Gabriel Fernández Espejel
La vida de Nelson Mandela corre de manera paralela a la historia de la resistencia de la gente de color de Sudáfrica ante el apartheid. Ésta se puede entender en cuatro capítulos: los primeros años de lucha, el encarcelamiento, su etapa como político y gobernante, y el retiro.
Mandela nace el 18 de julio de 1918 en el clan Madiba (nombre con el que también se le conoce) en un pequeño poblado de Transkei, al este de Sudáfrica. Vive desde su infancia la injusticia del apartheid, su familia abandona su pueblo originario tras perder todas sus pertenencias y dinero al ser acusada de insubordinación, aunque Mandela es privilegiado por su familia y el clan que lo apoyan en sus estudios hasta llegar a la universidad en Fort Hare, donde conoce a Oliver Tambo. Más tarde sería expulsado por su activismo frente a las políticas racistas de la universidad.
En Johannesburgo, durante su estancia en una firma de abogados, redacta sus primeros artículos críticos al sistema, se suma al Congreso Nacional Africano (CNA) donde funda la Liga de la Juventud al lado de Tambo, al mismo tiempo que continúa sus estudios en leyes en la Universidad de Witwatersrand. Al frente de la Liga -que creó- comienza la batalla desafiante que lo lleva en diferentes ocasiones a la cárcel. Tras conseguir su libertad, amplía las redes del CNA de manera clandestina con un llamado a la igualdad de derechos y la abolición del apartheid. Es acusado de alta traición y después de un largo juicio es liberado de los cargos.
En 1959 el Parlamento sudafricano endurece las prácticas racistas lo que lleva a una separación radical entre blancos y personas de color al prohibir todo tipo de convivencia, además de ser el antecedente directo de la matanza de Sharpeville en la que mueren 69 personas que se manifestaban en contra de las nuevas leyes. En este entorno, Mandela es perseguido y huye del país a fin de reagrupar y fortalecer el movimiento; sin embargo, a su regreso es apresado, acusado de sabotaje y sentenciado a cárcel de por vida (1964). Durante su estancia en prisión enfrenta las muertes de su madre -por razones de salud- y de su hijo mayor -en un accidente automovilístico.
En la prisión de Robben Island vive el levantamiento en Soweto en el que mueren 600 estudiantes (1976), así como la muerte por abusos policiacos de Steve Biko activista y líder anti apartheid (1977). En el exilio, Tambo busca apoyo para la liberación de Mandela; no obstante, la comunidad internacional se polariza, por un lado la Primera Ministra de Gran Bretaña, Margaret Thatcher, califica de terrorista al CNA, mientras que otros países aplican sanciones económicas por el apartheid a Sudáfrica. En 1988, la BBC televisa el concierto por su cumpleaños 70 desde el estadio Wembley en Londres, en el que se lee un mensaje de Mandela filtrado desde prisión.
Tras la firma de la declaración de Harare, Mandela es liberado tras 27 años de encarcelamiento. Sucede a Tambo en la presidencia del CNA. En busca de apoyo para una solución pacífica frente al apartheid, emprende una extensa gira por África y el mundo que lo lleva a dirigir un mensaje en contra de la violencia en su país en el Consejo de Seguridad de la ONU. Antecedentes de su primer encuentro con el entonces presidente sudafricano, Frederik Willem de Klerk, para el establecimiento de un proceso de paz. En 1993, ambos reciben el premio Nobel de la Paz. Un año después, se llevan a cabo las primeras elecciones libres en Sudáfrica, en las que Nelson Mandela resulta victorioso a la presidencia y conforma un gabinete multicultural en el que participa de Klerk como vicepresidente.
En su mandato establece la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, pasa leyes pro aborto, lanza un proyecto rural de energía solar en Cabo del Este, el más grande del mundo, y consolida diferentes fundaciones. En 1999, tras un solo periodo, pasa el poder en elecciones a Thabo Mbeki. Tras dejar la presidencia de su país, se involucra en diferentes procesos de paz en África, descalifica la política exterior del presidente estadounidense, George W. Bush, y concentra sus esfuerzos en la lucha contra el sida. En su retiro de la política es reconocido con museos, infinidad de premios, doctorados honoris causa, sitios públicos que llevan su nombre y la ONU establece el 18 de junio como el día internacional de Mandela por su lucha por la libertad.
A raíz de su estancia en prisión padeció diferentes enfermedades, las más importantes, cáncer de próstata y tuberculosis. En 2011 ingresa al hospital Milpark en Johannesburgo para ser atendido por afecciones respiratorias y para retirarle unos cálculos biliares. Hoy día, a sus 94 años de edad, Mandela continúa su recuperación.