Entrevista a Gerson Hernández Mecalco/Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM

 

Moisés Castillo

Miguel Angel Macera derrotó a las tribus del PRD. Su victoria aplastante en las elecciones lo convirtió en un jefe de gobierno poderoso: mayoría en la Asamblea Legislativa, casi todas las delegaciones y más de tres millones de votos de respaldo ciudadano. Una cifra histórica para un mandatario capitalino. Sin titubear conformó un gabinete plural ignorando a las corrientes perredistas.

Izquierda Democrática Nacional —cuyo líder es René Bejarano— tuvo que conformarse con un puesto: la Secretaría de Desarrollo Rural con Hegel Cortés. Y Nueva Izquierda, encabezada por los Chuchos —Jesús Ortega y Jesús Zambrano— sólo alcanzó la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo con el exsenador Carlos Navarrete. Los cargos más relevantes quedaron en manos del grupo más cercano del exprocurador y Marcelo Ebrard.

Del equipo de Ebrard fueron ratificados en sus cargos Héctor Serrano y Armando Ahued en las secretarías de Gobierno y Salud, respectivamente. Sin duda, una de las mayores sorpresas fue la designación de Salomón Chertorivski, como secretario de Desarrollo Económico, ya que se desempeñó como secretario de Salud de Felipe Calderón. También el nombramiento de Cuauhtémoc Cárdenas como coordinador de Asuntos Internacionales llamó la atención.

De los 27 puestos más importantes en la estructura de gobierno —jefaturas de oficina, particulares, asesores, secretarios y Comunicación Social—, sólo seis plazas fueron ocupadas por perredistas, incluido el llamado líder moral del sol azteca.

En su discurso de toma de posesión, el nuevo mandatario afirmó que el equipo que lo acompañará durante los próximos seis años está compuesto por “excelentes profesionistas, líderes que están a la vanguardia en sus materias. Es decir, que contamos con hombres y mujeres en los que depositaré la confianza para el servicio de esta ciudad”.

Asimismo, hizo un llamado a su gabinete a trabajar por los capitalinos.

“Todos saben cuál es mi proyecto, mi prioridad, mi vocación y mi forma de trabajo; todos saben muy bien qué es lo que quiero y que por ello también exijo que sirvan a la ciudad con humildad, con responsabilidad, lealtad y, por supuesto, con honradez; saben que, si no lo hacen así, no tendrán lugar en este equipo, no puede haber duda de su inquebrantable deseo de servir a los habitantes de la ciudad de México”.

La conformación del gabinete recibió un respaldo del PAN en el Distrito Federal al asegurar que el jefe de Gobierno dio un mensaje de compromiso con la ciudad y no con las corrientes perredistas.

Despartidizar el gobierno de la ciudad, creo que el mensaje que manda es esa justa medianía entre lo que es bueno, rescatable y merece seguir al frente de la ciudad como cuadros del PRD con experiencia y resultados. El tenía dos retos fundamentales: empequeñecerse a sí mismo y hacer del Gobierno del Distrito Federal algo tan pequeño como sólo la expresión del PRD en la ciudad, o hacer del gobierno algo tan grande como la votación histórica que tuvo. Y optó por la segunda opción”, destacó Federico Döring, coordinador del panismo en la Asamblea Legislativa.

Por su parte, el presidente del PRI en el Distrito Federal, Carlos Chaudón, pidió a todos los actores políticos establecer un pacto que permita una nueva forma de gobernar en la capital.

 “El Pacto por México en el que el presidente de la república convocó a todas las fuerzas políticas habla de la gran voluntad para lograr los acuerdos que requiere el país y el Distrito Federal.”

Para Gerson Hernández Mecalco, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, el gabinete de Miguel Angel Mancera es plural y alejado de las tribus, sobre todo de la izquierda lopezobradorista.

“Vemos una izquierda alejada del mesianismo, una izquierda alejada de los dogmas. El gabinete lo podemos definir como una continuidad del gabinete de Ebrard, pero más enfocado a una izquierda democrática que nuestro país necesita”.

El ingrediente especial

¿Cómo define el gabinete de Miguel Angel Mancera?

Si lo comparamos con el de Marcelo Ebrard y el de Andrés Manuel López Obrador, tiene un ingrediente especial: está compuesto por políticos no tan relacionados con la izquierda obradorista. Vemos al exsecretario de Salud federal, Salomón Chertorivski, que es un indicador importante de este alejamiento con la izquierda que representa a López Obrador. Otro personaje de vital importancia que dejaron en la “banca” durante 12 años es el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, lo cual me parece que su liderazgo puede constituir un mensaje de unidad dentro de la izquierda, que se une al discurso propositivo de gobernadores electos y legisladores.

