizó la mediación sino que envió funcionarios de alto nivel a la Franja en muestra de solidaridad en plena ofensiva israelí, obligándolo a cesar el fuego durante su estancia. El emir de Catar visitó la zona. Las inversiones de Turquía se han acrecentado.
Mientras tanto, en Israel una encuesta del diario Maariv mostró que 49 por ciento de los israelíes desaprobaron la tregua, mientras sólo 31 por ciento dijo apoyarla. El premier Netanyahu argumentó que la tregua era necesaria para mostrar al mundo que no es Israel el que se opone a la paz y que todas las opciones (se entiende que la reanudación del bombardeo y hasta la invasión de Gaza) siguen sobre la mesa. Pero no pareció convencer a la mayoría del pueblo israelí, que en las próximas elecciones (fijadas para el 22 de enero) podría volcarse aún más a la derecha. De hecho, Netanyahu se enfrenta a elecciones primarias en su partido (Likud) y parece hacer esfuerzos para que triunfen los candidatos más moderados, mientras uno de sus mejores aliados, el ministro de Defensa Ehud Barak, ha anunciado que se retira de la política en medio de encuestas que le dan muy poco apoyo a su partido (Independencia). Netanyahu, sin embargo, no aceptó la tregua sólo con base en promesas: Estados Unidos deberá hacer un fuerte desembolso para fortalecer los sistemas antimisiles israelíes.
¿Quién gana después de la ofensiva en Gaza? Los halcones.