¿El efecto “René Bejarano” no será obstáculo para el mandato de Mancera?

Esperamos que no. Me parece que ha habido tres momentos importantes de Mancera que nos hace pensar en una izquierda democrática. El primer distanciamiento me parece que fue el más importante cuando todavía era candidato al Gobierno del Distrito Federal. Afirmó que el trato con el gobierno federal sería “una relación institucional”. El segundo momento definitorio es cuando se reúnen los cuatro gobernadores del PRD que ganaron el 1 de julio y Mancera, con Enrique Peña Nieto. Este encuentro fue un mensaje significativo de tomar distancia con la izquierda rijosa. El tercero es la conformación del gabinete.

Afortunadamente, no vemos personajes que tengan un pasado clientelista o relación directa con la tribu de la Izquierda Democrática Nacional. Me parece que son buenas noticias para los que consideramos que la izquierda en México no está peleada con las grandes reformas o demandas que exigen los ciudadanos.

El gabinete, al momento que se conforma con estos personajes que no están identificados con las tribus, hace la diferencia con lo que habían presentado López Obrador y Ebrard: un gobierno político dividido en distintos cotos de poder. Decía Mancera que se sentía como un Ferrari tras haber ganado la jefatura de Gobierno con más de 3 millones de votos. Tiene mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, 14 de 16 delegaciones, tiene mucho poder. Es un político que se ha caracterizado por comunicarse con la gente como un ciudadano más.

Es una buena alineación que ha conformado, y destacaría al ingeniero Cárdenas, al exsecretario de Salud federal y a su grupo, como Armando Ahued repitiendo en Salud, Jesús Rodríguez Almeida en Seguridad Pública, Héctor Serrano en la Secretaría de Gobierno, y Rodolfo Fernando Ríos en la Procuraduría.

 

Podemos decir que no hubo sorpresas…

Si hablamos de sorpresas, te diría cuatro: Miguel Torruco en Turismo, Simón Neumann en Desarrollo Urbano, Salomón Chertorivski en Desarrollo Económico; para muchos, la salida de Fernando Aboitiz y que  no lo hayan ratificado en Obras y Servicios es otra sorpresa. En este último caso el propio Ebrard ha dicho que en enero va a empezar a recorrer distintos estados del país, y Aboitiz es un personaje cercano al exjefe de Gobierno.

Comunicación con Los Pinos

¿Cuáles serán los principales retos del mandatario capitalino?

Que en este año se concrete la anhelada reforma política del Distrito Federal, que haya autonomía plena en el Distrito Federal, que el jefe de Gobierno no espere la autorización del Ejecutivo federal para ratificar su propuesta en la Secretaría de Seguridad y en la Procuraduría. La segunda es mantener la percepción de seguridad.

Nos dicen algunos indicadores que el Distrito Federal es una ciudad confiable, por lo que se requiere es reforzar esta percepción de una buena política de seguridad. Ebrard se va con una aceptación de más del 65 %, por lo que otro reto es mantener esta evaluación positiva.

Y la tercera: comunicar no sólo en México sino a nivel mundial, a partir del cargo de Cárdenas, que en México existe una izquierda institucional. Una izquierda que muchos se preguntan si está extraviada. El principal reto es tener una relación institucional con Peña Nieto y que pueda también impulsar las reformas que requiere el país.

La izquierda no significa un plantón en Reforma, una izquierda tampoco es tolerar desmanes por parte de sectores sociales. Mancera tendrá que liderar una izquierda que se comunique estrechamente con Los Pinos. La posición que tiene Manuel Mondragón en el gobierno federal me parece fundamental para esta buena relación. Veremos si al final la izquierda se convierte en una verdadera opción electoral.

¿Cuál será el estilo de gobernar de Mancera?

Lo más importante que tiene que hacer Mancera es crear un estilo propio que se diferencie de Ebrard. Mancera debe gobernar como alguien cercano a la gente, un gobernante que esté al pendiente en las redes sociales como lo hacía Ebrard, un personaje que persuada que gobernará con un enfoque ciudadano. Un dato importante es que en la historia de las elecciones del Distrito Federal nunca un jefe de gobierno había tenido tantos votos. Y Mancera tuvo más de tres millones de sufragios. Es un dato que nos ayuda a dimensionar la gran aceptación que tiene Mancera entre los capitalinos. Quizá veamos en los próximos años la conformación de un bloque de izquierda institucional, democrática y moderna.